La vida del cristiano es — trabajo y oración. Оrad constantemente (1 Tes. 5:17) — dice el Apóstol y luego los Santos de nuestra Iglesia, que han sabido por experiencia el poder y la bondad de la oración permanente. La oración a la cual más se recurre, es la denominada Oración de Cristo:
Señor Jesucristo, Hijo de Dios, perdóname mis pecados.
Si reuniéramos todos los escritos de los Santos Padres sobre los hechos de la Oración de Jesús, resultaría una gran biblioteca. La brevedad y sencillez de esta Oración permiten a todo cristiano incluirla en su norma diaria (por supuesto, con la bendición de su padre espiritual), repitiéndola diariamente: 50, 100, 200 veces o mas. ¿Pero cómo rezar y contar las veces al mismo tiempo? He aquí el rosario que nos ayuda en ello.
El rosario actual es un hilo en círculo cerrado, con 50 o 100 pepitas a modo de un collar, donde cada décima pepita tiene un tamaño algo mayor que las demás. Efectivamente, el rosario ayuda a contar las veces que se repite una oración o una inclinación, pasando con los dedos de la mano izquierda las pepitas sobre el hilo. Llegando a la décima pepita, se dice el Padre Nuestro, o "Alégrate, Virgen Santa…" y la Oración de Jesús. Al concluir las veces estipuladas, se reza "Digno es verdaderamente…" El rosario puede emplearse con cualesquiera otras oraciones.
En Rusia antigua el rosario tenía otra forma: la de una escalerilla, igualmente cerrada, compuesta de "pequeños escalones" de madera revestidos de cuero o tela. Se llamaba "escalera" y significaba en el sentido espiritual, la escalera de la salvación, de la subida al Cielo. El círculo cerrado del rosario significa la oración interminable, eterna.
El rosario es parte de la vestidura de los monjes; los laicos pueden usarlo en sus oraciones con la bendición del padre espiritual: en el trabajo, en lugares públicos. Basta poner la mano en el bolsillo y repasar las cuentas.
La mala costumbre de llevar el rosario en el cuello, envolverlo en la muñeca, darle vueltas en el dedo, es inapropiada. Como cualquier cosa sagrada (y el rosario es rociado con agua bendita), debe ser tratado con respeto y sin demostración ostentosa.
Obispo Alexander Mileant
Catecismo Ortodoxo
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