En tu Santo nombre,
Glorioso San Cipriano,
hoy, te rezo con toda mi devoción.
A ti recurro para líbrame
de todo peligro y daño de los prójimos,
que me quieran atacar,
líbrame de lo malo de mi vida:
de todo animal rabioso y venenoso,
líbrame de la mala lengua
de algún malqueriente mío,
líbrame del maleficio
y ensalmos malignos,
de las envidias y males de ojo
y de hechizos y brujería enviados.
Dirígeme con toda felicidad
y seguridad en mis viajes,
aclárame el camino,
aleja de mi los peligros y malhechores.
También de toda tentación
de mis enemigos, ocultos y visibles,
aléjalos de mi y de mi camino,
que aunque tengan lengua,
no me hablen ni de mi hablen,
y quede callado el mentiroso,
que aunque tengan ojos,
no me vean, no me miren,
y que si una mala mirada me echaran,
quede yo protegido por tu gran poder.
Líbrame de las envidias, glorioso santo,
de los que envidian mis logros,
mis bienes, mi amor, mi bienestar,
mi familia, mis posesiones,
y si con malas artes buscaran
arrebatarme lo que con tanto esfuerzo
he logrado conseguir,
que no me envíen males,
que yo a no hago mal a nadie
y no merezco males y daños.
Esta gracia te la pido por tu santidad
y por lo que en tu vida juraste
ser defensor contra los daños y peligros
que rodean al hombre.
Te ruego Santo mío,
que así alcances para mí
la protección y ayuda necesaria
contra todo mal,
por intercesión gloriosa para Dios.
Amén.
Glorioso San Cipriano,
hoy, te rezo con toda mi devoción.
A ti recurro para líbrame
de todo peligro y daño de los prójimos,
que me quieran atacar,
líbrame de lo malo de mi vida:
de todo animal rabioso y venenoso,
líbrame de la mala lengua
de algún malqueriente mío,
líbrame del maleficio
y ensalmos malignos,
de las envidias y males de ojo
y de hechizos y brujería enviados.
Dirígeme con toda felicidad
y seguridad en mis viajes,
aclárame el camino,
aleja de mi los peligros y malhechores.
También de toda tentación
de mis enemigos, ocultos y visibles,
aléjalos de mi y de mi camino,
que aunque tengan lengua,
no me hablen ni de mi hablen,
y quede callado el mentiroso,
que aunque tengan ojos,
no me vean, no me miren,
y que si una mala mirada me echaran,
quede yo protegido por tu gran poder.
Líbrame de las envidias, glorioso santo,
de los que envidian mis logros,
mis bienes, mi amor, mi bienestar,
mi familia, mis posesiones,
y si con malas artes buscaran
arrebatarme lo que con tanto esfuerzo
he logrado conseguir,
que no me envíen males,
que yo a no hago mal a nadie
y no merezco males y daños.
Esta gracia te la pido por tu santidad
y por lo que en tu vida juraste
ser defensor contra los daños y peligros
que rodean al hombre.
Te ruego Santo mío,
que así alcances para mí
la protección y ayuda necesaria
contra todo mal,
por intercesión gloriosa para Dios.
Amén.