Tuesday, February 2, 2016

Akathisto a Santa Nino de Georgia


Contaquio I

Oh sierva elegida de Cristo e igual a los santos apóstoles, recibiste como signo de bendición la cruz salvadora y la divina intercesión de la Theotokos. Así, te rendimos alabanzas y acciones de gracias, oh arpa espiritual de la Iglesia, bendita Santa Nino. Tú que siempre intercediste ante el Señor por los fieles, ahora te suplicamos que ruegues a Cristo por nuestras tribulaciones y enfermedades y con humildad te clamamos: ¡Alégrate, Santa Nino igual a los apóstoles e iluminadora de Georgia!

Ikos I

El Creador de todas las cosas te estableció como un ángel al frente de Iberia, para que los pueblos creyentes de esta tierra salieran de la oscuridad de la muerte y se alejaran de los ídolos del mal, e invocaran al Verdadero Dios, Luz de la Verdad, renovando así sus almas. Por eso, con acciones de gracias, alabamos a Dios y te clamamos como iluminadora e intercesora nuestra y te presentamos estos himnos de alabanza:

Alégrate, sierva elegida por la divina providencia.

Alégrate, manantial de la piedad.

Alégrate, abundancia de la gracia divina.

Alégrate, creyente firme en la Santísima Theotokos.

Alégrate, veneración de los apóstoles.

Alégrate, semejante al santo apóstol Andrés, el primer llamado, que predicaste fervientemente en tu tierra con tu vida.

Alégrate, tú que despreciaste los ídolos.

Alégrate, propagación de la santa fe.

Alégrate, pues nos muestras el camino al cielo.

Alégrate, Santa Nino, igual a los apóstoles e iluminadora de Georgia.

Contaquio II

Contemplando la visión angélica del Padre celestial, el Hijo Unigénito y el Espíritu Santo, decidiste servir a la Trinidad junto con los apóstoles y profetas, extendiendo la luz de la verdad del Santo Evangelio, oh Santa Nino, cantando a Dios: ¡Aleluya!

Ikos II

Deseando adquirir la sabiduría divina de tus padres, oh santa Nino, fuiste encomendada a la piadosa Niófora, aprendiendo con ella sobre Cristo el Salvador y siguiendo el ejemplo de esta piadosa mujer. Cuando Niófora te enseñó las verdades de la fe, oh Santa Nino bendita, quisiste adorar al Dios Trino, y por tus obras y tu vida de humildad te glorificamos:

Alégrate, pues recibiste la verdad del reino de Dios.

Alégrate, pues desde tu juventud amaste a Cristo.

Alégrate, pues tu madre Susana te enseñó la piedad desde tu infancia.

Alégrate, pues aprendiste la humildad y el silencio de tu padre Zabulón.

Alégrate, pues te preservaste desde la infancia en el temor de Dios.

Alégrate, pues aprendiste la verdad divina.

Alégrate, pues habitaste en la santa ciudad de Jerusalén.

Alégrate, pues desde tu juventud te inclinaste a cumplir la voluntad de Dios.

Alégrate, felicidad celestial en la tierra que habitaste.

Alégrate, Santa Nino, igual a los apóstoles e iluminadora de Georgia.

Contaquio III

Como una antorcha brillante, oh santa Nino, iluminabas llena de amor con el deseo de adorar al Señor y ardiendo celosamente por Él te dispusiste a propagar al sabiduría del Dios altísimo cantando: ¡Aleluya!

Ikos III

Por tu celo inquebrantable, oh Santa Nino, se te apareció la Theotokos y te encomendó la tarea de predicar el Evangelio en otras tierras, iluminando a todos con la Triple Luz de Dios. Por eso, contemplando estos hechos, te cantamos con humildad:

Alégrate, pues te alejaste del mundo en tu juventud.

Alégrate, pues amaste la verdadera sabiduría.

Alégrate, pues enseñaste los tesoros de la sabiduría divina.

Alégrate, pues no amaste la vanidad del mundo, y nos enseñaste los beneficios de la vida verdadera.

Alégrate, roca inquebrantable en el cumplimiento de los mandamientos de Dios.

Alégrate, pues asombraste al mundo y a los ángeles por tu fe.

Alégrate, pues sometiste tu alma al ayuno y la oración.

Alégrate, pues enseñaste a muchos el amor a la Iglesia de Dios.

Alégrate, pues trabajaste en el ministerio apostólico con humildad.

Alégrate, pues fuiste revestida por el Espíritu Santo para la iluminación del mundo.

Alégrate, Santa Nino, igual a los apóstoles e iluminadora de Georgia.

