Thursday, August 29, 2019

Santo Mártir Andrés Stratelatos y los otros con el (2,593 Soldados) en Cilicia. Septiembre 1.

El Mártir Andrés Stratelatos fue un comandante militar en el ejército romano durante el reinado del emperador Maximiano (284-305). Ellos lo querían en el ejército romano a causa de su valentía, por ser vencedor y por su sentido de la justicia. Cuando un gran ejército persa invadió los territorios de Siria, el gobernador Antíoco encargo a San Andrés como el jefe del ejército romano, dándole el título de "Stratelatos" ("Comandante"). San Andrés seleccionando un pequeño destacamento de soldados valientes se fue contra el adversario.

Sus soldados eran paganos, y San Andrés aún no había aceptado el bautismo, pero él creía en Jesucristo. Antes del conflicto convenció a los soldados que los dioses paganos eran demonios y no podían ayudar en la batalla. Proclamó a Jesús Cristo, el Dios omnipotente de los cielos y la tierra, dando ayuda a todos los que creen en él.

Los soldados iban a la batalla, invocando la ayuda del Salvador. El pequeño destacamento derrotó a las numerosas huestes de los persas. San Andrés regreso de la campaña en la gloria, tras haber obtenido una victoria total. Pero unos hombres envidiosos lo denunciaron al gobernador Antíoco, diciendo que el era un cristiano que había convertido a los soldados bajo su autoridad a su fe.

San Andrés fue llamado a juicio, y allí declaró su fe en Cristo. Por esto, lo sometieron a torturas. Le pusieron sobre una cama de cobre encendido, pero tan pronto como él buscó la ayuda del Señor, la cama se enfrió. Ellos crucificaron a sus soldados en los árboles, pero ninguno de ellos renunció a Cristo. Encerrando al mártir de nuevo en la prisión, Antíoco envió un informe al emperador, incapaz de decidir si se debe imponer la pena de muerte sobre el campeón elogiado. El emperador sabía que el ejército amaba a San Andrés, y temiéndose de una rebelión, dio órdenes para liberar a los mártires. En secreto, sin embargo, ordenó que cada uno de ellos sea ejecutado por cualquier pretexto.

Después de ser liberado, San Andrés se fue a la ciudad de Tarso, con sus soldados compañeros. Allí, el Obispo local Pedro y el Obispo Nonos de Berea los Bautizaron. Entonces los soldados se fueron a la vecindad de Taxanata. Antíoco escribió una carta a Seleuco, gobernador de la región de Cilicia, le ordenó capturar a San Andrés y a sus compañeros para matarlos, bajo el pretexto de que habían abandonado sus normas militares.

Seleuco vino contra a los mártires en los desfiladeros del Monte Tauro, donde evidentemente iban a sufrir. San Andrés, llamando a los soldados como sus hermanos y sus niños, los exhortó a no temer a la muerte. Él oró por todos los que quieran honrar su memoria, y pidió al Señor para crear un manantial curativo en el lugar donde su sangre iba a derramarse.

En el momento de esta oración los valientes mártires fueron decapitados con la espada. Durante este tiempo, una fuente de agua broto de la tierra. Los Obispos Pedro y Nonos, con su clero, en secreto, siguieron la compañía de San Andrés, y enterraron sus cuerpos. Uno de los clérigos, sufriendo un largo tiempo por causa de un espíritu maligno, bebió de la fuente de agua, y rápidamente se sano. Las noticias de este evento se extendió entre la población local y empezaron a llegar al manantial. A través de las oraciones de San Andrés y del sufrimiento de los 2593 Santo Mártires con él, ellos recibieron gran ayuda de Dios.
 
Catecismo Ortodoxo
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