PARAKLITIKOS CANONAS A SAN SPIRIDONA
Tono 8º
Voda I
Irmos: Atravesando el mar como por tierra seca, y
libre de la mano de Egipto, Israel clamó: ¡Alabemos a nuestro Dios y
Libertador!.
Santo Jerarca Spiridón, ruega a Dios por
nosotros.
Has brillado como una montaña luminosa, alcanzando
las alturas insondables de la Santa Trinidad, y resplandeciendo con la luz
increada de la gracia divina. Por eso, oh santo jerarca, no dejes de suplicar
por los que acuden con fe a tu pronta intercesión.
Santo Jerarca Spiridón, ruega a Dios por
nosotros.
Con la multitud de tus oraciones el Señor
Todopoderoso hizo que lloviera y puso fin a la terrible sequía, y obraste que
muchas tierras de los rectos creyentes fueran fértiles. Por eso, mi alma se
empapa con la lluvia de tu pasión celosa fructificando en nuestras mentes los
pensamientos divinos.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Condujiste al filósofo errante al redil de la fe,
mostrándole claramente el misterio de la Trinidad, aunque este misterio no
entraba en los límites de sus pensamientos materiales. Elimina nuestros pensamientos
vanidosos e ilumina nuestras mentes y palabras con los rayos de tus puras
oraciones.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén.
Tú que llevaste en tu seno a Aquel que es
incontenible y lo sostuviste en tus brazos, oh Theotokos, desata nuestras
pasiones y enardece nuestras almas con la oración, para que pasemos velozmente
por el mar indómito de este mundo.
Oda III
Irmos: Tú eres la fortaleza de los que acuden a
ti, oh Señor. Eres la luz de la oscuridad y mi espíritu Te alaba.
Santo Jerarca Spiridón, ruega a Dios por
nosotros.
Al igual que el gran profeta Elías, con tus
oraciones abriste y cerraste el cielo. Por eso, acude en nuestra ayuda y abre
las puertas de nuestros corazones endurecidos, cerrando la puerta de nuestra
mente a los malos pensamientos.
Santo Jerarca Spiridón, ruega a Dios por
nosotros.
Te revestiste con el manto de la humildad y con la
capa del episcopado, y llenaste la lámpara de tu corazón con el aceite de tus
milagros. Por eso, te traemos humildemente nuestras acciones de gracias y
alabanzas, oh santo jerarca.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Con gran gloria te ha revestido realmente Cristo,
pues brillaste en el mundo como una estrella radiante de humildad, con la que
iluminas nuestras mentes oscurecidas para que lleguemos al reino del cielo con
todos los santos.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén.
Por encima de todo pensamiento y entendimiento, de
ti nació el Creador de todo, oh Theotokos, y con tu leche materna alimentaste a
Aquel que alimenta a los ángeles con la sabiduría divina. Aliméntanos también a
nosotros, pues hemos probado el mal de nuestras pasiones.
A continuación se dicen las siguientes estíqueras:
Serviste como serafín del Creador que ama a los
humildes de corazón, oh santo jerarca Spiridón. Por eso, destruye con el fuego
de tus oraciones la maldad de nuestros pensamientos, y muéstranos la luz
brillante de la sabiduría divina, para que también seamos humildes.
Oh Madre de la Luz, icono purísimo de la
Virginidad. A ti te alaban y te honran todas las huestes angélicas, y en la
tierra, no somos dignos de contemplar la belleza insondable de tu pureza. Por
tus dignas intercesiones, concédenos tener pensamientos humildes para que
podamos obtener la belleza primigenia de nuestra alma.
Ahora se nombran aquellos por quienes se reza esta
Paráclesis.
Letanía
Sacerdote: Ten piedad de nosotros, oh Señor, según
tu gran misericordia te suplicamos que nos escuches y tengas piedad.
Coro: Señor ten piedad , Señor ten piedad, Señor
ten piedad.
De nuevo rogamos por nuestro padre y Obispo N. y
por todos nuestros hermanos en Cristo.
También rogamos por la vida, paz, salud,
salvación, visitación, perdón y remisión de los pecados de los siervos de Dios,
los cristianos ortodoxos, los que viven en esta ciudad y los reunidos en este
santo templo, sus feligreses y bienhechores.
De nuevo rogamos por los siervos de Dios N. N. (Aquí
se insertan los nombres de los fieles por los cuales se ruega) que elevan esta
súplica.
