Paráclesis al Santo Profeta Elías
CANON
Tono
4º
Oda I
Irmos:
Huyendo de la esclavitud de Egipto, el pueblo de Israel,
cruzó el mar como si fuera tierra seca y exclamó: ¡Alabemos a nuestro Salvador
y Dios!.
Santo profeta Elías, ruega a Dios por nosotros.
Por
tu celoso fervor por la verdad, fuiste semejante a los serafines y fuiste
elevado al cielo en cuerpo, orando por aquellos que buscan tu intercesión en el
tiempo del peligro.
Santo profeta Elías, ruega a Dios por nosotros.
Reprendiste
al rey Acab, que se había apartado de la verdad de Dios, sirviendo a los
corruptibles ídolos, adorando así sus propias pasiones. Ilumínanos, pues, para
que podamos alcanzar la Luz celestial en nuestro cuerpo mortal.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Con
la fuerza de tu poderosa oración cerraste el cielo, tratando de abrir los
corazones de los hombres cerrados por causa del engaño, para volverlos a Aquel
que saca de la cárcel a todos los pecadores.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Árbol
celestial, oh santísima Theotokos, alimenta a los que tienen hambre de todas
las virtudes, por tus santas oraciones.
Oda
III
Irmos:
Oh Dios que levantas las bóvedas de los cielos y
sostienes a tu Iglesia, afírmanos en tu amor, oh consumación de todos los
deseos, constancia de los fieles y único Amante de la Humanidad.
Santo profeta Elías, ruega a Dios por nosotros.
Te
entristeciste por el pueblo que se había olvidado de Dios, y con audacia
cerraste el cielo, para que todos rogaran por la lluvia que limpia la
contaminación del pecado.
Santo profeta Elías, ruega a Dios por nosotros.
Los
falsos profetas se reunieron y fueron avergonzados, pues el fuego no descendió
sobre sus sacrificios, pero el Señor recibió tu oración y devolvió al pueblo la
verdadera fe.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Los
sacerdotes inicuos fueron muertos a causa de su falsos sacrificios sin
salvación, y con la espada de tu oración te suplicamos que nos alivies del
dolor que perturba nuestro cuerpo.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Otorga
la paz, oh santísima Theotokos, a los que te honran con un corazón puro.
A continuación se dicen las siguientes Estíqueras:
Ascendiste
al cielo en un carro de fuego y los ejércitos celestiales fueron a tu
encuentro, pues viniste antes de la Segunda Venida de Cristo, para reprender al
anticristo y conducir a las ovejas descarriadas al redil de la Verdad.
Oh
Theotokos alabadísima, mira con compasión, la miseria de nuestros cuerpos, y
sana los dolores de nuestras almas.
Kontaquio tono 2
En
tu celo por Dios, superaste a todos los profetas, y te hiciste digno de
ascender al cielo, prefigurando la ascensión de Cristo. Ruégale, pues,
que nos eleve por la escalera de la oración a la cima de las virtudes.
Ahora se nombran aquellos por quienes se reza esta Paráclesis.
Letanía
Sacerdote: Ten
piedad de nosotros, oh Señor, según tu gran misericordia te suplicamos que nos
escuches y tengas piedad.
Coro: Señor
ten piedad, Señor ten piedad, Señor ten piedad.
- De nuevo rogamos por nuestro padre y Obispo N. y por todos nuestros hermanos en Cristo.
- También rogamos por la vida, paz, salud, salvación, visitación, perdón y remisión de los pecados de los siervos de Dios, los cristianos ortodoxos, los que viven en esta ciudad y los reunidos en este santo templo, sus feligreses y bienhechores.
- De nuevo rogamos por los siervos de Dios N. N. (Aquí se insertan los nombres de los fieles por los cuales se ruega) que elevan esta súplica.
- Porque eres un Dios misericordioso y amante de la humanidad, te rendimos gloria, oh Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
- Amén.
Oda
IV
Irmos:
Oh Señor, he escuchado el misterio de tu dispensación, he
contemplado tus obras y he glorificado tu Divinidad.
Santo profeta Elías, ruega a Dios por nosotros.
