Friday, February 1, 2019

La Iglesia de Cristo. ( Santo Simeón, el Nuevo Teólogo )

Según la Enseñanza del Santo Simeón, el Nuevo Teólogo.

En los primeros días del Cristianismo, en los días cuando este contaba solo 30-40 anos de su existencia y tenia pequeñas y aisladas comunidades dentro el Imperio Romano, ya entonces, el Apóstol Pablo, siendo prisionero por su predica de Cristo, iluminado por la luz de la Gracia, — dio en una de sus epístolas el concepto enaltecido y pleno de la Iglesia de Cristo. Precisamente, como del Cuerpo de Cristo, un único organismo viviente celestial-terrenal. Dio la imagen de la Iglesia, santamente conservado por la conciencia general Ortodoxa. Esta imagen se encuentra en su epístola a una comunidad eclesiástica de Efes. Aquí esta representado un aspecto majestuoso de la Iglesia como de la "plenitud de Cristo," "Aquel que todo lo llena en todo." Esta dado el perfil de una nueva existencia cuya escénica es la "unidad de amor," existencia que reúne a lo "celestial con lo terrenal" con uniones constantes y fuertes. Es suficiente citar en este caso un versículo de esta epístola (4:16). Leemos: "La Cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concentrado y unido entre si por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor."
Para ese fin, escribe el apóstol, Cristo puso en la parte terrenal de la Iglesia "a unos como Apóstoles, otros profetas, otros evangelistas, otros aun pastores y maestros." Pero que son estas ligaduras que recíprocamente afirman las partes del Cuerpo, "según la actividad propia de cada miembro de la Iglesia?" Que son estas ligaduras-acciones, que dan, simultáneamente, el "crecimiento" a cada uno, por si mismo, miembro de la Iglesia y con esto — el crecimiento, perfeccionamiento y plenitud a todo el cuerpo de la Iglesia celestial-terrenal baja la única Cabeza Cristo? Sin duda, con estas reciprocas ataduras del cuerpo de la Iglesia, lo que compone, reúne y une es la oración. Ya que — que representa en si mismo la Iglesia, si no es el "mundo de oración"? La oración puede ser llamada el aire, la respiración, la vida de la Iglesia. En forma semejante como en un telar los hilos (en este caso los hilos-oraciones) van en todas las direcciones, ellos unes a cada miembro de la iglesia con el Padre Celestial; a los miembros terrenales entre ellos y con los celestiales. Lo mismo esta en el cielo en la esfera de Angeles y Santos, solo en un grado mas alto y mas perfecto. Los terrenales rezan unos por otros y, según la ley del amor, por los difuntos; los celestiales — por los terrenales e igualmente por los hermanos difuntos, que necesitan ayuda. Por estos hilos de oraciones van glorificaciones y agradecimientos en ambas partes de la Iglesia, en la tierra uniéndose con pensamientos y sentimientos de penitencia.
Sin duda, las uniones dentro iglesia se manifiestan en actividad y acciones correspondientes, pero esta parte es derribada que sale de la fuente primera de oración. Este concepto es plenamente propio solo a la conciencia ortodoxa y al mismo orden y vida real de la Iglesia Ortodoxa. Nuestro servicio religioso es el indicador directo de este modo de vida de la Iglesia.
Se conserva este tipo de conciencia propia en la teología de los santos padres? Si, el pensamiento de ellos esta saturado de esto. Daremos el ejemplo de las obras de San Simeón el Nuevo Teólogo, cuya vida transcurría entre 1er y 2o milenio (paso a las moradas celestiales cerca del 1020). En su "Palabra" 24 expone los pensamientos sobre las acciones mutuas de la Iglesia de Cristo celestial-terrenal. El no pone ninguna diferencia clara entre los dos estadios de los miembros de Iglesia — terrenales y celestiales, — no porque él los niega, sino para mayor claridad de concepto de la Iglesia es "único Cuerpo de la Unica Cabeza," "la plenitud del que llena todo en todo."
San Simeón enseña:
