Nuestro mundo está guiado por dos principios y fuentes: Dios y el demonio. Todo lo que es mejor en el mundo de los hombres tiene su fuente en Dios, y todo lo que es malo tiene al demonio como principio y fuente. A final de cuentas, todo lo bueno proviene de Dios y todo mal proviene del demonio.
San Justino Popovich
Un hombre se torna espiritual en tanto vive una vida espiritual. Comienza a ver a Dios en todas las cosas, a ver Su poder y fortaleza en toda manifestación. Siempre y en todas partes se ve a si mismo habitando en Dios y dependiendo en Dios para todo. Pero en tanto un hombre vive una vida corporal, así hace cosas corporales; no ve a Dios en cosa alguna, ni siquiera en las más maravillosas manifestaciones de Su Divino poder. En todo solamente ve lo corporal, lo material y siempre “Dios no está ante sus ojos” (Sal. 35:2).
San Juan de Kronstadt