Un conocimiento insuficiente aparece en aquellos juicios superficiales, que a menudo se escuchan sobre Ortodoxia; y en las exposiciones como las que citamos en el principio (cap 2º)
Ortodoxia es entera y una. No hay Dos Ortodoxias, una Verdadera-interna y otra "oficial." Hay solo facetas interna y externa, donde en esta última, sin duda, se reflejan las condiciones dadas de la vida, en particular, del estado.
Pero verdaderamente la vida de Ortodoxia, se concentra en su parte profunda, interna.
La dirección por el Sínodo o por el Patriarca de la Iglesia, la total o incompleta libertad externa, que ella goza en el estado, o si carece completamente de ella, si se le da el derecho y la influencia, o no, si se encuentra controlada bajo presión o perseguida: todo eso se refiere a la parte externa de su vida. Se refleja sobre la interna, pero ese reflejo no es paralelo, no es conforme a la ley, y no es sujeto a la observación superficial.
No hay una teología oficial seca y aburrida y alguna otra teología: toda teología esta llena de vida, pero para referirse a ella, hay que estar preparado. No tienen razón aquellos que tratan despectivamente a nuestra teología del pasado, llamándola "del seminario." Le reprochan sombras de escolástica: pero estas aparecen como consecuencia de la época. La acusan, en el pasado de poseer algunas influencias de los sistemas de confesiones ajenas, completamente independientes formas de formulación puramente ortodoxa, que debían sustituir a la tradición acostumbrada y fortificada por muchos siglos, de la teología o cultura.
No es salvador y no es necesario buscar "novedades" en la dogmática, como ocurre en nuestro tiempo. Al pensamiento ortodoxo es ajena la idea del "desarrollo de las dogmas," no se conoce la ley del desarrollo dogmático. La finalidad — es la misma que en el pasado, la misma de siempre: aclarar para nosotros y dar un pleno, ordenado y severamente correcto sistema de la enseñanza cristiana.
Ortodoxia es genuina. Y no puede ser otra ya que es primordial y prístina. Es el básico y recto lecho del río cristiano. Por eso no se puede hablar de ella como de algo intermedio entre el catolicismo y el protestantismo. Hasta no se puede aceptar este concepto, porque el protestantismo existe solamente 4 siglos y, entonces, esta expresión es históricamente absurda.
Ortodoxia es espiritual. Es una misteriosa vida en Dios. Pero a ella es poco aplicable la palabra "mística" en el sentido del "misticismo" que a menudo se encuentra en las sectas del Occidente. A Ortodoxia son ajenas las manifestaciones enfermizas del misticismo.
En la vida Religiosa Rusa, aparecieron 3 corrientes negativas, rechazadas por la Iglesia Ortodoxa: "los del viejo orden," sectas rusas nacionalistas y sectas místicas. Ya que las tres fueran rechazadas, vemos que a Ortodoxia le son ajenos tanto el seco racionalismo religioso, como el enfermizo misticismo y los del "viejo orden," como principios a Ortodoxia, no solo a la Iglesia Rusa, sino en general, en todo pueblo y en todo tiempo.
Pero verdaderamente la vida de Ortodoxia, se concentra en su parte profunda, interna.
La dirección por el Sínodo o por el Patriarca de la Iglesia, la total o incompleta libertad externa, que ella goza en el estado, o si carece completamente de ella, si se le da el derecho y la influencia, o no, si se encuentra controlada bajo presión o perseguida: todo eso se refiere a la parte externa de su vida. Se refleja sobre la interna, pero ese reflejo no es paralelo, no es conforme a la ley, y no es sujeto a la observación superficial.
No hay una teología oficial seca y aburrida y alguna otra teología: toda teología esta llena de vida, pero para referirse a ella, hay que estar preparado. No tienen razón aquellos que tratan despectivamente a nuestra teología del pasado, llamándola "del seminario." Le reprochan sombras de escolástica: pero estas aparecen como consecuencia de la época. La acusan, en el pasado de poseer algunas influencias de los sistemas de confesiones ajenas, completamente independientes formas de formulación puramente ortodoxa, que debían sustituir a la tradición acostumbrada y fortificada por muchos siglos, de la teología o cultura.
No es salvador y no es necesario buscar "novedades" en la dogmática, como ocurre en nuestro tiempo. Al pensamiento ortodoxo es ajena la idea del "desarrollo de las dogmas," no se conoce la ley del desarrollo dogmático. La finalidad — es la misma que en el pasado, la misma de siempre: aclarar para nosotros y dar un pleno, ordenado y severamente correcto sistema de la enseñanza cristiana.
Ortodoxia es genuina. Y no puede ser otra ya que es primordial y prístina. Es el básico y recto lecho del río cristiano. Por eso no se puede hablar de ella como de algo intermedio entre el catolicismo y el protestantismo. Hasta no se puede aceptar este concepto, porque el protestantismo existe solamente 4 siglos y, entonces, esta expresión es históricamente absurda.
Ortodoxia es espiritual. Es una misteriosa vida en Dios. Pero a ella es poco aplicable la palabra "mística" en el sentido del "misticismo" que a menudo se encuentra en las sectas del Occidente. A Ortodoxia son ajenas las manifestaciones enfermizas del misticismo.
En la vida Religiosa Rusa, aparecieron 3 corrientes negativas, rechazadas por la Iglesia Ortodoxa: "los del viejo orden," sectas rusas nacionalistas y sectas místicas. Ya que las tres fueran rechazadas, vemos que a Ortodoxia le son ajenos tanto el seco racionalismo religioso, como el enfermizo misticismo y los del "viejo orden," como principios a Ortodoxia, no solo a la Iglesia Rusa, sino en general, en todo pueblo y en todo tiempo.