Porque eres un Dios misericordioso y amante de la
humanidad, te rendimos gloria, oh Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y
siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén.
Cathisma tono 4º
Al igual que el divino pastor David, fuiste tenido
como necio y sencillo, y Cristo te hizo digno de guiar al rebaño de los fieles
hacia el refugio de la salvación. Por eso, te suplicamos que no permitas que
seamos extraviados en los caminos del pecado, sino guíanos por el camino de la
virtud que conduce al Señor.
Oda IV
Irmos: Oh Señor, Tú eres mi fuerza y fortaleza, Tú
eres mi Dios, mi júbilo y mi alegría; Oh Tú, que sin dejar el Seno del Padre,
te compadeciste de nuestra pobreza y humildad, con el Profeta Habacuc te
exclamo: ¡Gloria a Tu poder, oh Amante de la humanidad!.
Santo Jerarca Spiridón, ruega a Dios por
nosotros.
Siendo rico en oraciones, apaciguaste el hambre de
los menesterosos, obrando grandes milagros entre los pobres y avergonzando la
fastuosidad de los comerciantes y amantes del oro. Por eso te suplicamos que
alivies nuestras necesidades, oh bienaventurado.
Santo Jerarca Spiridón, ruega a Dios por
nosotros.
La serpiente, que con arte conspirador hizo caer
en el pecado a Eva, la has convertido en oro para pagar la deuda de los ricos y
poderosos, oh San Spiridón. Cristo, que aplastó la cabeza de la serpiente con
el poder de la Cruz, pagó con ella la deuda de Adán, otorgándonosla para
obtener misericordia y perdonar nuestras deudas.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Fuiste un digno socorro para los pobres, oh
bienaventurado jerarca, y aliviaste las necesidades de los menesterosos y
fuiste un padre para los huérfanos. Por tus oraciones, suplica a Cristo Dios
para que nos conceda la abundancia de su misericordia y su divino amor
paternal.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Amén.
Indignamente te alabamos, oh Theotokos, y
suplicamos tu maternal atención, pues estamos caídos en la más absoluta pereza
para realizar las buenas obras para gloria de Dios.
Oda V
Irmos: Dispersa, oh Señor, la oscuridad de mi alma
con la luz de tus mandamientos, para que brille con el resplandor del único Rey
de paz.
Santo Jerarca Spiridón, ruega a Dios por
nosotros.
Increpaste a aquel que había caído en la lujuria,
y le hiciste concebir en su corazón el arrepentimiento inmediato, liberándolo
de las garras del pecado y conduciéndolo a la vida. Condúcenos también a
nosotros al arrepentimiento por tu digna intercesión.
Santo Jerarca Spiridón, ruega a Dios por
nosotros.
Reprendiste con rectitud a la mujer del marinero
que para que confesara su pecado de adulterio, queriendo conducirla al
arrepentimiento. Mas por su obstinación e incapaz de arrepentirse murió sin
poder dar a luz al fruto de su vientre. Ayúdanos, oh santo jerarca, con tu intercesión
para que confesemos nuestros pecados y nuestros hijos no mueran por nuestra
causa.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Hablaste con tu hija muerta, para encontrar la
copa de la triste mujer que se la había confiado, y por el poder de Dios, habló
desde la tumba revelando el lugar donde estaba depositada. Por tu poderosa
oración, despierta en nosotros el arrepentimiento por nuestras pasiones para
que hallemos el tesoro de la salvación.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén.
Oh Santísima Theotokos, escucha con compasión las
voces de tus siervos afligidos por el pecado, y vierte sobre sus almas el
aceite de tu misericordia en tiempo de apuro para que puedan obtener la gracia
divina y puedan aportar frutos de arrepentimiento al divino Juez Justo.
Oda VI
Irmos: Ante el Señor me lamento y derramo mi
angustia, porque mi alma está llena de iniquidades y mi vida está cercana al
Hades. Te ruego, pues, como Jonás, exclamando: ¡Levántame de la corrupción, oh
Dios mío!
Santo Jerarca Spiridón, ruega a Dios por
nosotros.
En un sueño, el Señor mostró al emperador cómo
podría ser librado de los terribles males de su enfermedad, y que tú le
sanarías con el poder del Gran Médico de las almas. Por eso, oh bienaventurado
jerarca, intercede por nosotros para que seamos librados de todo dolor de alma
y cuerpo.
Santo Jerarca Spiridón, ruega a Dios por
nosotros.
