Sunday, August 16, 2015

El Ecumenismo - San Justin Popovic


El Ecumenismo es el nombre común para los pseudo-cristianismos, para las pseudo-iglesias de Europa Occidental. Dentro del Ecumenismo se encuentra el corazón de todos los humanismos, y como cabeza de todos ellos, el Papismo. Todos estos pseudo-cristianismos, todas estas pseudo-iglesias, no son otra cosa que una herejía al lado de otra. El nombre común evangélico de todas ellas es PANHEREJÍA. ¿Por qué? Porque a lo largo de la historia, las diferentes herejías negaban o desfiguraban determinadas particularidades del Dios-Hombre y Señor Jesús, mientras que estas herejías europeas alejan, desplazan al Dios-Hombre en su totalidad, y en su lugar colocan al hombre Europeo. Aquí no existe diferencia sustancial entre Papismo, Protestantismo, Ecumenismo y otras herejías, todas comparten el nombre de “Legión”.

El dogma ortodoxo, o más bien, el pan-dogma sobre la Iglesia, fue rechazado y sustituído por el dogma pan-herético latino de la Primacía y la Infabilidad del Papa, es decir, del hombre. De esta pan-herejía nacieron y nacen contínuamente otras herejías: el Filioque, la eliminación de la Epíclesis, la introducción de la Gracia Creada, el Purgatorio, el Depósito de Buenas Obras Sobrantes, la enseñanza mecanizada de la salvación y del mismo modo la enseñanza mecanizada sobre la vida, el Césaro-papismo, la Santa Inquisición, las Indulgencias, el odio al pecador por su pecado, el jesuitiïsmo, la escolástica, la casuística, el monarquismo, el individualismo social de diferentes tipos, etc…

¿El protestantismo? Es el hijo más fiel del papismo, el cual, mediante el racionalismo escolástico, va cayendo a través de los siglos, de herejía en herejía, ahogándose contínuamente en el herético veneno de sus diferentes errores. Incluso así, la grandeza papística y la locura “infalible” reinan despótica y desgraciadamente en las almas de sus fieles. Para empezar, cada protestante es un papa independiente en todo lo referente a la fe.

Todo esto, conduce siempre a una muerte espiritual tras otra, y final de este ”morir” no existe, ya que el número de muertes espirituales del hombre es incontable. Puesto que así son las cosas, para el ecumenismo papista-protestante no existe otra escapatoria de su callejón sin salida, que el arrepentimento con toda el alma delante del Dios-Hombre Cristo y de Su Iglesia Católica Ortodoxa. El arrepentimiento es el medicamento para todo pecado, medicamento dado al hombre por el único Filántropo. Sin el arrepentimiento y la entrada en la auténtica Iglesia de Cristo, es antinatural e inconcebible hablar sobre la unión “de las Iglesias”, sobre el diálogo del amor, sobre la intercomunión.

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