"Déjate perseguir, pero tú no persigas. Déjate crucificar, pero tú no crucifiques. Déjate ofender, pero tú no ofendas. Déjate calumniar, pero tú no calumnies… Alégrate con los que se alegran y llora con los que lloran: este es el signo de la pureza. Ten pena con los que sufren. Derrama lágrimas con los pecadores. Goza con los que se arrepienten. Sé amigo de todos, pero en tu interior permanece solo".
San Isaac el Sirio