Instrucción
Pregunta: ¿Qué es el Catecismo Ortodoxo?
Respuesta: El Catecismo Ortodoxo es la
enseñanza en la fe cristiana ortodoxa, para instruir a cada cristiano a fin de
agradar a Dios y salvar su alma.
Pregunta: ¿Cuál es el significado de la
palabra Catecismo?
Respuesta: Es una palabra griega que
significa instrucción, o enseñanza oral. Ha sido usada desde los tiempos de los
Apóstoles para dar el conocimiento elemental de la fe cristiana ortodoxa,
necesaria a todo cristiano (Lucas 1:4; Hechos 18:25).
Pregunta: ¿Qué es necesario para agradar a
Dios y para salvar nuestra alma?
Respuesta: En primer lugar, conocer al
verdadero Dios y tener fe en El. En segundo lugar, llevar una vida acorde con
la fe y realizar buenas obras.
Pregunta: ¿Por qué la fe es necesaria en
primer término?
Respuesta: Porque según el testimonio de la
palabra de Dios: “Sin fe es imposible
agradar a Dios” (Hebr. 11:6).
Pregunta: ¿Por qué debe ser inseparable de la fe la
realización de buenas obras?
Respuesta: Porque según el testimonio de la
Palabra de Dios: “La
fe sin obras está muerta” [Santiago (Jacobo) 2:20].
Pregunta: ¿Qué es la fe?
Respuesta: De acuerdo con la definición de
San Pablo: “Es, pues, la fe, la
sustanciación de lo que se espera, la demostración de lo que no se ve” (Heb. 11:1). Es la certeza en lo que no se ve, como si
lo estuviésemos viendo; en lo deseado y esperado, como si estuviese presente.
Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre conocimiento y
fe?
Respuesta: El conocimiento tiene por objeto
las cosas visibles y comprensibles. La fe, tiene por objeto las cosas que son
invisibles e incluso incomprensibles. El conocimiento está fundado en la
experiencia, en el examen de un objeto. En cambio, la fe se basa en la
confianza al testimonio de la verdad. El conocimiento pertenece propiamente al
intelecto aunque puede actuar también sobre el corazón. La fe pertenece
principalmente al corazón, pese a que comienza en pensamientos.
Pregunta: ¿Por qué es necesaria la fe y no sólo el
conocimiento en la instrucción religiosa?
Respuesta: Porque el objeto principal de
esta instrucción es Dios invisible e incomprensible, y la Sabiduría de Dios
oculta en un misterio. Consecuentemente, gran parte de esta enseñanza no se
puede alcanzar mediante el conocimiento, pero se debe recibir mediante la fe.
La fe, dice San Cirilo de Jerusalem, “es el ojo que
ilumina toda conciencia y le da el conocimiento al hombre.” Pues,
como dice el profeta: “Si no creyereis, no entenderéis” (Isaías 7:9;
Cir. Cat. 5).
Pregunta: ¿Cómo se puede ilustrar más la necesidad de
la fe?
Respuesta: San Cirilo ilustra esa necesidad
así: “No sólo entre nosotros llevamos el nombre de Cristo, no sólo para
nosotros la fe es algo tan grande, sino que todo lo que es hecho en el mundo,
incluso por personas desconectadas de la Iglesia, es hecho por fe. La
agricultura está fundada en la fe. Porque nadie que no crea que obtendrá
aumentados para sí los frutos de la tierra emprendería los trabajos de la
siembra. Los marinos están guiados por la fe cuando se confían a un débil
madero y prefieren la agitación de las aguas inestables a los estáticos
elementos de la tierra. Se entregan a expectativas inciertas, y no retienen
para sí mismos más que la fe en la que confían; confían más en la fe que en las
anclas” (Cir. Cat. 5).
Sobre La
Divina Revelación
Pregunta: ¿De dónde proviene la enseñanza de la Fe
Ortodoxa?
Respuesta: De la Revelación Divina.
Pregunta: ¿Qué se entiende por las palabras Revelación Divina?
