Contaquio I
El monasterio de Hilandar está adornado con los milagros divinos de tu hermoso icono, oh Theotokos, y con él alimentas con la leche espiritual del amor de Cristo a los monjes y al mundo entero. Y nosotros, ofreciéndote oraciones ante tu digno icono, te cantamos con alegría junto con los monjes a una sola voz: ¡Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual!
Ikos I
En el monasterio de San Sava se veneraba tu milagroso icono y los monjes acudían a ti como Madre de todos los cristianos. Te presentaban siempre himnos de alabanza, y cuando sufrían peligros acudían bajo tu protección maternal, ofreciéndote las guirnaldas de sus oraciones. Por eso te cantamos:
Alégrate, Madre misericordiosa de los cristianos.
Alégrate, escalera que conduce al reino del cielo.
Alégrate, jardín de oraciones de los cristianos.
Alégrate, luz que vuelves los corazones humildes.
Alégrate, corona de los amantes de la sabiduría divina.
Alégrate, tesoro de ofrendas humildes.
Alégrate, himno de alabanza a Dios.
Alégrate, sosiego de las almas agobiadas por los malos pensamientos.
Alégrate, lejanía de los pensamientos vanos.
Alégrate, protección maternal del Sol de justicia.
Alégrate, fuente de santidad para los monjes.
Alégrate, paraíso de salvación para los fieles.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
Contaquio II
Amamantaste con tu leche al Hijo Unigénito del Padre, y calmaste sus lágrimas tristes por causa de nuestros pecados, eclipsando a todas las naciones con tus himnos al Altísimo: ¡Aleluya!
Ikos II
De tu seno virginal surgió el Hijo glorioso del Padre, que ilumina a todos los que atraviesan las tinieblas del pecado, y por el resplandor de tu maternidad, te presentamos estas acciones de gracias:
Alégrate, resplandor de la virginidad.
Alégrate, luz venerable.
Alégrate, lámpara de la oración fiel.
Alégrate, receptáculo del Sumo Sacerdote.
Alégrate, libro de oro de la Verdad.
Alégrate, fiel iluminación.
Alégrate, flor inmarcesible de la oración.
Alégrate, corona de los mártires.
Alégrate, guardiana de los atribulados.
Alégrate, ayuda de los necesitados.
Alégrate, tú que alimentas a los pobres.
Alégrate, júbilo de los humildes.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
Contaquio III
San Sava, arzobispo de Serbia, llegó a Tierra Santa y llevando tu icono, fuiste recibida con himnos de alabanza: ¡Aleluya!
Ikos III
La profecía de San Sava se cumplió, y como arzobispo de Serbia, llevó tu icono milagroso al Monasterio de San Sava el santificado donde los monjes no dejaban de presentarte himnos de veneración:
Alégrate, profecía a la espera de su cumplimiento.
Alégrate, fuente de bendición continua.
Alégrate, luz de la sabiduría de los justos.
Alégrate, antorcha de los dones celestiales.
Alégrate, gran alabanza de los monjes.
Alégrate, gloria insuperable de los fieles.
Alégrate, sustento consolador de los pobres.
Alégrate, tesoro de himnos espirituales.
Alégrate, flor purísima de sabiduría.
Alégrate, jardín de las virtudes celestiales.
Alégrate, tesoro inestimable del arzobispo San Sava.
Alégrate, yelmo de salvación de los cristianos.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
Contaquio IV
La muerte ha sido devorada por la victoria, pues Cristo, el Salvador del mundo surgió de tu seno virginal, traspasando las leyes de la naturaleza, que cantan con acciones de gracia: ¡Aleluya!
Ikos IV
Cristo ha roto las puertas del infierno, y mantuvo tu virginidad al nacer de ti, oh Theotokos purísima, viniendo al mundo como Dios y hombre. Así, clamamos con oraciones humildes a tu misericordia maternal y te cantamos con humildad:
Alégrate, madre del Creador.
Alégrate, pues diste a luz como Virgen al Señor de todo.
Alégrate, pues depositaste en nuestro corazón el anhelo de la salvación.
Alégrate, pues nos salvas de los adversarios.
Alégrate, pues has traspasado la frontera de la muerte.
Alégrate, pues has roto la maldición de nuestra generación.
Alégrate, pues en ti descubrimos el misterio de la salvación.
Alégrate, esperanza inquebrantable de los fieles.