Contaquio IV

Soportaste con paciencia las turbaciones mundanas y persististe en la alabanza a Dios, oh santa Nino, elegida de Dios, y saliste sin miedo de la Roma pagana con el deseo de predicar el nombre de Cristo al mundo. La santísima Theotokos, desde el cielo, te entregó una cruz trenzada de vid y la palabra de vida para que acudieras a la tierra de Iberia llamando a la salud a todos los llamados por Dios, cantando: ¡Aleluya!

Ikos IV

La Theotokos purísima te prometió su ayuda y con la gracia de lo alto predicaste la Palabra de Dios en la tierra pagana de Iberia, y la cruz que te concedió la cubriste con tu hermoso cabello, glorificando a Dios que se había dignado salvar a los hombres. Por eso te clamamos:

Alégrate, pues fuiste iluminada con la bendición del Señor.

Alégrate, pues fuiste revestida con el Espíritu Santo del Señor y con la piedad de la purísima Theotokos.

Alégrate, pues se te apareció la Theotokos santísima.

Alégrate, pues escuchaste sus benditas palabras.

Alégrate, pues te habló como una madre.

Alégrate, pues fuiste alabada por los hijos de Jerusalén.

Alégrate, pues nos iluminaste con la Luz sin ocaso.

Alégrate, pues expulsaste la oscuridad de Iberia con la luz de Dios.

Alégrate, pues tuviste la cruz como signo de la confesión de la verdad.

Alégrate, Santa Nino, igual a los apóstoles e iluminadora de Georgia.

Contaquio V

Como la estrella del cielo que iluminó a Cristo en la cueva, oh santa Nino, brillaste para nosotros con la bendición de la Theotokos y nos iluminaste con la predicación de la Palabra de Dios. Así, guiaste a los creyentes hacia la gloria celestial y nos has concedido a todos tu ayuda y tu intercesión, y con devoción presentamos por ti nuestra alabanza a Dios cantando sin cesar: ¡Aleluya!

Ikos V

Contemplando a las novias de Cristo, y ayunando y orando junto a ellas, viste a la princesa Ripsimia que escapaba de la persecución de Diocleciano. Huyendo de Roma se dirigía a la tierra de Iberia y tras refugiarse en cuevas, los fieles de Dios fueron martirizados en Armenia, excepto tú, cuando la princesa rechazó casarse con el rey pagano Tiridat, siendo este matrimonio impuesto por el impío Diocleciano. Pero tú persististe en la predicación evangélica y no cediste a las envestidas del enemigo. Por eso, oh santa Nino, elevando nuestras oraciones a nuestro Dios y Salvador, te clamamos:

Alégrate, pues fuiste un testimonio vivo para los fieles de Roma.

Alégrate, pues por tu servicio a los hombres glorificaste a Dios.

Alégrate, pues recorriste el duro camino hasta Iberia para gloria de Dios.

Alégrate, pues por la gracia de Dios escapaste de las manos de Diocleciano y Tiridat.

Alégrate, pues en el monte Tialeti sonó humildemente tu voz.

Alégrate, fortaleza y pacificación del alma.

Alégrate, fragancia de la dulce palabra de Cristo.

Alégrate, fortaleza en el camino de la salvación.

Alégrate, pues nos guías a la felicidad eterna.

Alégrate, Santa Nino, igual a los apóstoles e iluminadora de Georgia.

Contaquio VI

Fuiste una gran confesora, oh santa Nino, pues con tus labores y luchas, la Iglesia de Cristo brilló en la tierra de Iberia, eliminando la oscuridad cegadora del paganismo y extendiendo la luz de la justicia, y por tu ejemplo fue desterrado el error e instaurado el servicio digno al Señor, y por eso cantamos: ¡Aleluya!

Ikos VI

La luz de la verdad brilló en la tierra de Iberia, cuando predicaste el Evangelio en Urbsini, la capital de Georgia, oh santa Nino, y con tu santa predicación y tus oraciones el pueblo rechazó la adoración pagana y fueron derrocados los ídolos, oh bienaventurada. Así, habiendo vencido al maligno sobre la tiranía pagana, te presentamos estos himnos:

Alégrate, pues por tu predicación se dio a conocer al Dios Verdadero.

Alégrate, pues el poder del Altísimo destruyó a los ídolos.

Alégrate, pues avergonzaste el paganismo con tus oraciones.

Alégrate, pues destruiste el engaño del maligno y de la idolatría.

Alégrate, pues hiciste caer al maligno y sus ángeles.

Alégrate, pues expulsaste al tirano a las tinieblas.

Alégrate, pues destruiste el reino de la vanidad.