Respuesta: Que Dios mismo se reveló a los
hombres para que puedan creer en El con rectitud, para su salvación y para
honrarlo como se merece.
Pregunta: ¿Otorgó Dios esa revelación a todos los
hombres?
Respuesta: La otorgó a todos, porque la
revelación es necesaria a todos por igual, y es capaz de llevar salvación a todos.
Pero, dado que no todos los hombres pueden recibir inmediatamente la Revelación
de Dios, El empleó personas especiales como heraldos, para presentarla a todos
los que desean recibirla.
Pregunta: ¿Por qué no todos los hombres son capaces de
recibir la Revelación directamente de Dios?
Respuesta: Debido a la impureza de sus
pecados y a la fragilidad de su cuerpo y de su alma.
Pregunta: ¿Quiénes fueron los heraldos de la Revelación
Divina?
Respuesta: Adán, Noé, Abraham, Moisés y
otros profetas recibieron y predicaron los Principios de la Revelación Divina;
pero fue el Hijo de Dios encarnado, Nuestro Señor Jesucristo, quien la trajo a
la tierra en toda su plenitud y perfección y la expandió por todo el mundo por
medio de sus discípulos y apóstoles. El Apóstol San Pablo dice en el comienzo
de su Epístola a los Hebreos: “De manera fragmentaria y de muchos modos habló
Dios a nuestros Padres por medio de los Profetas; en éstos últimos tiempos nos
ha hablado por medio del Hijo a quien puso como heredero de todo, por Quien
también creó al mundo.”
El mismo Apóstol escribe a los
Corintios: “Mas
hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios
predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los
príncipes de este siglo conoció... Dios nos la reveló a nosotros por su
Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”
(1Cor. 2:7-8 y 10). El Evangelista San
Juan escribe: “A Dios nadie lo vio jamás;
el Hijo Unigénito, que está en el seno del Padre, El lo ha dado a conocer” (Juan 1:18). Jesucristo
mismo dice: “Nadie conoce al Hijo sino el
Padre, ni al Padre lo conoce nadie sino el Hijo, y aquél a quien el Hijo lo
quiera revelar” (Mat. 11:27).
Pregunta: ¿Entonces el hombre no puede tener ningún
conocimiento de Dios sin una especial revelación de El?
Respuesta: El hombre puede tener cierto
conocimiento de Dios contemplando las cosas que El ha creado. Pero este
conocimiento es imperfecto e insuficiente y puede servir solamente como
preparación para la fe, o como una ayuda ante el conocimiento de Dios por su
revelación. “Porque las cosas invisibles de El, su eterno poder y divinidad, se
hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por
medio de las cosas hechas” (Rom. 1:20). “Y de
una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda
la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos y los límites
de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando,
pueden hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.
Porque en El vivimos, nos movemos y somos” (Hechos
17:26-28). “Con respecto a la fe en Dios, está precedida por la idea de
que 'Dios Es'. Recibimos esta idea de las cosas que fueron creadas. Examinando
atentamente la creación del mundo, percibímos que Dios es Omnisciente,
Todopoderoso y Bueno. Percibimos también sus propiedades invisibles. Por esos
medios lo reconocemos como Soberano Supremo. Viendo que Dios es el Creador del
mundo entero y que nosotros formamos parte del mundo, se deduce que Dios es
también nuestro Creador. De este conocimiento viene la fe, y de la fe viene la adoración” (San Basilio el Grande, Epíst. 232).
Sobre la Sagrada Tradición
y las Sagradas Escrituras
Pregunta: ¿Cómo se difunde la Divina Revelación entre
los hombres y cómo se preserva en la verdadera Iglesia?
Respuesta: Por medio de: la
Sagrada Tradición y las Sagradas Escrituras.
Pregunta: ¿Qué se entiende bajo el nombre de Sagrada
Tradición?
Respuesta: Por el nombre de Sagrada Tradición
entendemos la enseñanza de la fe, la Ley de Dios, los Sacramentos y los ritos
que nos fueron transmitidos por los verdaderos creyentes y adoradores de Dios
de generación en generación.