Alégrate, rocío de la bendita humildad.
Alégrate, antorcha inextinguible de la sabiduría.
Alégrate, morada de los indefensos.
Alégrate, protectora en el peligro.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
Contaquio V
El arzobispo de Serbia puso tu icono purísimo en manos de los humildes monjes, y les concediste la bendición y tu amparo divino. Por eso ellos clamaban a Dios cantando: ¡Aleluya!
Ikos V
El bienaventurado arzobispo depositó tu icono milagroso en la skete del “Tipicón” del Monte Athos, temerosa de Dios, donde los monjes acudían allí para adornar tu icono con alabanzas:
Alégrate, orden deseado por los ángeles.
Alégrate, júbilo de los monjes de la skete del Tipicón.
Alégrate, poderosa ancla de la fe.
Alégrate, espejo de las virtudes.
Alégrate, escudo poderoso de los monjes.
Alégrate, oración sublime de los hombres.
Alégrate, extirpación de las pasiones.
Alégrate, vaso de oro de la gracia divina.
Alégrate, tesoro de los creyentes.
Alégrate, liberación de las turbaciones.
Alégrate, paz en las tentaciones.
Alégrate, corona de gozo espiritual.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
Contaquio VI
San Sava de Serbia a menudo iba a la skete depositando allí sus lágrimas, sus oraciones e incienso cantándote en acción de gracias: ¡Aleluya!
Ikos VI
En la skete donde se encontraba tu icono a menudo acudía el humilde arzobispo para alejarse del trastorno mundanal y allí tejía humildes pensamientos e himnos de alabanza:
Alégrate, rápida escucha de las oraciones de San Sava.
Alégrate, sostén de todos los hombres.
Alégrate, espejo de la vida angelical.
Alégrate, icono de perfección para los monjes.
Alégrate, consuelo de los fieles en tribulación.
Alégrate, luz de la sabiduría que lleva a la salvación.
Alégrate, cumplimiento de la ley del Señor.
Alégrate, descanso de los corazones afligidos.
Alégrate, pacificación que destierras las pasiones.
Alégrate, ventana al reino de la Luz.
Alégrate, himno alegre del corazón.
Alégrate, arca y refugio en el torrente de las tentaciones.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
Contaquio VII
A la derecha de las puertas reales descansa tu icono purísimo en la Iglesia del monasterio de Hilandar, suplicando al Rey eterno que conceda refugio y consuelo a todos los que están fatigados y agobiados por la multitud de los pecados, para que por medio del arrepentimiento puedan ser limpiados y cantar con alegría: ¡Aleluya!
Ikos VII
Tu oración incesante no cesa nunca de fluir, limpiando nuestros pecados, oh Theotokos purísima. Por eso, desde el fondo de nuestros corazones atribulados te cantamos:
Alégrate, fuente bendita de oración.
Alégrate, jardín de las virtudes divinas.
Alégrate, caricia para el alma que espera la salvación.
Alégrate, puente hacia el cielo.
Alégrate, súplica de perdón a Cristo Dios.
Alégrate, pues cubres la oscuridad de nuestros pecados con tu misericordia.
Alégrate, navío en el mar de la adversidad.
Alégrate, pensamiento humilde de los creyentes.
Alégrate, pues nos apartas del camino que conduce a la perdición.
Alégrate, mano siempre tendida.
Alégrate, pues todos te llaman paraíso de salvación.
Alégrate, pues tu misericordia nos concede la redención.
Alégrate, tú que nos alejas del sueño de las pasiones.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
Contaquio VIII
Aquel que nació de ti fue sacrificado por nosotros y su sangre limpió el pecado de Adán, concediendo a todos el perdón de Dios, por lo que le clamamos: ¡Aleluya!
Ikos VIII
Los santos acuden a tu icono purísimo, oh Theotokos, pues de ti se encarnó la salvación del mundo. Accediendo a tu divina maternidad se rompió la maldición del primer hombre y con acciones de gracia te cantamos:
Alégrate, corona y alabanza de los santos.
Alégrate, pues de ti surgió la Palabra de Vida.
Alégrate, pues rompiste la maldición de la muerte.
Alégrate, pues por ti se declaró el perdón.
Alégrate, refugio de la Verdad.
Alégrate, ciudad de paz bendita.
Alégrate, luz en los pensamientos oscuros.
Alégrate, pues por ti salimos del error.