Otorgaste multitud de bienes espirituales a los
pobres y menesterosos, oh San Espiridón. Por eso, otórganos los ríos de tus
maravillas, y ablanda el corazón de los poderosos, para que sean dignos, por
sus obras de arrepentimiento, de obtener la virtud divina.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Reprendiste el orgullo del vanidoso diácono,
haciéndole callar su voz portentosa, para que aprendiera con amor a obedecer; y
por tu misericordia, suplicaste a Dios para que volviera a ella, dejando en su
voz, una marca de humildad. Te suplicamos, oh bienaventurado, que nos concedas
por tu intercesión, el don de la obediencia y la virtud de la humildad.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén.
Los querubines caen postrados ante tu excelsitud,
oh Santísima Theotokos, y los ángeles se asombran por tu pureza y caen ante tu
trono glorioso. Oh Santa Madre, suplica por nosotros para que el Señor nos
envíe a sus ángeles y que alejen de nosotros a los enemigos visibles e
invisibles.
A continuación se dicen las siguientes estíqueras:
Como el profeta Elías, fuiste un gran celoso de la
verdad, y digno de grandes alabanzas, y así como te entristeciste por la muerte
de tu hija, te suplicamos que ruegues para que no muramos por la espada de
nuestros pecados, sino que vivamos una vida de arrepentimiento, oh santo
jerarca Spiridón.
Oh santísima Theotokos, que en los últimos tiempos
diste a luz de una manera inefable a Dios el Verbo, intercede incesantemente
ante Él por nosotros, pues tú posees la seguridad de una madre.
Ahora se nombran aquellos por quienes se reza esta
Paráclesis.
Letanía
Sacerdote: Ten piedad de nosotros, oh Señor, según
tu gran misericordia te suplicamos que nos escuches y tengas piedad.
Coro: Señor ten piedad , Señor ten piedad ,Señor
ten piedad.
De nuevo rogamos por nuestro padre y Obispo N. y
por todos nuestros hermanos en Cristo.
También rogamos por la vida, paz, salud,
salvación, visitación, perdón y remisión de los pecados de los siervos de Dios,
los cristianos ortodoxos, los que viven en esta ciudad y los reunidos en este
santo templo, sus feligreses y bienhechores.
De nuevo rogamos por los siervos de Dios N. N. (Aquí
se insertan los nombres de los fieles por los cuales se ruega) que elevan esta
súplica.
Porque eres un Dios misericordioso y amante de la
humanidad, te rendimos gloria, oh Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Amén.
Contaquio tono 2
Cristo te eligió como digno pastor desde el
vientre de tu madre, oh santo y glorioso jerarca Espiridón, predicador de los
dogmas de la verdad y digno portador de los dones del Espíritu Santo. Fuiste
herido con el amor a Cristo, oh bienaventurado, y tu alma y mente fueron llenas
de la luz del Espíritu, adquiriendo la gracia de obrar maravillas y conducir al
rebaño de los fieles, por el arrepentimiento, a Cristo Dios. Tú que ahora estás
ante Su santo altar, suplícale para que nos conceda el perdón divino.
Anavathmi
Primera antífona de los Himnos de Ascensión del tono 4º
(2 veces) Desde mi juventud me sitiaban pasiones, pero Tú,
oh Salvador, me proteges y salvas. Desde mi juventud me sitiaban pasiones, pero
Tú, oh Salvador, me proteges y salvas.
(2 veces) Que sean confundidos por el Señor todos los
enemigos de Sión, que sean como hierba quemada por un fuego desolador.
Que sean confundidos por el Señor todos los
enemigos de Sión, que sean como hierba quemada por un fuego desolador.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Toda alma vive por la gracia del Espíritu Santo, y
cuando está totalmente purificada se eleva hasta que por un misterio sagrado,
resplandece con la Unidad Trinitaria.
Ahora y siempre y por lo siglos de los siglos.
Amén.
Por el Espíritu Santo, fluyen los arroyos de la
gracia, regando toda la creación y llenándola de vida.
Prokímeno, tono 4º
Preciosa es a los ojos del Señor la muerte de sus
Santos.
Est.: Que tus sacerdotes vistan con rectitud, que
tus fieles griten de alegría.
Lectura del Santo Evangelio
Sacerdote: Para que seamos dignos de escuchar el
santo Evangelio, roguemos al Señor nuestro Dios.
Coro: Señor ten piedad (tres veces)
Sacerdote: Sabiduría, en pie, escuchemos el Santo
Evangelio. Paz a todos.