Pregunta: ¿Hay algún depositario de la Sagrada
Tradición?
Respuesta: Todos los verdaderos creyentes
unidos por la Sagrada Tradición de la fe, colectiva y sucesivamente, por la
voluntad de Dios componen la Iglesia. Y la Iglesia es la segura depositaria de
la Sagrada Tradición. Como expresa San Pablo: “La Iglesia del Dios viviente, el pilar y
fundamento de la verdad” (1 Tim. 3:15).
San Ireneo escribe: “No debemos
buscar entre otros la verdad que podemos obtener buscándola en la Iglesia.
Porque en Ella, como en una rica Casa del Tesoro, los Apóstoles nos dejaron en
su plenitud todo lo que pertenece a la verdad, de manera que quien la busque,
reciba de Ella el alimento de vida. Ella es la puerta a la vida” (Adv. Haeres.
T. 3 C. 4).
Pregunta: ¿Qué son las llamadas Sagradas Escrituras?
Respuesta: Son libros escritos por el Espíritu
de Dios, a través de hombres santificados por Dios, llamados Profetas y
Apóstoles. La reunión de estos libros se llama Biblia.
Pregunta: ¿Qué significa la palabra Biblia?
Respuesta: Es un término griego que
significa “Libros.” El nombre indica que los Libros Sagrados merecen atención
antes que cualesquiera otros.
Pregunta: ¿Qué es más antigua, la Sagrada Tradición o
las Sagradas Escrituras?
Respuesta: El más antiguo instrumento para
difundir la Divina Revelación es la Sagrada Tradición. De Adán a Moisés no hubo
libros sagrados. Nuestro Señor Jesucristo mismo dio su divina enseñanza y
fundamentos a sus Apóstoles por la palabra y el ejemplo, y no por la escritura.
El mismo método fue seguido por los Apóstoles al principio, cuando difundieron
la fe y establecieron la Iglesia de Cristo. La necesidad de tradición es más
evidente, si se entiende que los libros eran y son accesibles sólo a una
pequeña parte de la humanidad, mientras que la tradición llega a todos.
Pregunta: ¿Por qué, entonces, fueron dadas las Sagradas
Escrituras?
Respuesta: Para que la Sagrada Tradición
sea preservada más exactamente y permanezca sin modificaciones. En las Sagradas
Escrituras leemos las palabras de los Profetas y Apóstoles como si estuviesen
vivos y las oyésemos de ellos mismos, a pesar de que los libros sagrados fueron
escritos un milenio o varios cientos de años antes de la era Cristiana.
Pregunta: ¿Debemos seguir la Sagrada Tradición incluso
si poseemos las Sagradas Escrituras?
Respuesta: Debemos seguir la Tradición que
está de acuerdo con la Divina Revelación y con las Santas Escrituras, como nos
lo expresan éstas. El Apóstol San Pablo dice: “Así pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que
habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por Epístolas” (2 es. 2:15).
Pregunta: ¿Por qué la Tradición es necesaria en la
actualidad?
Respuesta: Como guía para la correcta
comprensión de las Sagradas Escrituras, para la correcta administración de los
Sacramentos y para preservar los sagrados ritos y ceremonias en la pureza de su
institución original. San Basilio el Grande dice sobre esto lo siguiente: “Las
enseñanzas y los mandamientos se conservan en la Iglesia. Algunas están y otras
las recibimos por Tradición Apostólica. Todas tienen la misma fuerza mediante la
devoción. Lo dicho no puede ser impugnado, aun por los que tienen poco
conocimiento en las disposiciones de la Iglesia. Porque si rechazáramos las
costumbres no escritas, como si tuvieran poca importancia, estaríamos, sin duda
alguna, mutilando el Evangelio en lo más importante, o de lo contrario, de los
sermones de los Apóstoles dejaríamos el nombre vacío.
