El mundo espiritual no se investiga con los métodos que investigamos el mundo material. Estos métodos son totalmente inadecuados para investigar el mundo espiritual… Hay fenómenos que la ciencia nunca podrá explicar porque no utiliza los métodos adecuados…
¿Puede la ciencia explicarnos cómo el gran Profeta Isaías 700 años antes del nacimiento de Cristo, predijo los acontecimientos más grandes de la vida de Cristo? ¿Pueden explicarnos la jaris (gracia, energía increada) clarividente que tienen los santos y decirnos, con qué métodos naturales estos santos adquirieron esta jaris y cómo podían apenas ver un hombre desconocido, inmediatamente comprender su corazón y leer sus pensamientos? Sin esperar del visitante alguna pregunta, daban la respuesta a los problemas que les inquietaban. Que nos expliquen de qué manera los santos predecían los grandes acontecimientos, los cuales con el tiempo se realizaban exactamente tal como habían profetizado…
… No os escandalicéis, cuando escuchéis lo que dicen contra la fe. Puesto que los que lo dicen, no entienden la esencia de la fe… Vosotros siempre recordad el principio básico que conocían muy bien los primeros cristianos. Ellos consideraban desgraciado al hombre que conocía todas las ciencias, en cambio desconocía a Dios. Y al contrario, consideraban feliz al que conoce a Dios, aunque no conociera absolutamente nada de las cosas humanas…
Guardad esta verdad como el mayor tesoro de vuestro corazón, caminad recto y no miréis a izquierda o derecha. Que no nos sirvan para nada las cosas que escuchamos y que hacen contra la Religión y perdamos nuestra orientación. Guardemos nuestra fe que es verdad, eterna e indudable. Amen.
San Luca de Crimea
Catecismo Ortodoxo
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El Santo Sínodo de la Iglesia de Grecia con su circular 2958 consolidó la fecha de 11 hasta 18 de octubre de cada año, como semana de lucha anti-herética. Aprovechado la ocasión, queremos comunicarnos con el pueblo creyente y amante de Cristo, para recalcar el máximo peligro que existe actualmente por la diversidad de herejías con múltiples nombres, que aparecen como lobos con piel de cordero, corriendo y combatiendo con ímpetu para devorar las psiques-almas humanas, “por las que el Cristo murió” (Rom 16,26). Señalar la importancia que tiene para nosotros los Ortodoxos Cristianos preservar la enseñanza patrística y hagiográfica de nuestra Iglesia.
En los esjatos últimos tiempos actuales que vivimos, ya domina la demoníaca doxasía (doctrina, veneración y alabanza) de que supuestamente en ninguna fe religiosa existe la verdad absoluta y la falsedad absoluta. Que supuestamente todas las creencias religiosas contienen verdades y mentiras y que realmente la verdad se encuentra en la combinación y unión de las creencias religiosas. Además, esto es el dogma básico del espíritu contemporáneo de ”la Nueva Era u Orden del Acuario”, según el cual podemos creer lo que queramos, siempre y cuando no se absolutiza nuestra fe, es decir, que no reivindiquemos la verdad absoluta, la que se encuentra en todos los credos religiosos.
Esto se llama sincretismo religioso, y desgraciadamente la larga acción corrosiva de las herejías y la prevalencia en buena parte del espíritu del ecumenismo, han provocado una alteración grave en la moral de la tripulación Ortodoxa. Desgraciadamente existen prójimos nuestros, los cuales manifiestan que son “Ortodoxos cristianos” y a la vez adoptan otras creencias extrañas y distintas que nuestra Ortodoxia y muchos de ellos ejercen prácticas de la red o complejo apócrifo-oculto contemporáneo de “la Nueva Era u Orden”,que absorbe elementos de las religiones orientales. Por ejemplo, mientras declaran que son “Ortodoxos cristianos” y llevan a cabo algunos de sus deberes religiosos, a la vez hacen ejercicios de yoga y meditación trascendental. Declaran y creen en la reencarnación, en la astrología, en la práctica de la magia, y en incontables métodos de magias. Recurren a la “medicina holística” y otros “métodos terapéuticos alternativos”, que son los elementos básicos constitutivos de las religiones occidentales y “de la Nueva Era u Orden”.