Los
cuervos fueron alimentados con la carne y con el agua que surgió del río, y
nosotros, y ahora te suplicamos que intercedas ante el Señor para que nos
conceda los frutos de la tierra.
Santo profeta Elías, ruega a Dios por nosotros.
Destierra
nuestras pasiones con la lluvia de tus oraciones y siembra en nuestros
corazones los lirios florecientes de los pensamientos humildes.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Con
el esplendor del Espíritu Santo, y el poder del Padre, con la buena voluntad
del Verbo, has mostrado a la Santísima Trinidad indivisible. Así, destierra las
turbulentas olas de nuestra pasión para que podamos alcanzar el puerto de
salvación.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Refresca,
con la rocío de tus oraciones, nuestros corazones llenos de pecados, oh
santísima Theotokos, y muéstranos sin mancha en el juicio terrible de tu Hijo.
Oda V
Irmos:
Ilumínanos con tus mandamientos, oh Señor, y concédenos
la paz con la fuerza de tu brazo, oh amante de la humanidad.
Santo profeta Elías, ruega a Dios por nosotros.
Ascendiste
en cuerpo al cielo, para interceder por la ejecución de la perfección de la
tierra, rogando incesantemente por los que vagan en la noche de este siglo.
Santo profeta Elías, ruega a Dios por nosotros.
Le
otorgaste tu túnica a tu discípulo Eliseo, orando con él para erradicar de los
corazones sedientos de la verdad, la espina de las pasiones mundanas.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Tu
profecía sobre el rey y la reina se hizo realidad, atemorizando a todos, y
nosotros, por la protección de tus oraciones nos salvaguardamos de las flechas
de las tentaciones del maligno.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Guíanos
por la senda del arrepentimiento, oh Theotokos, y fortalece nuestra alma para
permanecer invictos en la terrible batalla.
Oda
VI
Irmos:
Ante el Señor me lamento y presento mi angustia. Porque
mi espíritu está lleno de iniquidad y mi vida se acerca al Hades. Cómo Jonás te
digo: ¡Sácame de la corrupción, oh Dios mío!
Santo profeta Elías, ruega a Dios por nosotros.
Tres
veces soplaste en nombre de la Santa Trinidad y resucitaste al hijo de la
viuda, y ahora, con el aliento de tu oración, resucita nuestra alma muerta por
las flechas del pecado.
Santo profeta Elías, ruega a Dios por nosotros.
Hiciste
abundar la harina y el aceite en casa de la viuda. Así pues, multiplica el pan
de la oración y el agua humilde de la contemplación en nuestros corazones.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Abriste
el cielo con la oración, alegrando el alma del pueblo. Por eso te rogamos que
intercedas por los que están sedientos de la salvación.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Destierra
el torbellino de nuestras pasiones y haz descansar sobre nosotros el aliento
del Espíritu, oh Theotokos, pues de ti nació la Fuente de nuestra vida.
A continuación se dicen las siguientes Estíqueras:
Haciendo
surgir tu suave aliento hemos visto al Invisible y en nuestros corazones has
dibujado el icono de la recta fe del glorioso Creador.
Oh
Toda Pura, que en los últimos tiempos diste a luz de una manera inefable a Dios
el Verbo, intercede incesantemente ante Él por nosotros, pues tú posees la
seguridad de una Madre.
Ahora se nombran aquellos por quienes se reza esta Paráclesis.
Letanía
Sacerdote: Ten
piedad de nosotros, oh Señor, según tu gran misericordia te suplicamos que nos
escuches y tengas piedad.
Coro:
Señor ten piedad, Señor ten piedad, Señor ten piedad.
- De nuevo rogamos por nuestro padre y Obispo N. y por todos nuestros hermanos en Cristo.
- También rogamos por la vida, paz, salud, salvación, visitación, perdón y remisión de los pecados de los siervos de Dios, los cristianos ortodoxos, los que viven en esta ciudad y los reunidos en este santo templo, sus feligreses y bienhechores.
- De nuevo rogamos por los siervos de Dios N. N. (Aquí se insertan los nombres de los fieles por los cuales se ruega) que elevan esta súplica.
- Porque eres un Dios misericordioso y amante de la humanidad, te rendimos gloria, oh Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
- Amén.