Por ejemplo, en primer lugar
mencionamos sobre lo más común: Para que los esperanzados en el nombre de
Nuestro Señor Jesucristo se signen a sí mismos con la señal de la Cruz, ¿quién
lo enseño por escrito? ¿Qué escritura enseña a dirigirse a Oriente para rezar?
Respecto a las Palabras para la transmutación del Pan Eucarístico y del Cáliz
de las bendiciones, ¿cuál de los santos nos lo dejó por escrito? No nos
conformamos con las palabras que el Apóstol dice y el Evangelio registra, sino
que antes y después pronunciamos otras, de gran fuerza para el Sacramento, que
hemos recibido por enseñanza no escrita. ¿En qué Escritura se nos habla sobre
la forma en que debemos bendecir las aguas para el Bautismo, el aceite de la
unción y a la persona misma que es bautizada? Por una tradición silenciosa y secreta. ¿Qué más? La práctica
misma de ungir con aceite, la norma de la triple inmersión y el resto de las
ceremonias del Bautismo, la renuncia a satanás y sus ángeles, ¿de qué Escritura
están tomadas? ¿No son acaso todas esas enseñanzas inéditas y privadas las que
nuestros Padres conservaron, por medio del silencio, de la curiosidad y las
disquisiciones profanas, habiendo sido instruidos en el principio de resguardar
por el silencio la santidad de los misterios? ¿Por qué publicar por escrito la
enseñanza referente a lo que no se les permite a los no bautizados siquiera
ver?” (Can. 97, sobre el Espíritu Santo, cap. 27).
Sobre las Sagradas
Escrituras en particular
Pregunta: ¿Cuándo fueron escritos los Libros Sagrados?
Respuesta: Fueron escritos en distintas
épocas, algunos antes del nacimiento de Cristo, otros después.
Pregunta: ¿Tienen estas dos divisiones de los Libros
Sagrados sus propios nombres?
Respuesta: Sí. Los escritos antes del
nacimiento de Cristo son llamados Libros del Antiguo Testamento, mientras que
los escritos después del nacimiento de Cristo son llamados Libros del Nuevo
Testamento.
Pregunta: ¿Qué son el Antiguo y el Nuevo Testamento?
Respuesta: Dicho en otras palabras, son la
Antigua y la Nueva Alianza de Dios con los hombres.
Pregunta: ¿En qué consiste el Antiguo Testamento?
Respuesta: Consiste en que Dios prometió a
los hombres un Divino Salvador, y los preparó para recibirlo.
Pregunta: ¿Cómo preparó Dios a los hombres para recibir
al Salvador?
Respuesta: Dios preparó a los
hombres con revelaciones graduales, profecías y preimágenes.
Pregunta: ¿En qué consiste el Nuevo Testamento?
Respuesta: Consiste en que Dios dio a los
hombres un Divino Salvador, su Hijo Único, Jesucristo.
Pregunta: ¿Cuántos son los libros del Antiguo
Testamento?
Respuesta: San Cirilo de Jerusalem, San
Atanasio el Grande y San Juan Damasceno dicen que son veintidós libros, coincidiendo
con los judíos, que así los numeraban en la lengua hebrea original (Atanas. Ep.
39, J. Damasc. Theol., líbro 4, c. 17).
Pregunta: ¿Por qué debemos respetar el recuento de los
hebreos?
Respuesta: Porque, como dice el Apóstol San
Pablo, a ellos les fueron confiados los oráculos de Dios. Y los libros sagrados
del Antiguo Testamento fueron recibidos por la Iglesia Cristiana en el Nuevo
Testamento (Rom. 3:2).
Pregunta: ¿Cómo enumeraron San Cirilo y San Atanasio
los libros del Antiguo Testamento?
Respuesta: De la siguiente forma:
1. El Libro del Génesis.
2. Éxodo.
3. Levítico.
4. El Libro de los Números.
5. Deuteronomio.
6. El Libro de Josué, hijo de
Nun.
7. El Libro de los Jueces, y con
él, como apéndice, el Libro de Ruth.
