La Santisima Madre del Señor, sin lamentarse, portó la Cruz de su Hijo. De la misma manera, carga también con la nuestra, con infinito amor, no importando la naturaleza de nuestra aflicción o necesidad. No obstante, esa labor suya se vuelve aún más dura, mientras más nos alejamos de ella, ignorándola. Y es que ella está más cerca de los necesitados y sufrientes, que de los que viven en holgura.
Padre Arsenie Papacioc