Coro: Y con tu espíritu.
Sacerdote: Lectura del Santo Evangelio
según San Mateo.
Coro: Gloria a ti Señor, gloria a ti.
(11:27-30)
“A Mí me ha sido transmitido todo por mi Padre, y
nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre conoce bien nadie sino el
Hijo y aquel a quien el Hijo quisiere revelarlo. Venid a Mí todos los agobiados
y los cargados, y Yo os haré descansar. Tomad sobre vosotros el yugo mío, y
dejaos instruir por Mí, porque manso soy y humilde en el corazón; y
encontraréis reposo para vuestras vidas. Porque mi yugo es excelente, y mi
carga es liviana”
Coro: Gloria a ti Señor, gloria a ti.
Tono 2º
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Por las intercesiones de San Spiridón, Tú que eres
misericordioso borra la multitud de nuestros pecados.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén.
Por las intercesiones de la Theotokos, Tú que eres
misericordioso borra la multitud de nuestros pecados.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu
inmensa compasión borra mi culpa.
Brillaste en la tierra como el sol por la multitud
de tus milagros, por causa del gran amor de Cristo por los hombres, y por tu
justo ministerio episcopal, y la pureza y perfección de tu corazón, el Espíritu
Santo moró en ti, haciendo de ti un vaso escogido para gloria de Dios Padre.
Oda VII
Irmos: El joven Abraham se negó a inclinarse ante
los ídolos de oro, y fue purificado, como el oro en el crisol, siendo hecho
amigo de dios, por lo cual alabó a Dios diciendo: ¡Bendito seas, Dios de
nuestros padres!
Santo Jerarca Spiridón, ruega a Dios por
nosotros.
El hombre codicioso quiso obtener una cabra sin
pagarla, pero le mostraste que la codicia es contraria a la voluntad de Dios.
Por eso, oh santo jerarca, concédenos arrepentimiento para que no codiciemos
las posesiones terrenales, sino que celosamente adquiramos las riquezas
espirituales.
Santo Jerarca Spiridón, ruega a Dios por
nosotros.
El codicioso mercader obtuvo de ti dinero para sus
mercancías, pero nunca devolvía lo que tomaba prestado. Mas por su pecado,
quedó empobrecido, y por su pobreza, obtuvo la riqueza del arrepentimiento y la
humildad. Por eso, oh bienaventurado jerarca Spiridón, intercede para que
obtengamos los dones de la limosna, la humildad y la justicia.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Los ángeles respondieron en una iglesia vacía de
gente a las oraciones que ofrecías. Y nosotros, cegados por nuestra mente y obnubilados
por nuestros malos pensamientos, no ofrecemos dignamente las oraciones a Dios.
Por eso te suplicamos que seamos dignos de ofrecer nuestras ofrendas de
gratitud en las santas iglesias de Dios y podamos ser refrescados con el agua
de vida y adornados con la corona de la fe.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén.
Los que te veneran en las iglesia con amor, oh
Santísima Theotokos, siempre encuentran en ti un remanso de oración y paz. Por
eso, haznos dignos de heredar la vida eterna, con la multitud de tus
intercesiones.
Oda VIII
Irmos: Contemplando al Sol de justicia clavado en
la Cruz, la tierra fue sacudida por un terremoto, y viendo la grandeza de tu
pasión, el mundo fue cubierto de espanto. Por eso te suplico, oh Cristo, que
sanes como un médico las pasiones de mi alma.
Santo Jerarca Spiridón, ruega a Dios por
nosotros.
El Señor multiplicó el aceite de la lámpara a
causa del celo de tu devoción. Convierte nuestros corazones, oh bienaventurado
Espiridón, en lámparas llenas con el aceite del arrepentimiento y con la luz de
la misericordia divina.
Santo Jerarca Spiridón, ruega a Dios por
nosotros.
Te compadeciste por la oración de la ferviente
mujer, y por tu intercesión, su marido fue sacado del abismo de la
incredulidad. Aleja de nosotros el abismo de nuestras pasiones por la multitud
de tus intercesiones ante Dios.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Los pobres de espíritu se dirigen a ti para que en
su ignorancia, oh santo, puedan obtener la gracia divina. Y nosotros, pobres
pecadores, te presentamos nuestras humildes alabanzas, para que seamos dignos
de recibir las riquezas de los dones espirituales.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén.