8. El Primero y Segundo Libro de
los Reyes (1y 2 Samuel), como dos partes de un mismo Libro.
9. El Tercer y Cuarto Libro de
los Reyes (1y 2 Reyes).
10. El Primer y Segundo Libro de
Paralipómenos (Crónicas).
11. El Primer Libro de Esdras y
el Segundo o, como se lo titula en griego, el Libro de Nehemías.
12. El Libro de Esther.
13. El Libro de Job.
14. Los
Salmos.
15. Los Proverbios de Salomón.
16. El Eclesiastés, también de
Salomón.
17. El Cantar de los Cantares,
también de Salomón.
18 El Libro del Profeta Isaías.
19. De Jeremías.
20. De Ezequiel.
21. De Daniel.
22. De los Doce Profetas.
Pregunta: ¿Por qué no se nombra en esta enumeración de
los Libros del Antiguo Testamento al Libro de la Sabiduría del hijo de Sirac y
a algunos otros?
Respuesta: Porque no existen en el Antiguo
Testamento Hebreo.
Pregunta: ¿Cómo debemos considerar estos Libros?
Respuesta: Atanasio el Grande dice que eran
indicados por los Padres para ser leídos por aquellos que se preparaban para su
admisión en la Iglesia.
Pregunta: ¿Hay alguna división de los Libros del
Antiguo Testamento, que dé una idea aproximada de su contenido?
Respuesta: Pueden ser divididos en:
1. Libros de la Ley, que forman
la base del Antiguo Testamento.
2. Libros Históricos, que
contienen principalmente la historia de la religión.
3. Instructivos, que contienen
la enseñanza de la religión.
4. Proféticos, que contienen
profecías o predicciones del futuro, y especialmente sobre Jesucristo.
Pregunta: ¿Cuáles son los Libros de la Ley?
Respuesta: Los cinco Libros escritos por
Moisés: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Jesucristo mismo da a
estos Libros el nombre general de “Ley de
Moisés” (Lucas 24:44).
Pregunta: ¿Qué contiene en particular el Libro del
Génesis?
Respuesta: Contiene el relato de la
creación del mundo y el hombre, y la historia de las reglas religiosas en los
primeros tiempos de la humanidad.
Pregunta: ¿Qué contienen los otros cuatro Libros de
Moisés?
Respuesta: Contienen la historia de la
religión en el tiempo del Profeta Moisés, y la Ley dada por Dios a través de
él.
Pregunta: ¿Cuáles son los Libros históricos del Antiguo
Testamento?
Respuesta: Los Libros de Josué, hijo de
Nun; Jueces; Ruth; Reyes; Crónicas; Esdras; Nehemías y Esther.
Pregunta: ¿Cuáles son los instructivos?
Respuesta: El Libro de Job, los Salmos y
los Libros de Salomón.
Pregunta: ¿Qué observaciones particulares debemos hacer
sobre el Libro de los Salmos?
Respuesta: Este Libro, junto con la
enseñanza de la religión, contiene alusiones sobre su historia, y muchas
profecías concernientes a nuestro Salvador Jesucristo. Es un perfecto manual de
oración y alabanza, y por ese motivo es de uso continuo en los Divinos
Servicios de la Iglesia.
Pregunta: ¿Qué Libros son proféticos?
Respuesta: Los de los Profetas: Isaías,
Jeremías, Ezequiel, Daniel y los otros doce.
Pregunta: ¿Cuántos son los Libros del Nuevo Testamento?
Respuesta: Veintisiete.
Pregunta: ¿Hay libros de la ley en el Nuevo Testamento,
es decir, que formen su base?
Respuesta: Sí. El Evangelio, que consiste
en los cuatro Libros de los Evangelistas Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Pregunta: ¿Qué significa la palabra Evangelio?
Respuesta: Es una palabra griega que
significa Buena Nueva.
Pregunta: ¿Qué Buena Nueva tenemos de los Libros
llamados Evangelios?
