Thursday, February 11, 2016

Ecumenismo, Ortodoxia y Herejía. ( Abba Filotheos Zervakos )


Levantad a los Crisóstomos, Gregorios, Tarasios, Nicéforos, Focios y al resto, a los antiguos y recientes santos patriarcas de Constantinopla, que se sacrificaron por sus rebaños, para ver quien está en vuestro trono. Vosotros, como buenos pastores, habéis sacrificado vuestras almas por vuestras propias ovejas, mientras los presentes sacrifican el rebaño por sí mismos y abren la puerta e invitan a los lobos a venir y destruir el rebaño.

¿Cuándo ha caído un Patriarca en tal desliz, si este lucha voluntariamente para librar a su rebaño de ser destrozado por los lobos? La causa es el orgullo, la raíz y causa de todos los pecados, de todo el mal, de todas las herejías, calamidades y sufrimientos, e incluso la mayor de todas las calamidades y desgracias, la privación de la gracia de Dios.

Los lobos pastores, los falsos maestros, falsos profetas y falsos cristos, fueron expulsados del rebaño de Cristo y como impenitentes, fueron puestos bajo los anatemas eternos por los santos padres, los imitadores del Gran Pastor Cristo y sus seguidores, los buenos, verdaderos y divinos pastores, los conservadores de los santos y decentes siete Concilios Ecuménicos.

La Iglesia Ortodoxa no está acostumbrada a las innovaciones como los occidentales y los protestantes, que tras su separación y sin cesar, han aceptado realizar innovaciones o reformas, hasta el punto irrespetuoso y loco de innovar en todos los misterios y la santa Tradición y eliminar muchos….

Hay dos razones que hacen que a día de hoy los jerarcas innoven y reformen la Iglesia: primero, el orgullo, que conduce a muchos de los jerarcas, salvo a alguno, a creer que son más sabios que los santos padres, y en segundo lugar, la gula y el amor propio. Convirtiéndose muchos de ellos en amantes de la carne, fueron abandonados por la gracia del Espíritu Santo.

Si el Patriarca no acepta, sino que rechaza los consejos del gobierno del santo sínodo, de los jerarcas, sacerdotes y fieles laicos, e insiste en la unión (de las Iglesias), entonces, debería ser depuesto. Pues en caso de que ellos no se opusieran, sino que se retractasen y dijeran que siguen al Patriarca, entonces habría una gran destrucción. Así, sólo puedo decir: ¡qué desgracia para la Iglesia Ortodoxa de Grecia! ¡Qué desgracia para la nación griega! Pues sería inconmensurablemente peor que la sumisión a los musulmanes y al falso profeta Mahoma.

Si el papa desea la unión, que reconozca y confiese todos sus engaños, herejías e innovaciones hechas por varios papas desde el inicio y durante un gran periodo de tiempo, habiéndose separado de la Iglesia Ortodoxa, y será recibido sólo si se arrepiente, llora amargamente y se humilla.

Si no rechazan su orgullo, tanto el Patriarca como el papa, y no se humillan, imitando a nuestro Señor, no sólo no tendrán éxito, sino que aumentarán la separación y crearán más escándalos, turbaciones, confusiones y un gran daño y la pérdida de sus rebaños. Si imitaran al Señor y se humillaran, la unión tendría éxito, se beneficiarían ellos mismos y sus rebaños, y el nombre del Padre en el cielo sería glorificado por ellos al igual que por los apóstoles, pues el “Señor resiste a los soberbios y ensalza a los humildes”.

El PAPISMO ES EL PRECURSOR DEL ANTICRISTO.

La Ortodoxia fue reafirmada por los santos apóstoles y promulgada y ratificada por los santos padres durante los Siete Concilios Ecuménicos, siendo iluminados por el Espíritu Santo.

El papismo es el precursor del anticristo, pues el papa, habiendo sido capturado por la arrogancia y el engaño, y deseando tener la máxima autoridad de la Iglesia y el estado, rompió la Iglesia de Cristo.

Los fieles al papa han caído en muchas falsas doctrinas y herejías que modifican los misterios de la Iglesia Ortodoxa. En vez del bautismo, ellos rocían; en vez del misterio de la comunión, ellos utilizan el pan ácimo de los judíos. Se han deshecho de los ayunos e incluso del santo aceite, ni tampoco pueden realizar bendiciones con el rociado del aghiasma porque están excomulgados y así, su bendición no tiene efecto.

