El Periodo Precristiano
Pablo, poniéndose de pie en medio del Areópago, dijo: "Atenienses, por todo veo que vosotros sois especialmente respetuosos de la divinidad, pues al pasar y contemplar vuestros monumentos sagrados, he encontrado también un altar en el que estaba escrito: al Dios desconocido. Pues bien, a Quien adoráis sin conocer, a El os vengo yo a anunciar" (Hechos 17, 22).
LAS INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS evidencían que el símbolo de la cruz existía en la profunda antigüedad, hace ya más de 8 mil años atrás. La cruz, en sus diversas formas, era conocida y venerada por todos los pueblos del mundo.
Los hombres primitivos veneraban la cruz como símbolo de vida desde la más remota antigüedad, y esta veneración estaba relacionada con la manera de obtener el fuego mediante la utilización de dos palitos unidos en forma de cruz.
En el antiguo Egipto se podía encontrar con frecuencia en bajorrelieves y esculturas, la así llamada cruz egipcia o "cruz ansata," es decir, la cruz de asa. Ella era símbolo del dios-sol Osiris y representaba la vida temporal y la eterna. Los egipcios conocían otra forma de cruz y la llamaban "del Nilo," ésta era símbolo de riqueza y cosecha.
En Egipto, la cruz en forma de letra T (la cruz "tau") adornaba el pecho de una enorme estatua del ídolo Serapis, erigida en la orilla del lago Meris, este ídolo personificaba la vida futura.
Los cinco planetas se representaban con símbolos de cruces. La diadema de oro de una princesa egipcia (4000 años atrás) estaba adornada con seis cruces en forma de pétalos de papiro. En un sello de piedra babilónico muy antiguo (4500 años atrás) había una cruz de este tipo. Los pueblos semíticos representaban al dios-sol Shamash como una cruz con rayos. Las pagodas gigantes hindúes, de las cuales muchas se conservaron hasta hoy día, eran construidas en forma de cruz. Para los pueblos arios desde India y Persia hasta Escandinavia la veneración del dios-sol (Apolón u Odin) estaba inseparablemente ligada con la antiquísima cruz gamma, el signo esvástico.
La cruz gamma estaba difundida en territorio ruso: en excavaciones arqueológicas se encontraron objetos con el signo esvástico, utilizados en tiempos muy antiguos, pre-cristianos. Los druidas y otros pueblos orientales conocían también la cruz de brazos desiguales y consideraban que la parte mas larga era el símbolo de la vida y los otros tres brazos representaban los tres estados del mundo espiritual: el cielo, el purgatorio y el infierno.
Cuando los primeros europeos llegaron a México, se sorprendieron al ver que "la cruz, emblema sagrado de su fe, se erigía como objeto de veneración en el templo pagano de Anahuac" (Prescott). Asimismo fueron encontradas cruces en sepulturas prehistóricas de los antiguos peruanos en América.
Así, en todos lados la cruz es símbolo, signo o jeroglífico de vida, tanto temporal como futura. Es probable que ello sea un conocimiento primitivo, ontológico; un recuerdo poco claro del regocijo del paraíso perdido hace mucho tiempo. La creación, el paraíso, la caída por el pecado se mantenían, aunque en forma desviada, en la memoria de la humanidad. He aquí como representaban el Arbol de la Sabiduría los antiguos babilonios. Rodes, quien predicó el Cristianismo en China en el siglo 17, escribe: "Observé con frecuencia que entre los ...... ....... apenas nacía un niño, los padres le hacían una cruz en la frente con carbón o tinta. Les pregunte para qué le sirve esto al niño y para qué le hacen este signo en la frente. Ellos contestaron: 'Hacemos esto para echar al diablo y obstaculizar que se apodere del niño.' 'Pero, ¿cómo puede el diablo que es un espíritu tener miedo de esto?' les pregunté. Ellos reconocieron que no sabían nada más, pero yo no demoré en abrirles el misterio y explicarles la acción de la Santa Cruz. Esto, con frecuencia, me sirvió para convertirlos al cristianismo."
La idea del Salvador era conocida por todos los hombres, independientemente de la forma encubierta en que se conservaba y se trasmitía de generación en generación.
La Pena de Muerte
Por Medio de la Crucifixión
"La maldición sea sobre todo hombre colgado de un madero" (Deut. 21:23).
LA MÁS TERRIBLE PENA de muerte entre los pueblos antiguos era la ejecución por medio de la crucifixión. De acuerdo con el testimonio de historiadores paganos, esta condena era practicada por los habitantes de Babilonia, Persia, Egipto, Cartagena. Los asirios tenían por costumbre colgar a sus prisioneros de guerra sobre estacas puntiagudas.