Alégrate, gloria de los rectos cristianos.
Alégrate, fuente de salvación para el hombre.
Alégrate, palacio celestial del Rey eterno.
Alégrate, lirio divino del Espíritu Santo.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
Contaquio IX
El que está por encima del cielo habitó en tu seno virginal, y acudió a los infiernos para liberar a los que estaban encarcelados, los cuales cantaban: ¡Aleluya!
Ikos IX
Con gran voz y llenos de júbilo adoramos el misterio de la Encarnación del Verbo, y te confesamos como la Theotokos de Dios, cantando estos himnos de alabanza:
Alégrate, Madre del Verbo divino.
Alégrate, puerta de la luz invisible.
Alégrate, júbilo de los que te sirven con humildad.
Alégrate, ánimo de los decaídos.
Alégrate, salud de los enfermos.
Alégrate, pues alzas a los sencillos.
Alégrate, madre de los huérfanos.
Alégrate, lucha espiritual de los monjes.
Alégrate, visión del trono divino.
Alégrate, madre llena de purea.
Alégrate, sabiduría de lo alto.
Alégrate, puente de los dones espirituales.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en época de sequía espiritual.
Contaquio X
El sol se oscureció al ver a tu hijo crucificado y tu corazón de madre se lleno de oscura tristeza, contemplando los sufrimientos y dolores del Rey eterno al que cantamos: ¡Aleluya!
Ikos X
El mundo no te conoció, oh Madre del Creador, y con la Luz sin ocaso fuimos iluminados en la oscuridad de nuestros pecados, recibiendo así la salvación eterna y cantando con las huestes angélicas:
Alégrate, refugio de las almas humildes.
Alégrate, cielo portador del Sol de justicia.
Alégrate, pues los ejércitos celestiales te claman sin cesar.
Alégrate, muralla ante los enemigos del mal.
Alégrate, puerta de la salvación.
Alégrate, guardiana de los agraviados.
Alégrate, luz en la oscuridad de nuestras almas.
Alégrate, caricia del corazón abrumado por el dolor.
Alégrate, pues tus oraciones remansan el océano de nuestros pecados.
Alégrate, riqueza celestial del Espíritu Santo.
Alégrate, protectora de los bebés en peligro.
Alégrate, oración de las vírgenes de Cristo el Esposo.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
Contaquio XI
Eres el camino puro de la salvación, y de ti nació Aquel que es el Camino, la Verdad y la vida, que nos alejó del camino del error, y a quien cantamos con gozo: ¡Aleluya!
Ikos XI
En ti tenemos nuestra esperanza de salvación porque eres una madre buena y compasiva, pues limpias con el rocío de tus intercesiones nuestros corazones llenos de pecado, para que seamos un reflejo limpio de tu pureza y por eso te cantamos:
Alégrate, remanso de paz de los corazones humildes.
Alégrate, pues calmas los corazones llenos de pecado.
Alégrate, luz de nuestra mente en tiempo de angustia.
Alégrate, muralla ante los enemigos invisibles.
Alégrate, remanso en la tristeza.
Alégrate, portadora del Fruto de la Vida.
Alégrate, pues Eva se regocija en tu nacimiento.
Alégrate, pues por Ti Adán se levantó de la corrupción.
Alégrate, pues llenas de amor nuestros corazones.
Alégrate, escudo ante las flechas del maligno.
Alégrate, defensa ante los enemigos de los cristianos.
Alégrate, preocupación humilde de las almas piadosas.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
Contaquio XII
Nos dejaste en tu dormición, oh Theotokos, pero nos consuelas ante el recuerdo del juico por nuestros pecados, y eres para nosotros una escalera sublime hacia el trono del Altísimo, al que cantamos: ¡Aleluya!
Ikos XII
Tu icono purísimo, oh Galactotrofusa, es un consuelo para los monjes del monasterio de Hilandar, y para nosotros, oh Theotokos, eres un refugio ante nuestras necesidades y problema y eres compasiva con tus siervos. Por eso te cantamos estas aclamaciones:
Alégrate, consuelo ante la opresión de los enemigos.
Alégrate, pues levantas a los caídos.
Alégrate, flor escogida en el prado de la oración.
Alégrate, pues tornaste en júbilo la tristeza de Eva.
Alégrate, pues de ti nació el Redentor del mundo.
Alégrate, arca divina de Dios.
Alégrate, fuente de oración por el mundo.