Desgraciadamente el sincretismo religioso, socava también nuestra sana fe Ortodoxa, a través del espíritu ecumenista, el cual domina muchas personas eclesiásticas, patriarcas, obispos, clérigos, sacerdotes, archimandritas, monjes y teólogos laicos. Se trata del llamado “movimiento ecumenista”, que originalmente inventó el popurrí de los herejes protestantes, como intento de unión entre ellos; este movimiento se ha extendido al herético papismo y lamentablemente en los últimos años parte en nuestra Ortodoxia como una situación epidémica. El ecumenismo enseña que ninguna de las confesiones cristianas es la verdadera Iglesia de Cristo, por tanto tampoco nuestra Ortodoxia, sino que son “ramas” de la Iglesia. La verdadera Iglesia consiste en la agrupación y unión de las “ramas”. Las particulares kakodoxías de las “iglesias” heréticas se califican como supuestas “tradiciones plurales”, y como “diversidades plurales de la tradición cristiana”. ¡La herejía para el ecumenismo cristiano se encuentra más allá del protestantismo!
Pero para nuestra fe ortodoxa no existen muchas “iglesias” y muchas verdades. Existe la “Una, Santa, Católica y Apostólica Iglesia de Cristo”, que no es otra que nuestra Ortodoxia, porque sólo ella tiene todos los elementos de la Παράδοσις (parádosis) Entrega y Tradición santa, hagiográfica y patrística. Sólo ella no se ha desviado de la enseñanza primitiva de la Santa Escritura y de los Padres Santos y Teoforos (portadores de la luz increada de Dios). Sólo ella no ha añadido ni ha quitado lo mínimo de nuestra fe de dos milenios de la una Iglesia creada e increada de Cristo. Creemos como Ortodoxos (y debemos creerlo) que lo que se autodenomina como “iglesia” fuera de la verdadera Iglesia que es nuestra Ortodoxia, es herejía y cisma. Creemos que la Iglesia, como cuerpo de Cristo no tiene errores ni se divide. Creemos también que nuestra sanación y salvación se realiza en Cristo y sólo dentro de Su Iglesia verdadera, como caja fuerte, salvaguardativa y administradora exclusiva de la Divina Jaris (gracia, energía increada). Al contrario, fuera de la Iglesia no existe salvación, como correctamente ha dogmatizado el gran Padre y didáscalos de la antigua Iglesia san Cipriano.
Por lo tanto, en las herejías del llamado “mundo cristiano” con sus múltiples diversidades y nombres, no hay sanación y salvación, porque no hay la sanadora y salvífica Jaris (gracia) increada de Dios, mucho menos en distintas religiones del mundo.
Llamamos, pues, a todos nuestros fieles ortodoxos que cierren herméticamente sus oídos ante los distintos falseadores, tanto como si se presentan bajo el manto de cristiano, como de otra religión. Porque nuestra separación voluntaria de la fuente de la vida, de nuestra limpia, pura y no adulterada autoconciencia ortodoxa, tendrá resultados devastadores para nuestro camino espiritual y muy posiblemente también para nuestra misma existencia biológica. Porque, como es conocido, en el campo de la falsa religión, desgraciadamente existen también las llamadas sectas catastróficas o cultos desastrosos, que han dado incontables muestras de destrucción y desastre en muchos de nuestros semejantes. ¡Por lo tanto, «Στώμεν καλώς stomen kalós mantengámonos bien firmes, en pie», porque ese es nuestro interés real!
Santa Metrópolis de Pireo
Catecismo Ortodoxo
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