Alégrate, pues extinguiste la llama de la impureza maligna.

Alégrate, pues como un soplo de viento hiciste caer a los ídolos.

Alégrate, pues por ti se magnificó el nombre del Dios verdadero.

Alégrate, pues mostraste la luz de la verdad a los hijos de las tinieblas.

Alégrate, Santa Nino, igual a los apóstoles e iluminadora de Georgia.

Contaquio VII

Aunque el rey Miriam quiso comprender el verdadero poder de Dios, viendo derrocar a los ídolos impotentes, aún se preguntaba: ¿Qué será de nosotros si caen nuestros dioses? Sin embargo, oh santa Nino, por el poder de Dios asombraste al rey, al sacerdote hebreo Abiatar, a su hermana Sidonia y a otras vírgenes, que cantaban con regocijo: ¡Aleluya!

Ikos VII

Los hijos de Iberia fueron revestidos de una nueva vida cuando recibieron la luz de la verdad divina, oh santa Nino, siendo iluminados y purificados del pecado por el baño del santo Bautismo y por la intercesión de tus oraciones. Así, el rey Miriam confesó a Cristo por medio de la gracia de Dios, la reina Nana sanó de su grave enfermedad, y su hijo fue liberado del espíritu del mal, obteniendo todos la paz de una nueva vida. Por eso, contemplando estas maravillas, oh bienaventurada, te glorificamos diciendo:

Alégrate, pues el rey Miriam tuvo fe por tu ejemplo.

Alégrate, pues confesaste a Cristo con devoción.

Alégrate, pues sanaste a la reina Nana de su enfermedad.

Alégrate, pues expulsaste la adoración de los ídolos.

Alégrate, pues los paganos fueron expulsados.

Alégrate, pues eliminaste el error de Iberia.

Alégrate, pues los liberaste de la tentación.

Alégrate, pues por ti recibieron la bendición del cielo.

Alégrate, Santa Nino, igual a los apóstoles e iluminadora de Georgia.

Contaquio VIII

Los milagros de Dios se obraron por tu mano cuando la santísima Theotokos te envió a predicar por la tierra a la que antaño ella misma había sido enviada, y por tu labor evangelizadora alzaste a los creyentes de la debilidad mundana y los sanaste del engaño de la idolatría, fortaleciéndolos en la fe, oh santa Nino. Por eso, con nuestro corazón puesto en los bienes inefables del cielo elevamos a Dios el himno de victoria: ¡Aleluya!

Ikos VIII

Teniendo tu mirada en el reino inefable, oh santa Nino, te apiadaste de todos los fieles de Iberia y les hablaste de Cristo y de su reino bienaventurado glorificando al Padre eterno. Por eso nosotros, dirigiéndonos por el camino que conduce a la salvación, humildemente te cantamos:

Alégrate, puerta de los fieles hacia el bautismo.

Alégrate, pues condujiste a Georgia a Cristo.

Alégrate, fortaleza de Georgia, pues los ángeles te aclaman jubilosos.

Alégrate, pues el rey Miriam conoció al Dios verdadero y construyó una iglesia sobre tus santas reliquias.

Alégrate, pues fuiste premiada con la cruz de la vid.

Alégrate, pues fuiste un testimonio del amor de Cristo para los fieles de la Santa Iglesia de Georgia.

Alégrate, pues multitud de fieles recibieron por ti el santo bautismo.

Alégrate, pues los hijos de Iberia tienen en ti a una digna intercesora.

Alégrate, pues eres nuestra defensora ante el paganismo.

Alégrate, Santa Nino, igual a los apóstoles e iluminadora de Georgia.

Contaquio IX

Todos los poderes celestiales se regocijaron cuando los hijos de Iberia fueron bautizados, y los poderes humanos cayeron por su impiedad como un árbol sin fruto que es cortado y echado al fuego. Por ti hemos aprendido a alabar al Señor, oh santa Nino bendita, y por eso le clamamos: ¡Aleluya!

Ikos IX

Ninguna lengua ni ningún discurso pueden alabarte dignamente, oh santa Nino igual a los apóstoles, pues la gloria y la salvación de Dios se han manifestado en toda la tierra de Iberia y mediante tu predicación, todos escucharon el Evangelio de salvación. Y nosotros llenos de alegría y maravillados por tu condescendencia amorosa, te cantamos:

Alégrate, pues cubriste Georgia con la túnica bautismal.

Alégrate, agua bautismal de la piedad.

Alégrate, escudo de la fe en Cristo.

Alégrate, pues preparaste el camino que conduce al paraíso.

Alégrate, liberación de la esclavitud del pecado.