Los griegos adoptaron la crucifixión de estos pueblos antiguos, y de los griegos pasó a los romanos. Después de la conquista de Tiro, Alejandro de Macedonia mandó crucificar a dos mil habitantes de este país en signo de su victoria. Los romanos eran igualmente crueles con sus prisioneros. El emperador Licinio cierta vez crucificó seis mil soldados tomados en cautiverio. Las cruces estaban dispuestas a una distancia de dos metros una de otra a lo largo de la Vía Apia a Roma.
Los romanos crucificaban a sus esclavos por la menor falta. Los esclavos vivían en condiciones tan duras que no le temían a la muerte en la cruz, ellos estaban acostumbrados a una muerte tan terrible y no esperaban morir de otra manera. Horacio recuerda que un esclavo fue crucificado porque osó tomar los restos de pescado. Cierta vez, un esclavo dijo a su amo que no lo atemorice con la cruz ya que él sabía que la cruz sería su tumba, al igual que lo fue de su padre, su abuelo, su bisabuelo y su tatarabuelo.
Con el transcurso del tiempo, los amos de los esclavos, perdieron el derecho de crucificar según su criterio, y debían tener para ello una decisión del tribunal. Las ejecuciones se realizaban públicamente. Plinio dice que los esclavos eran forzados a trabajos tan pesados y abrumadores que muchos se suicidaban. Para terminar con los suicidios, el emperador mandó colgar los cuerpos de los que se quitaron la vida. Al principio, eran ejecutados por medio de la crucifixión solo los esclavos y las personas de clase baja. Los romanos libres no podían ser condenados a una muerte tan terrible, deshonrosa y degradante. Luego comenzaron a crucificar también a los ciudadanos romanos. La ley romana condenaba a la crucifixión por asesinato, deserción, insurrección, sacrilegio, etc. También ocurría que crucificaban a inocentes.
En Judea, los romanos crucificaban con frecuencia. Así, por ejemplo, luego de la muerte de Herodes el grande, Varus crucificó a dos mil criminales. En tiempos de los emperadores Claudio y Nerón, los gobernadores Cuadrato, Félix, Tiberio, Alejandro y otros crucificaban por crímenes tanto políticos como religiosos. Después de que Tito tomó Jerusalén, crucificaban a tantas personas que no alcanzaba ni la madera ni el lugar para poner las cruces.
¿Cómo fue que los hombres eligieron la cruz que veneraban y ante la cual se prosternaban, que era emblema religioso, signo de vida y salvación, símbolo de la bendición Divina, profetización de redención - cómo es que la eligieron como instrumento de un castigo tan infame y tormentoso? Por desgracia, es propio de la naturaleza humana ultrajar lo santo, desfigurar lo más hermoso y el santo sentimiento de amor transformarlo en odio. La ejecución en la cruz era la más infame exactamente porque la cruz es el objeto más hermoso.
La ejecución se realizaba de la siguiente manera: luego de la lectura de la condena de muerte, escribían en una tablita la culpa por la cual era crucificado el condenado. Esta tabla era generalmente de color rojo, cubierta de yeso y la inscripción era hecha con grandes letras negras. La tabla se llamaba 'titulus,' en griego 'titlos.'
Existían dos tipos de cruz: 'crux compacta' o cruz Tau y 'crux immissa.' Las cruces estaban hechas de madera barata y dura, generalmente de roble u olivo. La 'crux immissa' se hacía de dos tablas toscas y fuertes, unidas en forma de cruz. Las cruces eran de 7,5 hasta 9 pies de altura. Por delitos graves se crucificaba en cruces altas, por delitos menores en cruces bajas. A veces clavaba en la cruz una estaca en forma de cuerno, esto servía de asiento y era llamado 'sedile' o 'cornu,' sobre esta estaca el condenado se sentaba para que no se le desgarren los músculos de las manos en las muñecas. Con frecuencia, en lugar de un asiento, se clavaba debajo de los pies del crucificado un soporte, generalmente hecho de la misma tabla que la cruz, sobre el cual el desdichado se apoyaba. Este soporte se llamaba 'suppedaneum lignum,' en griego 'ipopodion.'
Después del juicio y la condena, comenzaba el tormento, 'flagellum.' El condenado era cruelmente apaleado, la masa generalmente lo odiaba. Le daban a llevar la cruz, o más frecuentemente el travesaño. A veces se ataba el travesaño atrás de los hombros del condenado y sobre él sujetaban los brazos del desdichado. Cuando el condenado a muerte no quería ir al lugar de la ejecución y se negaba, entonces lo obligaban y lo empujaban y, como sus brazos estaban atados, no podía defender se de los golpes. La ley romana determinaba quitar la ropa del condenado y llevarlo desnudo por las calles principales donde había mucha gente para que también sufra moralmente. A veces, luego de los azotes, lo vestían. La ley hebrea permitía llevar al condenado vestido. Había casos en que el condenado era golpeado por el camino con tanta fuerza que la ropa se le caía y llegaba al lugar de la ejecución mutilado, con las extremidades quebradas, medio muerto. A menudo moría por el camino, entonces el cuerpo era arrastrado y luego clavado a la cruz.
