— Geronta, ¿de que sirve que me confiese, si luego pecaré de nuevo?
Entonces el Starez le explicó:
— Mira, en la guerra, cuando alguien es herido, p. ej., en la pierna, ¿no debería ante todo ir al medico para que le ponga un vendaje? Pero, si él dice: ¿para que va a vendarme, si de nuevo seré herido? — Entonces va a morir antes de tiempo por hemorragia o infección, lo cual podría ser evitado. Lo mismo pasa con los pecados. Por eso confiésate, y si de nuevo caes, de nuevo confiésate. Hasta que dejes de caer.
San Paisos de Athos