Respuesta: De la Divinidad de Nuestro
Señor Jesucristo, de su advenimiento y vida sobre la tierra, de sus milagros y
enseñanza salvadora, y finalmente de su muerte en la Cruz, su Gloriosa
Resurrección y Ascensión a los cielos y de su victoria sobre el infierno y que
nos concedió la salvación.
Pregunta: ¿Por qué se llama Evangelio a estos libros?
Respuesta: Para el hombre no puede haber
nada mejor ni más gozoso que la novedad de un Divino Salvador y de la Salvación
eterna. Por esta razón, el Evangelio que se lee en la Iglesia, es precedido y
acompañado por las alegres exclamaciones:
“Gloria a Ti, Señor, Gloria a Ti.”
Pregunta: ¿Son históricos algunos de los libros del
Nuevo Testamento?
Respuesta: Sí. El Libro de los Hechos de
los Santos Apóstoles.
Pregunta: ¿Sobre qué relata este libro?
Respuesta: Sobre el Descenso del Espíritu
Santo sobre los Apóstoles y la expansión de la Iglesia de Cristo.
Pregunta: ¿Qué es un Apóstol?
Respuesta: La palabra Apóstol significa
Enviado. Es el nombre dado a aquellos discípulos elegidos por Nuestro Señor
Jesucristo, a los que El envió a predicar el Evangelio.
Pregunta: ¿Cuáles de los libros del Nuevo Testamento
son instructivos?
Respuesta: Las siete Epístolas
Universales, o sea: una del Apóstol Santiago (Jacobo), dos de San Pedro, tres
de San Juan, una de San Judas Tadeo y catorce Epístolas del Apóstol San Pablo:
una a los Romanos, dos a los Corintios, una a los Gálatas, una a los Efesios,
una a los Filipenses, una a los Colosenses, dos a los Tesalonisenses, dos a
Timoteo, una a Tito, una a Filemón y una a los Hebreos.
Pregunta: ¿Hay entre los libros del Nuevo Testamento
alguno profético?
Respuesta: Sí. El Libro del Apocalipsis.
Pregunta: ¿Qué significa la palabra Apocalipsis?
Respuesta: Significa Revelación, en
griego.
Pregunta: ¿Cuál es el contenido de este Libro?
Respuesta: Es la revelación mística del
futuro de la Iglesia Cristiana y del mundo entero.
Pregunta: ¿Con qué cuidado debemos leer las Sagradas
Escrituras?
Respuesta: Primero, debemos leerlas con
devoción, como palabra de Dios, y orar para comprenderlas. Segundo, hay que
leerlas con el puro deseo de instruirse en la fe y despertar a las buenas
obras. Tercero, debemos aceptarlas en conformidad con las interpretaciones de
la Iglesia Ortodoxa y de los Santos Padres.
Pregunta: Cúando la Iglesia propone la enseñanza de la
Divina Revelación y de las Sagradas Escrituras al pueblo por primera vez ¿qué
signos ofrece de que en realidad es la Palabra de Dios?
Respuesta: La Iglesia ofrece los
siguientes signos:
1. Lo sublime de la enseñanza, que
testimonia que no puede ser invención de la razón humana.
2. La pureza de esta enseñanza,
que muestra que es la purísima mente de Dios.
3. Las profecías.
4. Los milagros.
5. El poderoso efecto de esta
enseñanza sobre el corazón de los hombres, por el Poder Divino.
Pregunta: ¿De qué manera las profecías son señales de
una verdadera Revelación de Dios?
Respuesta: Esto se puede demostrar por un
ejemplo. Cuando el Profeta Isaías predijo el nacimiento del Salvador Jesucristo
de una doncella (algo que la razón natural del hombre no podía imaginar) y
cuando cientos de años después de esta profecía Nuestro Señor Jesucristo nacío
de la Purísima Doncella María, se ve que la profecía era la palabra del Dios
Omnisciente, y su cumplimiento la obra del Dios Todopoderoso. Por eso también
San Mateo el Evangelista, cuando relata el nacimiento de Cristo menciona la
profecía de Isaías: “Todo esto aconteció
para que se cumpliese lo dicho por el Señor, que habla por medio del Profeta:
He aquí que una doncella concebirá y dará a luz un hijo. Y llamará su nombre
Emmanuel, que traducido es: Dios con nosotros” (Mateo 1:22-23).