Generalmente, la pena de muerte era ejecutada por un verdugo, pero a veces, eran enviados soldados. Por lo general eran cuatro, y al mayor en rango, el centurion, se le encargaba el control sobre los demás. La obligación de los verdugos consistía en traer al condenado al lugar de la ejecución, crucificarlo y ver que no lo bajen con vida. En el lugar de la ejecución, los verdugos primero le quitaban la ropa al condenado, se les permitía repartirse la vestimenta del castigado. El condenado era atado a la cruz: sin desatar sus brazos, lo acercaban al poste o cruz y sujetaban una soga al travesaño que luego arrojaban sobre el poste, elevaban al desdichado hasta que no tocara la tierra con los pies. Una vez atado el sentenciado vivía mucho tiempo, si era fuerte, moría después de una semana.
Algunos eran crucificados sobre las cruces directamente. Antes de la crucifixión, desataban el travesaño y colocaban al desdichado sobre la cruz y lo clavaban. Luego, elevaban la cruz junto con el crucifica do y la hincaban en la tierra. Sobre la cabeza del sentenciado clavaban una tablita en la que estaba escrita su culpa. Los condenados que eran clavados morían mas rápido que los que eran atados. Así, por ejemplo, en el año 1247 fue crucificado en Damasco un esclavo que vivió tres días. Durante la crucifixión, se clavaban los clavos más arriba de la palma, ya que las palmas tienen ligamentos débiles y no podían sostener el peso del cuerpo de un crucificado. Hubo casos en que la carne de los brazos se desgarraba y se desprendía de los clavos, el atormentado caía al suelo. Era aun peor si tenía clavados los pies (no siempre se clavaban a la cruz) ya que al caer, se le quebraban. Pero si esto ocurría era clavado nuevamente. Esto era tan atroz que ni aun los verdugos aguantaban semejante crueldad. Para que el crucificado no se caiga se clavaba el soporte - 'ipopodion.'
Ver al crucificado era terrible: su rostro desfigurado expresaba sufrimiento. El, ora emitía gritos salvajes, ora rezaba. La víctima se desangraba. La sangre no llegaba al cerebro, inundaba los pulmones, el corazón se detenía. El agonizante se ahogaba. Así vivía un día, dos, a veces hasta tres.
Estaba prohibido enterrar el cuerpo de los que habían muerto en la cruz. El cuerpo quedaba colgando durante mucho tiempo para burla y deshonra. Los animales salvajes y los perros saltaban y lo desgarraban, las aves de rapiña lo picoteaban de arriba. El resto se pudría y caí a al suelo. Luego colgaban los huesos pelados. Los cuerpos de los muertos en la cruz se dejaban para atemorizar a la gente. Los judíos no enterraban los cuerpos de los crucificados para no ultrajar la tierra. Cicerón dijo que no hay palabras para describir la crucifixión.
La Veneración De La Cruz
De Los Primeros Cristianos
"Nosotros predicamos a un Cristo crucificado... fuerza de Dios y sabiduría de Dios" (1 Cor. 1: 23-24)
LA CRUZ DE CRISTO se convirtió en el símbolo fundamental del cristianismo inmediatamente después de la Ascensión del Señor. El apóstol Pedro predicaba al Cristo crucificado ya el día de Pentecostés, diciendo: "¡Israelitas! A Jesús Nazareno...vosotros lo tomasteis y lo matasteis clavándole en la cruz por mano de los impíos; pero Dios Lo resucitó" (Hch. 2:22-24). El apóstol Pablo escribe: "Pues l a predicación de la cruz es una necedad para los que se pierden; mas para los que se salvan es fuerza de Dios" (1 Cor. 1:18), y también: "En cuanto a mí, Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo es para mí un crucificado y yo u n crucificado para el mundo" (Gal. 6:14).
