Juan nos ha dejado una "Escala" compuesta de treinta logoi, llamados posteriormente por los editores: escalones, y completada por una "Carta..." dirigida al higúmeno Juan, de Raitu, a quien dedicó el libro.
La obra puede ser dividida en tres partes principales. La primera de ellas podría considerarse como una Introducción ν está compuesta por los tres primeros Escalones, que tratan respectivamente: el 1°, de la renuncia al mundo; el 2°, del desapego interior y el 3°, del ingreso en la vida religiosa; este último ofrece además un suplemento sobre los sueños, "para poner en guardia a los principiantes contra las ilusiones que en ellos se infiltran." Se podría decir que estos escalones hablan de los tres aspectos de la renunciación.
La segunda parte está constituida por los veintitrés Escalones siguientes, que tratan, respectivamente: el 4°, de la obediencia, que es base y fundamento de la vida cenobítica; el 5°, de la penitencia; el 6°, de la memoria de la muerte; el 1°, de la aflicción purificadora (siendo estos tres el punto de partida de todo esfuerzo ascético); el 8°, de la ausencia de cólera y la mansedumbres el 9°, del rencor; el 10°, de la maledicencia: el 11°, del silencio; el 12°, de la mentira; el 13°, de la acedía y la pereza; el 14°, de la gula; el 15° de la lujuria y la castidad; el 16°, de la avaricia y de la no posesión; el 12°, de la insensibilidad; el 18°, del sueño y la salmodia de los cenobitas; el 19°, de la vigilia; el 20°, del temor pusilánime; el 21°, de la vanagloria; el 22°, del orgullo; el 23°, de los pensamientos blasfemos; el 24°, de la simplicidad y la dulzura; el 25°, de la humildad; el 26°, del discernimiento y la discreción. Este capitulo cierra la segunda parte, dedicada a los vicios y las virtudes, con una recapitulación de todos los Escalones anteriores e incluye una serie de comparaciones muy instructivas y pintorescas.
La tercera parte de "La Escala," esta conformada por los últimos tres Escalones, que tratan: el 27°, de la vida solitaria y anacorética, de la hésychia y de la vigilancia del intelecto; el 28°, de la oración inmaterial y de la paciencia; el 29°, de la impasibilidad; y el 30°, muestra las tres virtudes teologales como coronamiento de toda perfección. Se puede considerar esta tercera parte de la obra como un pequeño tratado de mística.
No es posible encontrar en "La Santa Escala" una exposición sistemática, ni tampoco reglas o recetas de vida espiritual; la "Escala'' no es un tratado de ascética ni un código de moral. Sin embargo indica, a través de múltiples señales, el camino a seguir por la libertad humana en la obra de crucifixión de nuestra individualidad no transfigurada, y de transfiguración de nuestro ser entero en la luz de la resurrección — obra que no puede ser realizada sin la acción de la gracia divina.
San Juan Clímaco
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