Alégrate, trono del Rey de la gloria.
Alégrate, luz por encima de la luz visible.
Alégrate, pues nos mostraste el amanecer de la Vida.
Alégrate, pues de tu pecho se alimentó el que alimenta al mundo.
Alégrate, esperanza de nuestra salvación.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
Contaquio XIII
Oh Theotokos Galactotrofusa, Madre de nuestro Señor, escucha las súplicas que te dirigimos y líbranos de todas las necesidades y adversidades. Intercede por nosotros ante tu Hijo divino para que nos conceda el perdón de nuestras transgresiones y aliméntanos con tu amor de Madre sin cesar, para que podamos clamar por siempre: ¡Aleluya, Aleluya, Aleluya!
(se repiten condaquio1 y ikos 1)
Contaquio I
El monasterio de Hilandar está adornado con los milagros divinos de tu hermoso icono, oh Theotokos, y con él alimentas con la leche espiritual del amor de Cristo a los monjes y al mundo entero. Y nosotros, ofreciéndote oraciones ante tu digno icono, te cantamos con alegría junto con los monjes a una sola voz:
¡Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual!
Ikos I
En el monasterio de San Sava se veneraba tu milagroso icono y los monjes acudían a ti como Madre de todos los cristianos. Te presentaban siempre himnos de alabanza, y cuando sufrían peligros acudían bajo tu protección maternal, ofreciéndote las guirnaldas de sus oraciones. Por eso te cantamos:
Alégrate, Madre misericordiosa de los cristianos.
Alégrate, escalera que conduce al reino del cielo.
Alégrate, jardín de oraciones de los cristianos.
Alégrate, luz que vuelves los corazones humildes.
Alégrate, corona de los amantes de la sabiduría divina.
Alégrate, tesoro de ofrendas humildes.
Alégrate, himno de alabanza a Dios.
Alégrate, sosiego de las almas agobiadas por los malos pensamientos.
Alégrate, lejanía de los pensamientos vanos.
Alégrate, protección maternal del Sol de justicia.
Alégrate, fuente de santidad para los monjes.
Alégrate, paraíso de salvación para los fieles.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
El monasterio de Hilandar está adornado con los milagros divinos de tu hermoso icono, oh Theotokos, y con él alimentas con la leche espiritual del amor de Cristo a los monjes y al mundo entero. Y nosotros, ofreciéndote oraciones ante tu digno icono, te cantamos con alegría junto con los monjes a una sola voz: ¡Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual!
Ikos I
En el monasterio de San Sava se veneraba tu milagroso icono y los monjes acudían a ti como Madre de todos los cristianos. Te presentaban siempre himnos de alabanza, y cuando sufrían peligros acudían bajo tu protección maternal, ofreciéndote las guirnaldas de sus oraciones. Por eso te cantamos:
Alégrate, Madre misericordiosa de los cristianos.
Alégrate, escalera que conduce al reino del cielo.
Alégrate, jardín de oraciones de los cristianos.
Alégrate, luz que vuelves los corazones humildes.
Alégrate, corona de los amantes de la sabiduría divina.
Alégrate, tesoro de ofrendas humildes.
Alégrate, himno de alabanza a Dios.
Alégrate, sosiego de las almas agobiadas por los malos pensamientos.
Alégrate, lejanía de los pensamientos vanos.
Alégrate, protección maternal del Sol de justicia.
Alégrate, fuente de santidad para los monjes.
Alégrate, paraíso de salvación para los fieles.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
Contaquio II
Amamantaste con tu leche al Hijo Unigénito del Padre, y calmaste sus lágrimas tristes por causa de nuestros pecados, eclipsando a todas las naciones con tus himnos al Altísimo: ¡Aleluya!
Ikos II
De tu seno virginal surgió el Hijo glorioso del Padre, que ilumina a todos los que atraviesan las tinieblas del pecado, y por el resplandor de tu maternidad, te presentamos estas acciones de gracias:
Alégrate, resplandor de la virginidad.
Alégrate, luz venerable.
Alégrate, lámpara de la oración fiel.
Alégrate, receptáculo del Sumo Sacerdote.
Alégrate, libro de oro de la Verdad.
Alégrate, fiel iluminación.
Alégrate, flor inmarcesible de la oración.
Alégrate, corona de los mártires.
Alégrate, guardiana de los atribulados.
