En el Viernes luego de Pascua, Los Cristianos reconocen a la Virgen María como Madre de la Iglesia - "Fuente de la Vida" para todos los fieles que aún recorren el camino de la vida en la tierra. La nueva vida que fluye de la vida, muerte y Resurrección de Nuestro Señor es simbolizada como agua fluyendo desde una fuente o un pozo profundo, relacionado con muchas imágenes bíblicas.
Esta imagen, representada en muchos iconos, debe su origen al santuario griego de Baloukli, fundado al parecer por Justiniano hacia el año 560. Sus iconos representan a la Virgen, con las manos levantadas al cielo, y tiene en su pecho a Jesús que bendice.
Historia
En el antiguo Oriente esta idea de la nueva vida fluyendo de Cristo a través de la maternidad de la Theotokos estaba conectada a una aparición de la Virgen María a un joven príncipe que pedía ayuda por un moribundo en un pueblo cerca de Constantinopla.
Este hecho ocurrió a principios del s. V e involucró a un joven, Leo Marcellus, que luego devino en el emperador León del Imperio bizantino. En el intento de encontrar agua para el moribundo, escuchó la voz de la Virgen llamándolo a un bien alimentado manantial. Marcellus estaba al tanto de que era la Theotokos ofreciéndole agua y consecuentemente sanando a este hombre sufriente.
Posteriormente se estableció una basílica en el lugar (Santa María del Manantial), produciendo milagros y sanaciones. En el s. XI el emperador Justiniano fue sanado de una extraña enfermedad y, como muestra de apreciación, erigió una gran iglesia llamada el "Manantial dador de Vida" o "Manantial vivificante" (Ζωοδόχος Πηγή, Zoodochos Pigi). Así, el término "Fuente de Vida" se convirtió en un epíteto de la Santísima Madre de Dios y ella fue representada como tal en la iconografía.
Esta imagen, representada en muchos iconos, debe su origen al santuario griego de Baloukli, fundado al parecer por Justiniano hacia el año 560. Sus iconos representan a la Virgen, con las manos levantadas al cielo, y tiene en su pecho a Jesús que bendice.
Historia
En el antiguo Oriente esta idea de la nueva vida fluyendo de Cristo a través de la maternidad de la Theotokos estaba conectada a una aparición de la Virgen María a un joven príncipe que pedía ayuda por un moribundo en un pueblo cerca de Constantinopla.
Este hecho ocurrió a principios del s. V e involucró a un joven, Leo Marcellus, que luego devino en el emperador León del Imperio bizantino. En el intento de encontrar agua para el moribundo, escuchó la voz de la Virgen llamándolo a un bien alimentado manantial. Marcellus estaba al tanto de que era la Theotokos ofreciéndole agua y consecuentemente sanando a este hombre sufriente.
Posteriormente se estableció una basílica en el lugar (Santa María del Manantial), produciendo milagros y sanaciones. En el s. XI el emperador Justiniano fue sanado de una extraña enfermedad y, como muestra de apreciación, erigió una gran iglesia llamada el "Manantial dador de Vida" o "Manantial vivificante" (Ζωοδόχος Πηγή, Zoodochos Pigi). Así, el término "Fuente de Vida" se convirtió en un epíteto de la Santísima Madre de Dios y ella fue representada como tal en la iconografía.
Catecismo Ortodoxo
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