No me abstendré de mencionar algo que presencié por mi mismo cuando estuve de peregrinación en la Santa Montaña. Cuando el emperador Constantino Miguel y el Patriarca Vekkos, que eran fieles al papa, fueron a la Santa Montaña durante el periodo entre 1170-1200, presionaron a los monjes para aceptar el papismo y concelebrar con los papistas. Aquellos que aceptaron y concelebraron con los papistas, al morir, sus cuerpos permanecieron incorruptos, pero emiten un olor fétido. Los que rechazaron concelebrar y fueron asesinados por los papistas, de ellos y sus reliquias surge un olor fragante. Deseo que por la gracia del Espíritu Santo, vuestras mentes se iluminen, daros fortaleza y que rechacéis el ensueño del engaño y la languidez y regreséis al seno de la Iglesia.

“Si los presentes jerarcas no aceptan las decisiones, los cánones y las tradiciones dadas por los divinos apóstoles y los santos padres de la Iglesia, sino que las ignoran, ¿a quienes respetarán, entonces, los suyos?”.

La Iglesia, el estado y sus líderes de estos presentes días malos, duermen el pesadísimo sueño de la negligencia y la pereza, y si no se despiertan, así como el clero y el pueblo, al arrepentimiento en el servicio de los mandamientos de Dios, de las virtudes y las buenas obras, tendrán que responder durante el gran juicio y serán castigados.

Aferraos a vuestra fe

Apoyaos firmemente en vuestra fe y permaneced inamovibles en las tradiciones de los divinos padres, pues hemos llegado al tiempo en el que incluso los fuertes en la fe están perdidos. Esforzaos por estudiar y aprender, pues todo lo bueno se alcanza con trabajo duro y sufrimiento. No sentiremos el trabajo de la virtud cuando consideremos las multitudes de mártires y santos, y en el futuro, seamos glorificados.

Cuán felices y bienaventurados seremos, si mediante un pequeño esfuerzo fuéramos juzgados dignos de acampar en los benditos campos del paraíso y heredar las bondades del reino celestial de Dios. Amén.

El apóstol Pablo, el vocero de Cristo, nos exhorta: “No toméis parte con ellos en las obras infructuosas de las tinieblas, antes bien, manifestad abiertamente vuestra reprobación” (Efesios 5:11). En los casos en los que se ignore o calumnie nuestra santa Fe Ortodoxa, se permite redargüir, hacer comprobaciones y mostrar ira, muy justificablemente, pero no se permite el silencio. Pero la comprobación debe ser hecha con discernimiento y prudencia, no con turbación e ira, sino con ira divina. Dios no abandona a Su Iglesia, y a los que luchan contra ella los humillará y los aplastará como una vasija de cerámica, pero a los que perseveren en su Fe Ortodoxa y la confiesen hasta la muerte, serán bendecidos.

Os bendigo desde el fondo de mi corazón para que nunca seáis tímidos en vuestras luchas, incluso si veis a los enemigos de la Iglesia haciéndose más fuertes… El que lucha por la Fe Ortodoxa y por nuestra Santa Iglesia tiene al Todopoderoso Dios por aliado, mientras que el que lucha por engañar tiene al diablo siempre astuto como aliado, al débil maestro de la oscuridad, de las mentiras y todas las herejías, falacias y la maldad. No hay nada más honorable, modesto y más santo que cuando se lucha por la fe. Y si mientras se lucha, se es asesinado por los enemigos, sin ser doblegado, se es el vencedor más brillante y recibirá el trofeo de llamada de lo alto y de la corona celestial. Así pues, luchad por la fe y luchad hasta la muerte, para ser dignos herederos del reino del cielo.

En el tiempo presente, cuando la Iglesia es atacada de muchas formas y medios por muchos y diversos luchadores, vuestro esfuerzo en la confrontación y la lucha tendrá éxito, con la ayuda de Dios, y salvaréis a algunos de los días del diluvio del pecado.

Os felicito por vuestro celo por la diseminación de las verdades cristianas y por el beneficio de los cristianos. Debemos saber que según el esfuerzo y la voluntad con la que cada uno trabaja, así recibirá la recompensa del Pagador del salario, Cristo. Mientras haya tiempo, trabajemos espiritualmente y sembremos con tesón para que podamos cosechar en paz.

 Abba Filotheos Zervakos

      Catecismo Ortodoxo 

http://catecismoortodoxo.blogspot.ca/

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