Alégrate, ayuda de los necesitados.
Alégrate, tú que alimentas a los pobres.
Alégrate, júbilo de los humildes.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
Contaquio III
San Sava, arzobispo de Serbia, llegó a Tierra Santa y llevando tu icono, fuiste recibida con himnos de alabanza: ¡Aleluya!
Ikos III
La profecía de San Sava se cumplió, y como arzobispo de Serbia, llevó tu icono milagroso al Monasterio de San Sava el santificado donde los monjes no dejaban de presentarte himnos de veneración:
Alégrate, profecía a la espera de su cumplimiento.
Alégrate, fuente de bendición continua.
Alégrate, luz de la sabiduría de los justos.
Alégrate, antorcha de los dones celestiales.
Alégrate, gran alabanza de los monjes.
Alégrate, gloria insuperable de los fieles.
Alégrate, sustento consolador de los pobres.
Alégrate, tesoro de himnos espirituales.
Alégrate, flor purísima de sabiduría.
Alégrate, jardín de las virtudes celestiales.
Alégrate, tesoro inestimable del arzobispo San Sava.
Alégrate, yelmo de salvación de los cristianos.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
Contaquio IV
La muerte ha sido devorada por la victoria, pues Cristo, el Salvador del mundo surgió de tu seno virginal, traspasando las leyes de la naturaleza, que cantan con acciones de gracia: ¡Aleluya!
Ikos IV
Cristo ha roto las puertas del infierno, y mantuvo tu virginidad al nacer de ti, oh Theotokos purísima, viniendo al mundo como Dios y hombre. Así, clamamos con oraciones humildes a tu misericordia maternal y te cantamos con humildad:
Alégrate, madre del Creador.
Alégrate, pues diste a luz como Virgen al Señor de todo.
Alégrate, pues depositaste en nuestro corazón el anhelo de la salvación.
Alégrate, pues nos salvas de los adversarios.
Alégrate, pues has traspasado la frontera de la muerte.
Alégrate, pues has roto la maldición de nuestra generación.
Alégrate, pues en ti descubrimos el misterio de la salvación.
Alégrate, esperanza inquebrantable de los fieles.
Alégrate, rocío de la bendita humildad.
Alégrate, antorcha inextinguible de la sabiduría.
Alégrate, morada de los indefensos.
Alégrate, protectora en el peligro.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
Contaquio V
El arzobispo de Serbia puso tu icono purísimo en manos de los humildes monjes, y les concediste la bendición y tu amparo divino. Por eso ellos clamaban a Dios cantando: ¡Aleluya!
Ikos V
El bienaventurado arzobispo depositó tu icono milagroso en la skete del “Tipicón” del Monte Athos, temerosa de Dios, donde los monjes acudían allí para adornar tu icono con alabanzas:
Alégrate, orden deseado por los ángeles.
Alégrate, júbilo de los monjes de la skete del Tipicón.
Alégrate, poderosa ancla de la fe.
Alégrate, espejo de las virtudes.
Alégrate, escudo poderoso de los monjes.
Alégrate, oración sublime de los hombres.
Alégrate, extirpación de las pasiones.
Alégrate, vaso de oro de la gracia divina.
Alégrate, tesoro de los creyentes.
Alégrate, liberación de las turbaciones.
Alégrate, paz en las tentaciones.
Alégrate, corona de gozo espiritual.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
Contaquio VI
San Sava de Serbia a menudo iba a la skete depositando allí sus lágrimas, sus oraciones e incienso cantándote en acción de gracias: ¡Aleluya!
Ikos VI
En la skete donde se encontraba tu icono a menudo acudía el humilde arzobispo para alejarse del trastorno mundanal y allí tejía humildes pensamientos e himnos de alabanza:
Alégrate, rápida escucha de las oraciones de San Sava.
Alégrate, sostén de todos los hombres.
Alégrate, espejo de la vida angelical.
Alégrate, icono de perfección para los monjes.
Alégrate, consuelo de los fieles en tribulación.
Alégrate, luz de la sabiduría que lleva a la salvación.
Alégrate, cumplimiento de la ley del Señor.
Alégrate, descanso de los corazones afligidos.
Alégrate, pacificación que destierras las pasiones.
Alégrate, ventana al reino de la Luz.
Alégrate, himno alegre del corazón.