"Todos los santos son en verdad miembros de Cristo Dios y como tales están unidos a "El y con Su Cuerpo. Cristo es la Cabeza y todos los santos, desde el principio, hasta el ultimo día, son Sus miembros y todos ellos, en conjunto constituyen el cuerpo como de un hombre. Unos de ellos son como brazos, que hasta ahora trabajan, y según Su santa voluntad, trasforman a los indignos en dignos y los presentan a El. Otros — en el rango de hombros del cuerpo de Cristo, que llevan los pesares unos de otros o tomando la oveja extraviada que vagaba en montes y abismos, la traen a Cristo y así cumples Su ley. Otros en el rango de pecho, que manan para los sedientos y hambrientos de la verdad Divina, el agua Purísima — las palabras de sabiduría y razón, ya que enseñan la palabra Divina y les dan el pan de pensamiento, que comen los santos ángeles, o sea la verdadera Teología como amigos amados de Cristo. Unos en el rango de corazón, quienes en su seno llano de amor hacen caber a todos los hombres, reciben en su interior el espíritu de la salvación y sirven de recipiente de indecibles y escondidos Misterios de Cristo. Otros representan las caderas, los que tienen en si la fuerza de misteriosa teología, que hace nacer pensamientos Divinos y con la palabra de su enseñanza siembran en los corazones la semilla de la piedad. Otros, al fin, en el rango de huesos y pies, que muestran el coraje y la paciencia en las tentaciones, como Job, y permanecen inamovibles en su resistencia en el bien, reciben las dificultades y las lleven con voluntad hasta el fin. De esta manera, ordenadamente, se constituye el cuerpo de la Iglesia de Cristo a partir de todos los santos de Él, y permanece entero y perfecto, para que sean unidos todos los hijos de Dios, primogénitos, inscritos en los cielos.
Que todos los Santos son miembros de Cristo y son el único cuerpo se demuestra en las Escrituras Divinas. Primeramente escuchen a nuestro Señor como El presenta la unidad invisible, que tienen con El los Santos, en las palabras dichas a los apóstoles: "Creedme que Yo soy en el Padre, y el Padre en Mi" (Jn. 14:11). "Yo soy en mi Padre, y vosotros en Mi, y yo en vosotros" (Jn. 14:20:17:20-26).
En la medida que la divinidad que recibimos a través del contacto con el Señor, es indivisible, es necesario que nosotros haciéndonos de verdad participantes de esta Divinidad, seamos inseparables de Cristo, ser un espíritu en un cuerpo (Gal. 3:28; Colos. 3:11; 1 Cor. 12:1-14). Como en moradas eternas, Dios a cada santo le da la parte correspondiente, así en el cuerpo de la Iglesia, cada una se adjunta en tal miembro de Cristo, el cual se merece. Esto lo dice también el ap Pablo en la misma epístola: "Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como El quiso" (1 Cor. 12:18). Así, hay muchos miembros, pero el cuerpo es uno. Deseando mostrar la diferencia de estos miembros y cuales son, él dice: "Vosotros sois el cuerpo de Cristo, y miembro cada uno en particular. Y a unos puso Dios en la Iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas" (1 Cor 12:27-28).
"Grande es este misterio; mas yo digo respecto de Cristo y de la Iglesia" (Efes. 5:32). Y en verdad, este misterio esta y seguirá siendo grande y por encima de todo lo grande. Que unión, contacto y parentesco tiene el Señor nuestro Creador de todo, con toda la Iglesia, como con la única esposa y es uno con ella, y siempre permanece con ella, como la amada suya. Pero esta unión es hermosa, como es que le gusta al Señor juntarse con la Iglesia — lo cual es impensable y indecible. También la Iglesia se une con su amado Dios y se adhiere a El, como el cuerpo esta adherido a su cabeza. Así al Iglesia — conjunto de fieles, o sea hijos de Dios, inscritos en los cielos, no puede ser un cuerpo entero y perfecto sin su cabeza — Cristo Dios nuestro. Y no puede vivir con la verdadera vida eterna, si no será alimentada por El cada día con el pan necesario, del Cual reciben la verdadera vida todos lo que Lo aman, y crecen en nombre perfecto, en la medida del cumplimiento de la edad de El.
Como la Iglesia es el cuerpo de Cristo, la novia de Cristo y mundo grande, y templo Divino, mientras los miembros de Su cuerpo son los santos, y mientras ellos no todos han nacido y se han mostrado aceptables a Dios, es claro, que el cuerpo de Cristo no esta todavía completo, Que todavía no se lleno el mundo superior, que no toda la asamblea de hombres entro en la Iglesia de Cristo. Pero, hasta ahora, hay todavía en el mundo muchos no creyentes, que tienen que adquirir fe en Dios; hay muchos pecadores, que, cuyo deber es arrepentiste, hay muchos rebeldes, que tienen que someterse a Cristo, muchos todavía deben nacer y complacer a Dios antes que tocara la ultima trompeta. Y así, deben nacer todos los previstos por Dios y llenar la medida de la Iglesia de los primogénitos, el Jerusalén celestial. Y entonces se cumplirá la plenitud del cuerpo de Cristo, recibiendo en si los predestinados por Dios, para ser semejantes a la imagen de Su Hijo, los cuales son hijos de la luz y del día. 
(San Simeón Nuevo Teólogo. Traducido del Griego por el obispo Teofano).
 
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