Las puertas del arrepentimiento están abiertas. Comienza la Gran Cuaresma. Cada año se repite, y nos trae grandes beneficios si la vivimos como se debe. Ella es una preparación para la vida por venir, una preparación para la Resurrección Radiante.
De la misma forma que se construye una escalera en un edificio alto para permitirnos alcanzar el último piso, así los días del año nos son como escalones para nuestra elevación espiritual.
Esto es ciertamente auténtico en los días de la Gran Cuaresma y la Santa Pascua.
Mediante la Gran Cuaresma nos libramos del pecado y en la Santa Pascua experimentamos la
Bendición del Reino de Cristo que está por venir. Al escalar la montaña uno trata de eliminar todo peso innecesario. Cuanto menos se lleva, más fácil alcanzar el punto más alto. Para ascender espiritualmente es necesario primero librarse del peso del pecado. Este peso nos lo quitamos a través del arrepentimiento, siempre que borremos de nosotros toda presencia de enemistad, perdonando a cada uno que consideramos está en falta con nosotros. Una vez obtenido el perdón de Dios daremos la bienvenida a la Radiante Resurrección de Cristo.
Valioso es el don que recibimos de Dios en la culminación de nuestra lucha cuaresmal. En los primeros himnos del verso cuaresmal escuchamos: "nuestro alimento será el cordero de Dios, en la noche radiante y santa de Su Despertar: la Victima que se nos ofrece, dada en comunión a los discípulos en la tarde del Misterio." ( Aposticha sticheron, Domingo del Juicio Final).
La comunión del Cuerpo y Sangre de Cristo Resucitado, a la vida eterna – este es el sentido de la santa Cuaresma (Cuarenta Días). No solo en Pascua comulgamos, sino también durante la Cuaresma .
En la Pascua deberían comulgar aquellas personas que han ayunado, que se han confesado y han recibido los Santos Misterios durante la Gran Cuaresma. Justo antes de la Pascua es muy poca la oportunidad que tenemos de una confesión adecuada y completa; los sacerdotes están ocupados con los servicios de la Pasión de Jesucristo. Uno debe prepararse con tiempo.
Cada vez que recibimos los Misterios de Cristo nos unimos a Él, cada vez que los recibimos es un acto de salvación del alma. ¿Por qué entonces el significado de recibir la Santa Comunión en la noche de la Santa Pascua, por qué se nos llama a hacerlo?
Se nos otorga de manera especial la experiencia del Reino de Cristo. Se nos ilumina con la Luz Eterna y se nos fortalece con la ascensión espiritual.
Este es el irremplazable don de Cristo, un bien incomparable. Que nadie se prive de este gozo, de recibir la Santa Comunión en la noche Pascual, no se apresuren solo para comer carne y otros alimentos. La Comunión de los Santos Misterios, en esa noche nos prepara para el banquete en el eterno Reino de Dios.
San Juan Maximovitch
De la misma forma que se construye una escalera en un edificio alto para permitirnos alcanzar el último piso, así los días del año nos son como escalones para nuestra elevación espiritual.
Esto es ciertamente auténtico en los días de la Gran Cuaresma y la Santa Pascua.
Mediante la Gran Cuaresma nos libramos del pecado y en la Santa Pascua experimentamos la
Bendición del Reino de Cristo que está por venir. Al escalar la montaña uno trata de eliminar todo peso innecesario. Cuanto menos se lleva, más fácil alcanzar el punto más alto. Para ascender espiritualmente es necesario primero librarse del peso del pecado. Este peso nos lo quitamos a través del arrepentimiento, siempre que borremos de nosotros toda presencia de enemistad, perdonando a cada uno que consideramos está en falta con nosotros. Una vez obtenido el perdón de Dios daremos la bienvenida a la Radiante Resurrección de Cristo.
Valioso es el don que recibimos de Dios en la culminación de nuestra lucha cuaresmal. En los primeros himnos del verso cuaresmal escuchamos: "nuestro alimento será el cordero de Dios, en la noche radiante y santa de Su Despertar: la Victima que se nos ofrece, dada en comunión a los discípulos en la tarde del Misterio." ( Aposticha sticheron, Domingo del Juicio Final).
La comunión del Cuerpo y Sangre de Cristo Resucitado, a la vida eterna – este es el sentido de la santa Cuaresma (Cuarenta Días). No solo en Pascua comulgamos, sino también durante la Cuaresma .
En la Pascua deberían comulgar aquellas personas que han ayunado, que se han confesado y han recibido los Santos Misterios durante la Gran Cuaresma. Justo antes de la Pascua es muy poca la oportunidad que tenemos de una confesión adecuada y completa; los sacerdotes están ocupados con los servicios de la Pasión de Jesucristo. Uno debe prepararse con tiempo.
Cada vez que recibimos los Misterios de Cristo nos unimos a Él, cada vez que los recibimos es un acto de salvación del alma. ¿Por qué entonces el significado de recibir la Santa Comunión en la noche de la Santa Pascua, por qué se nos llama a hacerlo?
Se nos otorga de manera especial la experiencia del Reino de Cristo. Se nos ilumina con la Luz Eterna y se nos fortalece con la ascensión espiritual.
Este es el irremplazable don de Cristo, un bien incomparable. Que nadie se prive de este gozo, de recibir la Santa Comunión en la noche Pascual, no se apresuren solo para comer carne y otros alimentos. La Comunión de los Santos Misterios, en esa noche nos prepara para el banquete en el eterno Reino de Dios.
San Juan Maximovitch
Catecismo Ortodoxo
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