Kontaquio
tono 2º
Profeta
y vidente de las grandes obras de nuestro Dios, Elías, el de gran nombre, que
con tu palabra detuviste el flujo de las aguas del cielo, ruega por nosotros
ante el Único amante de la humanidad.
Anavathmi
Primera
antífona de los Himnos de Ascensión del tono 4º
Desde mi juventud me sitiaban pasiones, pero Tú, oh Salvador, me proteges y salvas.
Desde mi juventud me sitiaban pasiones, pero Tú, oh Salvador, me proteges y salvas.
Que sean confundidos por el Señor todos los enemigos de Sión, que sean como
hierba quemada por un fuego desolador.
Que sean confundidos por el Señor todos los enemigos de Sión, que sean como
hierba quemada por un fuego desolador.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Toda
alma vive por la gracia del Espíritu Santo, y cuando está totalmente purificada
se eleva hasta que por un misterio sagrado, resplandece con la Unidad
Trinitaria.
Ahora y siempre y por lo siglos de los siglos. Amén.
Por
el Espíritu Santo, fluyen los arroyos de la gracia, regando toda la creación y
llenándola de vida.
Prokímenon
Es
preciosa, a los ojos del Señor, la muerte de sus santos.
Versículo:
Yo esperé pacientemente al Señor y Él me socorrió.
Lectura del Santo Evangelio
Sacerdote:
Para
que seamos dignos de escuchar el santo Evangelio, roguemos al Señor nuestro Dios.
Coro:
Señor
ten piedad, Señor ten piedad, Señor ten piedad.
Sacerdote: Sabiduría,
en pie, escuchemos el Santo Evangelio. Paz a todos.
Coro:
Y con tu espíritu.
Sacerdote:
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo.
Coro:
Gloria a ti Señor, gloria a ti.
(11:27-30)
“A mi me ha sido transmitido todo por el Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre conoce bien nadie sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quisiere revelarlo. Venid a Mí todos los agobiados y los cargados y Yo os haré descansar. Tomad sobre vosotros el yugo mío, y dejaros instruir por Mí, porque manso soy y humilde en el corazón; y encontraréis reposo para vuestras vidas. Porque mi yugo es excelente y mi carga es liviana”
Coro:
Gloria a ti Señor, gloria a ti.
Tono
2º
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Por
la intercesión de tu bienaventurado profeta Elías, borra la multitud de
nuestros pecados.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Por
la intercesión de la Santísima Madre de Dios, oh Misericordioso, borra la
multitud de nuestras iniquidades.
Ten
piedad de mi, oh Dios, según tu gran misericordia y por tu gran compasión,
borra mis faltas.
Estíquera
tono 6º
Los
ángeles te protegieron desde tu infancia, envolviéndote con el fuego protector
de lo alto, prefigurándote como un serafín por tu amoroso celo por Dios.
Intercede ante Él para que incendie nuestras pasiones terrenales con el fuego
de tu oración.
Oda
VII
Irmos:
Cuando los tres jóvenes fueron arrojados al horno en
Babilonia, por su fe en la Trinidad, pisotearon las llamas mientras cantaban:
¡Bendito eres Señor, Dios de nuestros padres!
Santo profeta Elías, ruega a Dios por nosotros.
Condujiste
al pueblo extraviado a Dios, y te mantuviste invicto ante el malvado rey,
haciendo invencible al más grande Rey. Intercede ante Él para que nos libere de
la esclavitud de nuestras pasiones.
Santo profeta Elías, ruega a Dios por nosotros.
En
el libro de tu corazón has escrito multitud de oraciones y juicios. Por eso te
suplicamos para que podamos ser inscritos en el libro de la vida.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Seca
el pecado de nuestra alma cansada que no encuentra la fuente de la
tranquilidad, mas te rogamos, oh santo Elías, que intercedas ante Cristo para
que nos envíe en aliento fresco del Espíritu Santo.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Te
has mostrado más excelsa que los ángeles con el adorno de tus virtudes, oh
Theotokos. Así, te rogamos para nos sean concedidas por el Único poderoso.