Pregunta: ¿Qué son los milagros?
Respuesta: Son hechos que no pueden ser
realizados por el poder o arte de los hombres, sino sólo por el poder de Dios Todopoderoso;
por ejemplo, despertár a los muertos.
Pregunta: ¿Cómo se sabe que los milagros son la señal
de la palabra de Dios?
Respuesta: El que realiza verdaderos
milagros lo hace por el poder de Dios. Consecuentemente, está a favor de Dios y
participa de su Divino Espíritu; para ello debe hablar sólo la verdad pura.
Cuando un hombre así habla en nombre de Dios, estámos seguros de que su boca
expresa realmente la Palabra de Dios.
Nuestro Señor Jesucristo mismo
obra milagros como poderoso testimonio de su Divina misión: “Las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras
que yo hago, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado” (S. Juan
5:36).
Pregunta: ¿Dónde podemos ver particularmente el
poderoso efecto de la Enseñanza de Cristo?
Respuesta: En los doce Apóstoles, elegidos
entre gente pobre e inculta, de la clase más baja, que por su enseñanza
superaron y subyugaron para Cristo a los fuertes, a los sabios, a los ricos, a
los reyes y sus reinos.
La Composición
del Catecismo
Pregunta: ¿Cómo se debe componer correctamente la
presentación de la instrucción catequística de la religión?
Respuesta: Para esto debemos seguir el
libro de la Confesión Ortodoxa, aprobado por los Patriarcas Orientales; y tomar
como base lo dicho por el Apóstol San Pablo, que toda ocupación del cristiano
en la vida presente tiene que estar compuesta por tres cosas: fe, esperanza y
amor. “Y ahora permanecen la fe, la
esperanza y el amor, estos tres” (1Cor. 13:13). Así, el cristiano necesita: primero, enseñanza sobre la fe en Dios
y sobre los Sacramentos que El revela; segundo, enseñanza sobre la esperanza en
Dios y los medios para basarse sobre ella; tercero, enseñanza sobre el amor a
Dios, y todo lo que El nos manda amar.
Pregunta: ¿Qué usa la Iglesia como instrumento para
introducirnos en la enseñanza de la fe?
Respuesta: El Símbolo de la fe.
Pregunta: ¿Qué debemos tomar como guía para la
enseñanza de la esperanza?
Respuesta: Las bienaventuranzas de
Nuestro Señor y la oración del Señor.
Pregunta: ¿Dónde podemos encontrar los elementos de la
enseñanza del amor?
Respuesta: En los Diez
Mandamientos de la Ley de Dios.
Primera Parte del Catecismo
Ortodoxo Sobre la Fe
Sobre el Símbolo de la fe
en general y su origen.
Pregunta: ¿Qué es el Símbolo de la fe?
Respuesta: El Símbolo de la fe es una
exposición, en pocas pero precisas palabras, de la enseñanza sobre la fe
cristiana.
Pregunta: ¿Cuáles son las palabras de dicha
exposición?
Respuesta: Son las siguientes:
Creo en el Único Dios Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra y de todo lo visible e invisible.
Y en un sólo Señor Jesucristo, Hijo Unigénito
de Dios, que nació del Padre antes de todos los siglos; Luz de Luz; Dios
verdadero de Dios verdadero; nacido, no creado; consustancial con el Padre, por
quien todo fue hecho; quién por nosotros, los hombres, y para nuestra
salvación, descendió de los cielos, encarnó del Espíritu Santo y María Doncella
y se hizo Hombre; fue crucificado, también por nosotros, en tiempos de Poncio
Pilatos; padeció, fue sepultado y al tercer día resucitó conforme con las
Escrituras; subió a los cielos, está sentado a la diestra del Padre; vendrá
otra vez con gloria, a juzgar a los vivos y a los muertos, y su reino no tendrá
fin.