Alégrate, arca y refugio en el torrente de las tentaciones.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
Contaquio VII
A la derecha de las puertas reales descansa tu icono purísimo en la Iglesia del monasterio de Hilandar, suplicando al Rey eterno que conceda refugio y consuelo a todos los que están fatigados y agobiados por la multitud de los pecados, para que por medio del arrepentimiento puedan ser limpiados y cantar con alegría: ¡Aleluya!
Ikos VII
Tu oración incesante no cesa nunca de fluir, limpiando nuestros pecados, oh Theotokos purísima. Por eso, desde el fondo de nuestros corazones atribulados te cantamos:
Alégrate, fuente bendita de oración.
Alégrate, jardín de las virtudes divinas.
Alégrate, caricia para el alma que espera la salvación.
Alégrate, puente hacia el cielo.
Alégrate, súplica de perdón a Cristo Dios.
Alégrate, pues cubres la oscuridad de nuestros pecados con tu misericordia.
Alégrate, navío en el mar de la adversidad.
Alégrate, pensamiento humilde de los creyentes.
Alégrate, pues nos apartas del camino que conduce a la perdición.
Alégrate, mano siempre tendida.
Alégrate, pues todos te llaman paraíso de salvación.
Alégrate, pues tu misericordia nos concede la redención.
Alégrate, tú que nos alejas del sueño de las pasiones.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
Contaquio VIII
Aquel que nació de ti fue sacrificado por nosotros y su sangre limpió el pecado de Adán, concediendo a todos el perdón de Dios, por lo que le clamamos: ¡Aleluya!
Ikos VIII
Los santos acuden a tu icono purísimo, oh Theotokos, pues de ti se encarnó la salvación del mundo. Accediendo a tu divina maternidad se rompió la maldición del primer hombre y con acciones de gracia te cantamos:
Alégrate, corona y alabanza de los santos.
Alégrate, pues de ti surgió la Palabra de Vida.
Alégrate, pues rompiste la maldición de la muerte.
Alégrate, pues por ti se declaró el perdón.
Alégrate, refugio de la Verdad.
Alégrate, ciudad de paz bendita.
Alégrate, luz en los pensamientos oscuros.
Alégrate, pues por ti salimos del error.
Alégrate, gloria de los rectos cristianos.
Alégrate, fuente de salvación para el hombre.
Alégrate, palacio celestial del Rey eterno.
Alégrate, lirio divino del Espíritu Santo.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
Contaquio IX
El que está por encima del cielo habitó en tu seno virginal, y acudió a los infiernos para liberar a los que estaban encarcelados, los cuales cantaban: ¡Aleluya!
Ikos IX
Con gran voz y llenos de júbilo adoramos el misterio de la Encarnación del Verbo, y te confesamos como la Theotokos de Dios, cantando estos himnos de alabanza:
Alégrate, Madre del Verbo divino.
Alégrate, puerta de la luz invisible.
Alégrate, júbilo de los que te sirven con humildad.
Alégrate, ánimo de los decaídos.
Alégrate, salud de los enfermos.
Alégrate, pues alzas a los sencillos.
Alégrate, madre de los huérfanos.
Alégrate, lucha espiritual de los monjes.
Alégrate, visión del trono divino.
Alégrate, madre llena de purea.
Alégrate, sabiduría de lo alto.
Alégrate, puente de los dones espirituales.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en época de sequía espiritual.
Contaquio X
El sol se oscureció al ver a tu hijo crucificado y tu corazón de madre se lleno de oscura tristeza, contemplando los sufrimientos y dolores del Rey eterno al que cantamos: ¡Aleluya!
Ikos X
El mundo no te conoció, oh Madre del Creador, y con la Luz sin ocaso fuimos iluminados en la oscuridad de nuestros pecados, recibiendo así la salvación eterna y cantando con las huestes angélicas:
Alégrate, refugio de las almas humildes.
Alégrate, cielo portador del Sol de justicia.
Alégrate, pues los ejércitos celestiales te claman sin cesar.
Alégrate, muralla ante los enemigos del mal.
Alégrate, puerta de la salvación.
Alégrate, guardiana de los agraviados.
Alégrate, luz en la oscuridad de nuestras almas.
Alégrate, caricia del corazón abrumado por el dolor.
Alégrate, pues tus oraciones remansan el océano de nuestros pecados.
Alégrate, riqueza celestial del Espíritu Santo.
Alégrate, protectora de los bebés en peligro.
