El que alaba y ama a Dios es aquel que cumple su voluntad; pero quien no lo respeta, viola sus mandamientos: "Yo te he glorificado aquí en el mundo, cumpliendo la obra que m'encomendaste" (Jn. 17:4). "Tu que te presumes de la ley, ¿por qué deshonras a Dios al no cumplirla?" (Rom. 2:23). Cada uno, según sus posibilidades tendría que ser para los demás ejemplo de buenas obras: "Vengan a mi todos los que están fatigados y agobiados, y yo los aliviaré" (Mt. 11:28). Nadie pues, sea orgulloso por su juventud, sino sea ejemplo para los fieles en la palabra y en la vida; y más adelante: "Ustedes son la sal de la tierra; pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se salará? Ya no sirve para nada, sino para ser tirarla y que la pisen por los hombres" (Mt 5:13).
San Basilio el Grande
Aquellos que viven en vida común, tienen que estar unidos en el amor de Jesucristo, como muchos miembros en un solo cuerpo. El Apóstol dice: "En cualquier caso, que todo se haga con orden y decoro" (1 Co. 14:40). Pues por eso yo pienso que solamente esta forma de vida puede llamarse "más hermosa y digna" cuando en ella se conserva aquel orden, como existe entre los miembros del cuerpo; uno cumple el servicio del ojo, el otro tiene la función de la oreja o de las manos y así sucesivamente. Para eso, es necesario recordar esto: cuando algún miembro no cumple su obligación y no sirve a otro, entonces a todos los miembros amenaza el peligro, así lo mismo cada negligencia del superior o del súbdito trae dificultades, esto es lo mismo que cuando la mano o el pie no quieren servir a las ordenes del ojo.
San Basilio el Grande