Y en el Espíritu Santo, Señor vivificador, que
procede del Padre, que con el Padre y el Hijo es juntamente adorado y
glorificado; que habló por los profetas.
Y en la Iglesia que es Una, Santa, Católica y
Apostólica; confieso un sólo bautismo para la remisión de los pecados; espero
la resurrección de los muertos y la vida del siglo venidero. Amén.
Pregunta: ¿Quién redactó de esta manera la enseñanza de
la fe?
Respuesta: Los Padres del Primer y Segundo
Concilios Ecuménicos.
Pregunta: ¿Qué es un Concilio Ecuménico?
Respuesta: Una Asamblea de los sacerdotes,
obispos y feligreses de la Iglesia Católica de Cristo, en lo posible del mundo
entero, para la confirmación de la verdadera enseñanza y de la santa disciplina
entre los cristianos.
Pregunta: ¿Cuántos Concilios Ecuménicos hubo?
Respuesta: Siete:
1º. de Nicea;
2º. de Constantinopla;
3º. de Efeso;
4º. de Calcedonia;
5º. segúndo de Constantinopla;
6º. tercéro de Constantinopla;
7º. segúndo de Nicea.
Pregunta: ¿De dónde viene la regla de reunir
Concilios?
Respuesta: Del ejemplo de los Apóstoles,
que se reunieron en el Concilio en Jerusalem (Hechos 15). Esto está basado en
las palabras de Jesucristo mismo, que dio a las decisiones de la Iglesia tal
peso, que quien las desobedezca sea privado de la gracia, como pagano. El medio
por el cual la Iglesia Ecuménica pronuncia sus decisiones, es un Concilio
Ecuménico. “Dilo a la Iglesia; y si no
oyere a la Iglesia, considéralo gentil y publicano” (Mat. 18:17).
Pregunta: ¿Por qué causas especiales se convocaron el
Primer y Segundo Concilios Ecuménicos, en los cuales se compuso el Símbolo de
la fe?
Respuesta: El Primero se reunió para la
confirmación de la verdadera enseñanza respecto del Hijo de Dios, contra la
herejía de Arrio, que sostuvo una enseñanza errónea sobre el Hijo de Dios. El
Segundo, para la confirmación de la verdadera enseñanza respecto del Espíritu
Santo, contra Macedonio, que predicaba errores respecto del Espíritu Santo.
Pregunta: ¿Hace mucho que se reunieron estos
Concilios?
Respuesta: El Primero se reunió en el año
325 d. C. y el Segundo en el 381 d. C.
Sobre los artículos
del Símbolo de la fe
Pregunta: ¿Qué método conviene seguir para entender
mejor el Símbolo de la fe Ecuménica?
Respuesta: Debemos advertir que
hay una división en doce artículos o partes y considerar cada artículo individualmente.
Pregunta: ¿Qué se expresa en cada artículo del Símbolo
de la fe?
Respuesta: El Primer artículo del Símbolo
de la fe habla de Dios como primer origen, particularmente de la primera
Persona de la Santísima Trinidad, Dios Padre, y Dios como Creador del mundo. El
Segundo, de la segunda Persona de la Santísima Trinidad, Jesucristo el Hijo de
Dios. El Tercer artículo, de la Encarnación del Hijo de Dios. El Cuarto
artículo, del sufrimiento y muerte de Jesucristo. El Quinto artículo, de la
Resurrección de Jesucristo. El Sexto artículo, de la Ascensión de Jesucristo al
cielo. El Séptimo artículo, de la Segunda Venida de Jesucristo a la tierra. El
Octavo artículo, de la tercera Persona de la Santísima Trinidad, el Espíritu
Santo. El Noveno artículo, de la Iglesia. El Décimo artículo, del Bautismo, en
el cual están implicados también los otros Sacramentos. El Undécimo artículo,
de la futura Resurrección de los muertos. El Duodécimo artículo, de la Vida
Et.
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