Oh Santísima Theotokos, sana la multitud de
nuestras pasiones con el ungüento de tus oraciones. Ilumina nuestras almas con
el brillo de tu compasión y ruega al Señor para que tenga piedad de nosotros.
Oda IX
Irmos: Eva trajo al mundo la enfermedad de la
maldición por su desobediencia, pero Tú, oh Theotokos, por el fruto de tu
vientre, has traído al mundo el Fruto bendito y glorioso de nuestra salvación.
Santo Jerarca Spiridón, ruega a Dios por
nosotros.
Los ladrones intentaron saquear el rebaño de los
pastores, pero tú, oh bienaventurado jerarca Spiridón, les hiciste volver a su
rectitud para obtener los dones divinos. Sé para nosotros, una antorcha de
rectitud y guíanos por el camino de la justicia hacia el remanso de paz que es
Cristo.
Santo Jerarca Spiridón, ruega a Dios por
nosotros.
Sin conciencia de su pecado, el comerciante no
devolvía el oro debido a la iglesia, y lo reprendiste con justicia. Guíanos por
la reprensión al arrepentimiento sincero, para que podamos obtener una
respuesta favorable ante el trono de Cristo nuestro Dios.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Hiciste caer al único ídolo que permanecía en pie
con tu poderosa oración, mostrando al mundo que el único dios poderoso es
Cristo nuestro Dios. Y por tu humildad y celo, te suplicamos que rompas
nuestros ídolos y pasiones.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén.
Eva cayó en el pecado, a causa de su vanagloria, y
Adán fue arrastrado por causa de ella. Mas tú, oh Theotokos, nos has concedido
el Fruto de tu vientre, para que seamos librados y obtengamos el fruto divino
de la salvación.
En verdad es digno y justo, a ti alabarte
Theotokos, siempre santa e inmaculada, Madre de Nuestro Señor. Más venerable
que los querubines, e incomparablemente más gloriosa que los serafines, que sin
mancha engendraste al Verbo Dios. A Ti verdadera Theotokos, te ensalzamos.
Megalimnario, tono 8º
Alégrate, alabanza de Trimitum, iluminación y
gloria de los jerarcas que buscan la guía de la humildad. Eres el tesoro de los
pobres, y una fuente pura de la sabiduría del Verbo. Apaga el fuego de nuestras
pasiones, y planta en nuestros corazones la semilla de los pensamientos
divinos, para que podamos gozar de la gloria eterna ante Cristo nuestro Dios.
Presentaste con justicia la recta enseñanza de la
Santa Trinidad, eliminando la herejía de los descarriados. Ilumina nuestras
mentes con la gloria al Dios Uno y Trino y líbranos, por tus intercesiones, de
la oscuridad del pecado.
Alegría de los cielos, y gozo impertérrito de la
tierra. Fuente de dones divinos y tesoro de los menesterosos. Planta en
nosotros el fuego de la fe y la gracia y concédenos la bendición de tus
milagros, oh San Spiridón.
Nuestras mentes no pueden comprender las maravillas
de tus milagros, pero alabamos a Dios por la grandeza de tus obras. Sácanos de
las profundidades del pecado y condúcenos, por tu intercesión, a la fuente del
Agua Viva.
Fuiste un digno proclamador de la Santa Fe
Ortodoxa, oh santo Jerarca Spiridón. Fortalece ahora a la Iglesia de Cristo
para que sea librada, con tus oraciones, de las flechas de las herejías.
Viviste una vida de humildad, y Dios te concedió
la gracia de obrar multitud de milagros. Eres padre de los huérfanos, el sostén
de los pobres, el auxilio de los pecadores, la liberación de los encarcelados y
la alabanza de la Iglesia. Intercede ante el Creador de todos para que nos
cubra con el anhelo ardiente de la fe y el amor a Él, y nos mantenga firmes en
la fe de Cristo nuestro Dios.
Ejércitos Celestiales, Precursor del Señor, Apóstoles
bienaventurados, San Spiridón y todos los santos, suplicad junto a la Madre de
Dios, por nuestra liberación y salvación.
Lector:. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal,
ten piedad de nosotros.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo
Inmortal, ten piedad de nosotros Santo Dios, Santo
Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.
Gloria al Padre … Ahora y siempre …
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros. Señor,
purifícanos de nuestros pecados. Soberano, perdona nuestras transgresiones.
Santo, visítanos y cura nuestras dolencias por tu nombre.
Señor, ten piedad, Señor ten piedad. Señor ten
piedad.