Al ascender a la Cruz, el Señor bendijo a Sus discípulos para predicar y para los sufrimientos: "Si el mundo os aborrece, sabed que a Mí me ha odiado antes que a vosotros... Si me conocieron a Mí, los conocerán también a vosotros" (Jn. 15:18-20). Desde el día del descenso del Espíritu Santo hasta Constantino el Grande, se sucedieron 300 años de crueles persecuciones al cristianismo. Los primeros cristianos no podían representar abiertamente la cruz, por ello aparecieron representaciones encubiertas, símbolos de la fe cristiana: el cordero, el pastor, la paloma, el pez, el ancla. Los dibujos simbólicos, con frecuencia se hacían sobre las lápidas en las catacumbas y los sepulcros de los primeros cristianos (ver "Las Catacumbas de Roma," "Vida Ortodoxa" N-ro. 10, 1993).
Pero el principal símbolo del cristianismo lo configuraron las primeras letras del nombre de Cristo (en griego): "X" - primera letra de la palabra Cristo, ella al mismo tiempo representaba la cruz, y, la "I" - primera letra de la palabra Jesús. Unidas, estas letras- símbolos, conformaban un monograma. Luego, la "I" se cambió por una "P" que, en unión con la "X," representaba las tres primeras letras del nombre del Señor: Jesús Cristo y el símbolo de la cruz.
No se sabe desde qué tiempos se comienza a usar este monograma. Se puede suponer que este símbolo existía en tiempos apostólicos . En el Apocalipsis de San Juan el Teólogo se dice: "Y vi otro ángel que subía del nacimiento del sol, y tenía el sello del Dios vivo" (Ap. 7:2). Se habla del monograma con más claridad aun en las palabras: ..".y le daré una piedra blanca, y en la piedra un nombre nuevo escrito que no conoce nadie, sino aquel que lo recibe" (Ap. 2:17).
Cuando este monograma tenía la barra transversal, señalaba n o solo la cruz, sino también la crucifixión. En los monumentos cristianos antiguos, se encuentran monogramas con las letras alfa y omega (primera y última letra del alfabeto griego). Comparemos con el texto de la Revelación del evangelista Juan: "Yo soy el alfa y el omega, el principio y el fin, el primero y el último." El monograma con una rama de palma, símbolo de victoria, indicaba la victoria de Cristo. Estos monograma s se representaban en los sepulcros de los mártires, ya que los que sufrieron por Cristo, vencieron a la muerte. Los monogramas que tenían estrellas hablaban del Salvador, Quien "tenía en su diestra siete estrellas" (Ap. 1:16).
Los monogramas con triángulos explicaban el misterio del Dios trihipostático. El monograma constituía una enseñanza encubierta y abreviada de la esencia de la fe cristiana; el mismo hablaba del nombre de Cristo que "es sobre todo nombre, ante el nombre de Jesús se dobló toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y en los infiernos" (Fil. 2:9-10); hablaba también de Su cruz y Su crucifixión; de las tres hipóstasis de la Divinidad. Gracias al monograma la doctrina cristiana se preservó durante los tiempos de persecución.
Los humildes y mansos soldados de Cristo, los mártires cristianos, con su amor, paciencia y sufrimientos vencieron el mundo pagano; terminaron con las crueldades de la esclavitud; destruyeron los ídolos y prepararon al mundo para recibir a Cristo. Antes de la batalla decisiva contra Masquentio, San Constantino, emperador de Bizancio (312-337), tuvo una visión de la cruz, o mejor dicho, del monograma "PX," con la barra transversal, y debajo de ella la siguiente inscripción: "Con ella vencerás." San Constantino mandó adornar con ese signo la parte superior de los estandartes de sus regimientos (labarum) y así venció al enemigo. De este modo comenzó un nuevo mundo, el mundo cristiano.
Desde fines del siglo 6 el monograma cede su lugar a la cruz. En el siglo 5to. las cruces, como escribe San Juan Crisóstomo, estaban difundidas por doquier: en las casas, en las plazas, en el desierto, en los caminos, en las montañas, en los barcos y las islas, en las habitaciones, sobre la vajilla. Constantino el Grande puso una cruz de oro puro sobre el sepulcro del apóstol Pedro en Roma. En aquella época trataban de tener cruces en todos lados: sobre el pecho, en las casas, sobre las tumbas de los seres queridos.
La forma inicial de la cruz y la más difundida era la cruz equilátera, de ella provienen muchas variedades de cruces. El beato Agustín y San Irineo suponen que Cristo fue crucificado sobre una cruz romana o latina (crux imissa). La cruz egipcia o de San Antonio es la llamada crux comissa, según la Tradición San Antonio Magno tenía una cruz así; la cruz de San Andrés es la llamada crux decussata sobre la cual fue crucificado San Andrés, según la Tradición. Además de la cruz ortodoxa rusa, se conoce también, por ejemplo, la cruz Jordana de la pequeña Rusia (es la que representaban en las puertas de las casas en la pequeña Rusia, Ucrania, cuando recorrían con el agua del 'Jordán').