Alégrate, pues destruiste la hostilidad del pecado.

Alégrate, pues luchaste contra la idolatría.

Alégrate, gloriosa vencedora ante la incredulidad.

Alégrate, destructora del engaño y las supersticiones.

Alégrate, adalid de la fe y la alabanza.

Alégrate, Santa Nino, igual a los apóstoles e iluminadora de Georgia.

Contaquio X

Entregando tu alma al sueño eterno, oh santa Nino igual a los apóstoles, glorificaste con celo al Dios eterno, habiendo cumplido tu misión evangelizadora y confesando la fe, por lo que has sido coronada con la corona apostólica de Dios, y junto con los santos, intercedes ahora por nosotros cantando: ¡Aleluya!

Ikos X

Como muralla inexpugnable de Dios, apareciste como liberadora de la plaga de la idolatría, oh Santa Nino, y tus santas reliquias han sido una fuente inagotable de curaciones. Por ellas muchos recibieron la sanación y son para nosotros un consuelo de la misericordia de Dios, y por eso te cantamos:

Alégrate, escalera que conduce al monte de la salvación.

Alégrate, ayuda e iluminación de los que buscan la salvación.

Alégrate, fuente inagotable de bendiciones y milagros divinos para los que te honran.

Alégrate, tú que nos libras de la desgracia y la muerte en el pecado.

Alégrate, consuelo de los hombres piadosos.

Alégrate, tranquilidad en la agitación.

Alégrate, paz para el alma.

Alégrate, Santa Nino, igual a los apóstoles e iluminadora de Georgia.

Contaquio XI

Adoraste a la Santísima Trinidad, el Dios uno y trino, hasta el final de tu vida, amándolo hasta el extremo, oh santa Nino. Intercede pues ante Él para que no perezcamos ante el engaño de la iniquidad y ante las ardides del astuto maligno, e intercede ante la santa Theotokos para que nos alivie de toda necesidad y peligro, oh santa Nino bienaventurada, y podamos clamar con júbilo: ¡Aleluya!

Ikos XI

Como una antorcha, oh santa Nino, has iluminado la oscuridad de la tierra con la luz celestial, y los fieles de todo tiempo piden tu intercesión ante las desgracias, disponiendo sus manos alzadas ante Dios. Así, viendo tu piedad, el rey Miriam y su familia se lamentaron amargamente por tu muerte, y por eso te clamaban:

Alégrate, pues eres un ángel con forma humana.

Alégrate, esposa de Cristo, el Esposo celeste de la Iglesia de Iberia.

Alégrate, antorcha de buenas acciones.

Alégrate, pues día y noche velaste por los fieles.

Alégrate, pues alimentaste a Georgia con el maná del cielo.

Alégrate, casta paloma, que habitas en los atrios del templo celestial.

Alégrate, pues tus reliquias emanan la fragancia de la virtud.

Alégrate, pues todos los fieles festejan tu vida piadosa.

Alégrate, Santa Nino, igual a los apóstoles e iluminadora de Georgia.

Contaquio XII

Nos guías por tu ejemplo con la gracia que Dios te concedió, oh bendita santa Nino, igual a los apóstoles, y con tu cruz trenzada de vez nos adornas los corazones con la esperanza de la salvación en Cristo. Protégenos en esta vida y guíanos en la fe ortodoxa, en la piedad y la pureza, para que seamos dignos de cantar a Dios: ¡Aleluya!

Ikos XII

Oh bienaventurada santa Nino, honramos tu labor apostólica y veneramos tu celo por Dios, ensalzando tu paciencia, tu humildad y tu piedad, pues por ti se obraron muchos milagros y hechos gloriosos y así has sido glorificada por el Rey de la gloria. Por eso, asombrados por tu vida angélica, te cantamos:

Alégrate, pues has participado en el concilio celeste de los apóstoles.

Alégrate, cordera elegida de Dios que moras en el cielo.

Alégrate, incensario de oro que elevas el incienso de las oraciones a Dios.

Alégrate, pues has sido digna de la gloria celestial.

Alégrate, pues todos los santos y los apóstoles te glorifican.

Alégrate, pues el pueblo de Georgia te exalta entre los santos.

Alégrate, tesoro de los milagros de Cristo.

Alégrate, pues tu cabello envolvió la cruz del cielo.

Alégrate, sanación espiritual y corporal.

Alégrate, pues nos has dejado tus santas reliquias como consuelo.

Alégrate, Santa Nino, igual a los apóstoles e iluminadora de Georgia.