Oda
VIII
Irmos:
Glorificad al Rey de los Cielos, a quien los ejércitos
celestiales alaban y exaltadlo por los siglos de los siglos.
Santo profeta Elías, ruega a Dios por nosotros.
Destierra
nuestras enfermedades con el poder de tu oración y envía a nuestras almas el
rocío de la humilde reflexión, eliminando así el furor de nuestro orgullo.
Santo profeta Elías, ruega a Dios por nosotros.
Abre
el cielo de nuestro corazón y concédenos el arrepentimiento con el rocío
fulgurante de tu oración, para que podamos obtener los ricos frutos de la
sabiduría.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Deposita
en nuestros corazones la radiante luz de tus oraciones, para que sean disipadas
las tinieblas de nuestros pecados.
Ahora y siempre, y por los siglos, de los siglos. Amén.
Corta,
oh Theotokos, con la espada de la oración nuestros malos pensamientos y guíanos
hacia la luz del arrepentimiento.
Oda
IX
Irmos:
Tú eres la montaña santa por la que Dios ha subido, tú
eres la Roca del desierto no cortada por donde mana el manantial de la vida
eterna, Cristo nuestro Dios, que tomó nuestra naturaleza para salvarnos. Por
eso, oh bienaventurada Theotokos, te magnificamos.
Santo profeta Elías, ruega a Dios por nosotros.
Nadie
puede relatar tu celo por el Señor, ni adentrarse en el interior de tu
sabiduría, pues realmente luchaste contra el pueblo que oscurecía la luz de la
Verdad.
Santo profeta Elías, ruega a Dios por nosotros.
Enciende
la antorcha de nuestro corazón con el fuego de tus oraciones, para que podamos
salir de la pesada oscuridad de las tentaciones.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
Levántanos
hacia el arrepentimiento, pues estamos acostado en el lecho de nuestros pecados
y extiende la mano inmarcesible de tus oraciones para que nuestras humildes
oraciones sean aceptadas ante el trono del Altísimo.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Sobrecargados
por la multitud de nuestros terribles pecados, nos dirigimos a ti como hacia
una vía de escape, oh Theotokos, para que nos libres de la persecución de
nuestras pasiones.
En
verdad es digno y justo, a ti alabarte Theotokos, siempre santa e inmaculada,
Madre de Nuestro Señor. Más venerable que los querubines, e incomparablemente
más gloriosa que los serafines, que sin mancha engendraste al Verbo Dios. A Ti
verdadera Theotokos, te ensalzamos.
Megalimnario.
Alégrate,
altar terrible del fuego eterno, heraldo y espejo de los profetas, que
anunciaste la segunda venida de Cristo, oh fructífero árbol del juicio
venidero, dominador de las pasiones con la divina intercesión de tus oraciones.
Con
tu poderosa oración cerraste el cielo, y así, te suplicamos que abras nuestros
corazones endurecidos hacia Cristo, el que está sentado en el trono sobre los
querubines, para que disponga también su trono en nuestro corazón por tus
humildes oraciones.
Ascendiste
al cielo en un carro de fuego, realizando el camino desde la tierra. Ahora
extiende tus manos hacia nosotros, para que podamos alcanzar el puerto de la
salvación.
Concediste
a tu discípulo el don de las virtudes curativas. Concédenos la renovación de
nuestra vida a los que humildemente te honran, oh santo Elías.
Desciende
tu oído desde lo alto del cielo, para que podamos ofrecerte el canto celestial,
y escucha el lamento de nuestros corazones asediados por el fuego de la
adversidad, otorgándonos, oh bendito Elías, el rocío de la misericordia divina.
Concédenos
lágrimas por los pecados que afligen a Dios e intercede ante el divino Maestro
para que nos conceda el perdón en el día de su temible juicio.
Ejércitos
Celestiales, Precursor del Señor, Apóstoles bienaventurados, y todos los
santos, suplicad junto a la Madre de Dios, por nuestra liberación y salvación.
Lector:
(3 Veces)
Santo
Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.
Santo
Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.
Santo
Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Santísima
Trinidad, ten piedad de nosotros. Señor, purifícanos de nuestros pecados.
Soberano, perdona nuestras transgresiones. Santo, visítanos y cura nuestras
dolencias por tu nombre.