Gloria al Padre … Ahora y siempre …
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado
sea tu Nombre. Venga a nosotros tu Majestad, hágase tu Voluntad, así en la
tierra como en el cielo. El pan sobreesencial dánosle hoy; perdona nuestras
deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos introduzcas
en la tentación, mas líbranos del maligno.
Sacerdote: Porque tuyo es el Reino, el poder y la
gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los
siglos. Amén.
Tropario, tono 4
Invencible defensor y consejero designado por
Dios. Padre amoroso de los pobres y digno intercesor ante Cristo. Fuiste un
digno jerarca y guiaste a los fieles hacia el Señor por la multitud de tus
maravillas. Por eso te suplicamos que ilumines nuestros corazones con los rayos
de tu sabiduría y ayúdanos a llevar dignamente una vida de arrepentimiento.
Letanía
Sacerdote: Ten piedad de nosotros, oh Señor, según
tu gran misericordia, te suplicamos que nos escuches y tengas piedad.
Coro: Señor, ten piedad Señor ten piedad. Señor
ten piedad.
También rogamos por todos los fieles cristianos
ortodoxos.
De nuevo rogamos por nuestro padre y Obispo N. y
por toda nuestra hermandad en Cristo.
Roguemos también para que obtengamos misericordia,
vida, paz, salud, protección, perdón y remisión de los pecados de los siervos
de Dios N. N., por los miembros de nuestra parroquia, y por los benefactores de
este santo lugar.
Roguemos también por los que hacen el bien en esta
santa y venerable iglesia, por todos los que trabajan y cantan y por todo el
pueblo aquí presente que espera de ti una grande y abundante misericordia.
De nuevo pidamos para que libre a esta santa
iglesia, a esta ciudad, a todas las ciudades y campos del hambre, la ira, las
plagas y terremotos, de las inundaciones, de los incendios, de la espada, de
las invasiones extranjeras, de la guerra civil y de la muerte súbita; que
nuestro Dios, amante de la humanidad, sea misericordioso y se nos muestre
favorable y nos libre de toda violencia y enfermedad y del justo castigo que
merecen nuestros pecados y tenga misericordia de nosotros.
Señor, ten piedad. (40
veces)
Roguemos también para que el Señor, y aunque somos
pecadores, escuche nuestra súplica y tenga piedad de nosotros.
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad Señor, ten
piedad.
Sacerdote: Escúchanos, oh Dios Salvador nuestro,
Esperanza de los que se encuentras en los confines de la tierra y de los que
navegan por el mar; sé misericordioso, oh Señor, sé misericordioso, perdona
nuestros pecados y ten piedad de nosotros. Porque eres un Dios compasivo y
amante de la humanidad y a ti te damos gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Al Santo Jerarca Spiridón
Te has mostrado como un adorno de los jerarcas y
el asombro de los ángeles, oh Santo Jerarca Spiridón. Por la pureza y humildad
de corazón, Cristo te revistió con el oficio del episcopado y has sido un digno
guía hacia el camino de la verdad. Por eso ahora moras en el cielo y alabas a
Dios con los santos y los ángeles. No te olvides de nosotros, oh santo padre,
pues suplicamos tus oraciones con fervor, para que seamos dignos de la
misericordia divina.
A la Theotokos
Oh Señora nuestra, recibe las oraciones de tus
siervos y líbranos de todas las adversidades.
Toda nuestra esperanza está depositada en ti, oh
Theotokos, protégenos con tu sagrado velo.
Lector: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu
Santo. Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén. Señor ten piedad. Señor
ten piedad. Señor ten piedad. (3 veces). Bendice,
padre.
El sacerdote, en las puertas reales y cara al
pueblo dice la despedida:
Despedida
Que Cristo nuestro Dios, por intercesión de su
purísima e inmaculada Madre, de los santos, célebres e ilustres Apóstoles, de
los santos Mártires, gloriosos y triunfadores, de los santos ancestros de Dios,
San Joaquín y Santa Ana, de San Spiridón, de (N. santos del día) cuya memoria
hoy celebramos; de (N., patrón de la iglesia) y de todos los santos, ten piedad
de nosotros y sálvanos, pues eres bueno y amas a la humanidad.
Entonces, el sacerdote vuelto hacia el icono de
Cristo que está en el iconostasio dice:
Sacerdote: Por las oraciones de nuestros Santos
Padres, Señor Jesucristo, Dios nuestro, ten piedad de nosotros y sálvanos.
Amén.