Contaquio XIII

(Este contaquio se repite tres veces)

Oh antorcha de los fieles e iluminadora de Iberia, ruega e intercede por nosotros ante Cristo nuestro Dios y la santísima Theotokos, oh santa Nino, igual a los apóstoles, y preséntale nuestras súplicas para que podamos hallar la misericordia infinita del Dios bueno y misericordioso, y que por tu digna intercesión podamos ser librados de toda aflicción, peligro y necesidad y seamos dignos de la felicidad eterna del cielo, para poder cantar al Señor eternamente: ¡Aleluya, Aleluya, Aleluya!

Oh antorcha de los fieles e iluminadora de Iberia, ruega e intercede por nosotros ante Cristo nuestro Dios y la santísima Theotokos, oh santa Nino, igual a los apóstoles, y preséntale nuestras súplicas para que podamos hallar la misericordia infinita del Dios bueno y misericordioso, y que por tu digna intercesión podamos ser librados de toda aflicción, peligro y necesidad y seamos dignos de la felicidad eterna del cielo, para poder cantar al Señor eternamente: ¡Aleluya, Aleluya, Aleluya!

Oh antorcha de los fieles e iluminadora de Iberia, ruega e intercede por nosotros ante Cristo nuestro Dios y la santísima Theotokos, oh santa Nino, igual a los apóstoles, y preséntale nuestras súplicas para que podamos hallar la misericordia infinita del Dios bueno y misericordioso, y que por tu digna intercesión podamos ser librados de toda aflicción, peligro y necesidad y seamos dignos de la felicidad eterna del cielo, para poder cantar al Señor eternamente: ¡Aleluya, Aleluya, Aleluya!



(Se repite el contaquio I y el ikos I)

Contaquio I

Oh sierva elegida de Cristo e igual a los santos apóstoles, recibiste como signo de bendición la cruz salvadora y la divina intercesión de la Theotokos. Así, te rendimos alabanzas y acciones de gracias, oh arpa espiritual de la Iglesia, bendita Santa Nino. Tú que siempre intercediste ante el Señor por los fieles, ahora te suplicamos que ruegues a Cristo por nuestras tribulaciones y enfermedades y con humildad te clamamos: ¡Alégrate, Santa Nino igual a los apóstoles e iluminadora de Georgia!

Ikos I

El Creador de todas las cosas te estableció como un ángel al frente de Iberia, para que los pueblos creyentes de esta tierra salieran de la oscuridad de la muerte y se alejaran de los ídolos del mal, e invocaran al Verdadero Dios, Luz de la Verdad, renovando así sus almas. Por eso, con acciones de gracias, alabamos a Dios y te clamamos como iluminadora e intercesora nuestra y te presentamos estos himnos de alabanza:

Alégrate, sierva elegida por la divina providencia.

Alégrate, manantial de la piedad.

Alégrate, abundancia de la gracia divina.

Alégrate, creyente firme en la Santísima Theotokos.

Alégrate, veneración de los apóstoles.

Alégrate, semejante al santo apóstol Andrés, el primer llamado, que predicaste fervientemente en tu tierra con tu vida.

Alégrate, tú que despreciaste los ídolos.

Alégrate, propagación de la santa fe.

Alégrate, pues nos muestras el camino al cielo.

Alégrate, Santa Nino, igual a los apóstoles e iluminadora de Georgia.



Oración a Santa Nino, iluminadora de Georgia

Oh bendita y venerada Santa Nino, igual a los apóstoles, ornamento de la Iglesia y alabanza de Iberia, apóstol y maestra de la tierra de Georgia y adalid del Evangelio. Por tus hechos apostólicos derrotaste al enemigo de nuestra salvación, y por medio de tu labor y oración te has situado en el jardín de Cristo, mostrando frutos dignos de veneración. Recordamos hoy tu santa memoria, y veneramos con piedad la cruz que te concedió la Santísima Theotokos, la cual envolviste con tu precioso cabello como muestra de humildad, y por tu digna intercesión entregaste a la tierra de Georgia. Te suplicamos que nos protejas de todos los males y peligros y de todos los enemigos de la Santa Iglesia de Cristo, y que nos liberes de los adversarios y de todos los que intentar descarriar el rebaño del Dios bondadoso. Concede por tu intercesión la paz a nuestro país, y consuela nuestras vidas. Ayúdanos por tu ejemplo a mantenernos firmes en la santa fe ortodoxa y sé nuestro sostén ante el engaño inicuo del maligno. Intercede siempre ante Cristo para que podamos recibir la bienaventuranza del cielo, y así, junto con todos los santos, podamos alabar, glorificar y adorar su santísimo nombre, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Catecismo Ortodoxo

http://catecismoortodoxo.blogspot.ca/