Alégrate, oración de las vírgenes de Cristo el Esposo.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
Contaquio XI
Eres el camino puro de la salvación, y de ti nació Aquel que es el Camino, la Verdad y la vida, que nos alejó del camino del error, y a quien cantamos con gozo: ¡Aleluya!
Ikos XI
En ti tenemos nuestra esperanza de salvación porque eres una madre buena y compasiva, pues limpias con el rocío de tus intercesiones nuestros corazones llenos de pecado, para que seamos un reflejo limpio de tu pureza y por eso te cantamos:
Alégrate, remanso de paz de los corazones humildes.
Alégrate, pues calmas los corazones llenos de pecado.
Alégrate, luz de nuestra mente en tiempo de angustia.
Alégrate, muralla ante los enemigos invisibles.
Alégrate, remanso en la tristeza.
Alégrate, portadora del Fruto de la Vida.
Alégrate, pues Eva se regocija en tu nacimiento.
Alégrate, pues por Ti Adán se levantó de la corrupción.
Alégrate, pues llenas de amor nuestros corazones.
Alégrate, escudo ante las flechas del maligno.
Alégrate, defensa ante los enemigos de los cristianos.
Alégrate, preocupación humilde de las almas piadosas.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
Contaquio XII
Nos dejaste en tu dormición, oh Theotokos, pero nos consuelas ante el recuerdo del juico por nuestros pecados, y eres para nosotros una escalera sublime hacia el trono del Altísimo, al que cantamos: ¡Aleluya!
Ikos XII
Tu icono purísimo, oh Galactotrofusa, es un consuelo para los monjes del monasterio de Hilandar, y para nosotros, oh Theotokos, eres un refugio ante nuestras necesidades y problema y eres compasiva con tus siervos. Por eso te cantamos estas aclamaciones:
Alégrate, consuelo ante la opresión de los enemigos.
Alégrate, pues levantas a los caídos.
Alégrate, flor escogida en el prado de la oración.
Alégrate, pues tornaste en júbilo la tristeza de Eva.
Alégrate, pues de ti nació el Redentor del mundo.
Alégrate, arca divina de Dios.
Alégrate, fuente de oración por el mundo.
Alégrate, trono del Rey de la gloria.
Alégrate, luz por encima de la luz visible.
Alégrate, pues nos mostraste el amanecer de la Vida.
Alégrate, pues de tu pecho se alimentó el que alimenta al mundo.
Alégrate, esperanza de nuestra salvación.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
Contaquio XIII
Oh Theotokos Galactotrofusa, Madre de nuestro Señor, escucha las súplicas que te dirigimos y líbranos de todas las necesidades y adversidades. Intercede por nosotros ante tu Hijo divino para que nos conceda el perdón de nuestras transgresiones y aliméntanos con tu amor de Madre sin cesar, para que podamos clamar por siempre: ¡Aleluya, Aleluya, Aleluya!
(se repiten condaquio1 y ikos 1)
Contaquio I
El monasterio de Hilandar está adornado con los milagros divinos de tu hermoso icono, oh Theotokos, y con él alimentas con la leche espiritual del amor de Cristo a los monjes y al mundo entero. Y nosotros, ofreciéndote oraciones ante tu digno icono, te cantamos con alegría junto con los monjes a una sola voz:
¡Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual!
Ikos I
En el monasterio de San Sava se veneraba tu milagroso icono y los monjes acudían a ti como Madre de todos los cristianos. Te presentaban siempre himnos de alabanza, y cuando sufrían peligros acudían bajo tu protección maternal, ofreciéndote las guirnaldas de sus oraciones. Por eso te cantamos:
Alégrate, Madre misericordiosa de los cristianos.
Alégrate, escalera que conduce al reino del cielo.
Alégrate, jardín de oraciones de los cristianos.
Alégrate, luz que vuelves los corazones humildes.
Alégrate, corona de los amantes de la sabiduría divina.
Alégrate, tesoro de ofrendas humildes.
Alégrate, himno de alabanza a Dios.
Alégrate, sosiego de las almas agobiadas por los malos pensamientos.
Alégrate, lejanía de los pensamientos vanos.
Alégrate, protección maternal del Sol de justicia.
Alégrate, fuente de santidad para los monjes.
Alégrate, paraíso de salvación para los fieles.
Alégrate, Theotokos Galactotrofusa, nuestro sustento en tiempo de sequía espiritual.
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