Señor, ten piedad, Señor, ten piedad, Señor, ten piedad.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Padre
nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre. Venga a nosotros tu
Majestad, hágase tu Voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan
sobreesencial dánosle hoy; perdona nuestras deudas, así como nosotros
perdonamos a nuestros deudores, y no nos introduzcas en la tentación, mas
líbranos del maligno.
Sacerdote:
Porque tuyo es el Reino, el poder y la gloria, Padre,
Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Tropario
Brillaste
con el fuego de la verdad, oh profeta Elías, y quemaste al pueblo sin
ley, dirigiendo hacia el arrepentimiento a los que se habían apartado de la
verdad, para depositar en sus almas el ascenso al cielo por la divina
intercesión de tus oraciones.
Letanía
Sacerdote: Ten
piedad de nosotros, oh Señor, según tu gran misericordia, te suplicamos que nos
escuches y tengas piedad.
Coro:
Señor,
ten piedad, Señor, ten piedad, Señor, ten piedad.
- También rogamos por todos los fieles cristianos ortodoxos.
- De nuevo rogamos por nuestro padre y Obispo N. y por toda nuestra hermandad en Cristo.
- Roguemos también para que obtengamos misericordia, vida, paz, salud, protección, perdón y remisión de los pecados de los siervos de Dios N. N., por los miembros de nuestra parroquia, y por los benefactores de este santo lugar.
- Roguemos también por los que hacen el bien en esta santa y venerable iglesia, por todos los que trabajan y cantan y por todo el pueblo aquí presente que espera de ti una grande y abundante misericordia.
- De nuevo pidamos para que libre a esta santa iglesia, a esta ciudad, a todas las ciudades y campos del hambre, la ira, las plagas y terremotos, de las inundaciones, de los incendios, de la espada, de las invasiones extranjeras, de la guerra civil y de la muerte súbita; que nuestro Dios, amante de la humanidad, sea misericordioso y se nos muestre favorable y nos libre de toda violencia y enfermedad y del justo castigo que merecen nuestros pecados y tenga misericordia de nosotros.
- Señor, ten piedad. (40 veces)
- Roguemos también para que el Señor, y aunque somos pecadores, escuche nuestra súplica y tenga piedad de nosotros.
Señor, ten piedad, Señor, ten piedad, Señor, ten piedad.
Sacerdote:
Escúchanos, oh Dios Salvador nuestro, Esperanza de los
que se encuentras en los confines de la tierra y de los que navegan por el mar;
sé misericordioso, oh Señor, sé misericordioso, perdona nuestros pecados y ten
piedad de nosotros. Porque eres un Dios compasivo y amante de la humanidad y a
ti te damos gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.
Tropario tono 2º
Destierra,
oh bendito Elías, la enfermedad de todos los que te honran, y detén el río de
nuestros dolores, haciendo brillar la alegre luz de Cristo, e intercediendo
ante Él para que salve las almas de los que te honran con piedad.
A la Theotokos
Señora,
oh Señora nuestra, recibe las oraciones de tus siervos y líbranos de todas las
adversidades.
Toda
nuestra esperanza esta depositada en ti, oh Theotokos, protégenos con tu
sagrado velo.
Lector.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Señor ten piedad, Señor ten piedad,
Señor ten piedad. Bendice, padre.
El
sacerdote, en las puertas reales y
cara al pueblo dice la despedida:
Despedida
Que
Cristo nuestro Dios, por intercesión de su purísima e inmaculada Madre,
de los santos, célebres e ilustres Apóstoles, de los santos Mártires, gloriosos
y triunfadores, de los santos ancestros de Dios, San Joaquín y Santa Ana, de
San Elías el profeta, de (N. santos del día) cuya memoria hoy
celebramos; de (N., patrón de la iglesia) y
de todos los santos, tenga piedad de nosotros y nos salve, pues es bueno y
amante de la humanidad.
Entonces,
el Sacerdote vuelto hacia el icono de Cristo que está en el iconostasio dice:
Sacerdote: Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor Jesucristo, Dios
nuestro, ten piedad de nosotros y sálvanos.
Lector: Amén.
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