Saturday, April 25, 2020

Los Cristianos reconocen a la Virgen María como Madre de la Iglesia - "Fuente de la Vida"

En el Viernes luego de Pascua, Los Cristianos reconocen a la Virgen María como Madre de la Iglesia - "Fuente de la Vida" para todos los fieles que aún recorren el camino de la vida en la tierra. La nueva vida que fluye de la vida, muerte y Resurrección de Nuestro Señor es simbolizada como agua fluyendo desde una fuente o un pozo profundo, relacionado con muchas imágenes bíblicas.


Esta imagen, representada en muchos iconos, debe su origen al santuario griego de Baloukli, fundado al parecer por Justiniano hacia el año 560. Sus iconos representan a la Virgen, con las manos levantadas al cielo, y tiene en su pecho a Jesús que bendice.


Historia


En el antiguo Oriente esta idea de la nueva vida fluyendo de Cristo a través de la maternidad de la Theotokos estaba conectada a una aparición de la Virgen María a un joven príncipe que pedía ayuda por un moribundo en un pueblo cerca de Constantinopla.
Este hecho ocurrió a principios del s. V e involucró a un joven, Leo Marcellus, que luego devino en el emperador León del Imperio bizantino. En el intento de encontrar agua para el moribundo, escuchó la voz de la Virgen llamándolo a un bien alimentado manantial. Marcellus estaba al tanto de que era la Theotokos ofreciéndole agua y consecuentemente sanando a este hombre sufriente.
Posteriormente se estableció una basílica en el lugar (Santa María del Manantial), produciendo milagros y sanaciones. En el s. XI el emperador Justiniano fue sanado de una extraña enfermedad y, como muestra de apreciación, erigió una gran iglesia llamada el "Manantial dador de Vida" o "Manantial vivificante" (Ζωοδόχος Πηγή, Zoodochos Pigi). Así, el término "Fuente de Vida" se convirtió en un epíteto de la Santísima Madre de Dios y ella fue representada como tal en la iconografía.
 
Catecismo Ortodoxo
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Thursday, April 23, 2020

Santo y Glorioso Gran Mártir Jorge.

Este glorioso y victorioso santo nació en Capadocia de padres ricos y virtuosos. Su padre sufrió por Cristo y su madre se mudó entonces a Palestina. Al llegar a la adultez Jorge entró al ejército, y a la edad de veinte años alcanzó el rango de tribuno, estando así al servicio del emperador Diocleciano. Cuando Diocleciano comenzó una terrible persecución contra los cristianos, Jorge vino ante él y valientemente confesó ser cristiano. El Emperador hizo que lo arrojaran en la prisión, que lo pusieran en el cepo y que colocaran una gran piedra sobre su pecho. Después de esto, el Emperador ordenó que Jorge fuese atado a una rueda bajo la cual había una tabla cubierta de clavos, y que se le rotara hasta que todo su cuerpo se convirtiera en una sola llaga sangrante. Después, lo enterraron hasta el cuello en una fosa y lo dejaron allí tres días y tres noches. Entonces un cierto mago le dio un veneno mortal a beber. Pero en medio de todos estos sufrimientos, Jorge oraba a Dios y Dios le sanaba instantáneamente y le salvaba de la muerte para gran sorpresa del pueblo. Cuando Jorge resucitó a un hombre mediante sus oraciones, muchos aceptaron la fe de Cristo. Entre estos estaban Alejandra, esposa del emperador Diocleciano; el sumo sacerdote pagano; y los agricultores Glicerio, Valerio, Donato y Terino. Finalmente, el Emperador ordenó que tanto Jorge como su propia esposa Alejandra fuesen decapitados. Los milagros que han ocurrido sobre la tumba de san Jorge son innumerables. Sus apariciones han sido numerosas, tanto en sueños como abiertamente, a aquellos que lo invocan y piden su ayuda desde aquel tiempo hasta el día de hoy. Encendido con amor por Cristo el Señor, no fue difícil para este santo Jorge el dejarlo todo a causa de este amor: rango, riquezas, honra imperial, amigos y el mundo entero. Por este amor, el Señor le recompensó con la riqueza de gloria inmarcesible en el cielo y en la tierra, y con vida eterna en su reino. Además, el Señor le otorgó el poder y la autoridad de asistir a todos los que en miserias y dificultades le honran e invocan.



Tropario de San Jorge

Tú que eres libertador de los afligidos, defensor de los pobres, médico de los enfermos y soldados de los reyes, oh Gran Mártir San Jorge el victorioso, ruega a Cristo Dios que salve nuestras almas. 
 
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Sunday, April 12, 2020

Entrada en Jerusalén ( Domingo de Ramos )


 
Cuando llegó el tiempo de darse a sí mismo en sacrificio por la redención de los pecados de todos los hombres, Cristo fue hacia la "pasión voluntaria en Jerusalén". ¿Cómo se produjo?: "Cuando se aproximaron a Jerusalén... envió Jesús a dos discípulos, diciéndoles: "Id al pueblo que está enfrente de vosotros, y enseguida encontraréis un asna atada y un pollino con ella; desatadlos y traédmelos...". Fueron, pues, los discípulos e hicieron como Jesús les había encargado: trajeron el asna y el pollino. Luego pusieron sobre ellos sus mantos, y él se sentó encima. La gente, muy numerosa, extendió sus mantos por el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino. Y la gente que iba delante y detrás de él gritaba: "¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!" (cfr. Mt 21,1-9).
La entrada de Jesucristo en Jerusalén, cuando él se dona a sí mismo al ultraje, a la kenosis, a la terrible y vergonzosa muerte sobre la cruz para la salvación de los hombres, tiene un profundo sentido ético y simbólico. El prototipo de este gran acontecimiento se considera la entrada en Jerusalén de David, después de su victoria sobre Goliat. También David fue acogido y aplaudido por la muchedumbre, llena de alegría y gratitud. Entonces, el rey Saul se puso celoso y guardó rencor contra David. Pero éste, algún tiempo después, se convirtió en el gran rey de Judea y de Israel.
Así también Jesucristo, que va hacia la muerte, llegará a ser rey del nuevo Israel, de toda la humanidad renovada, que ha hecho un Nuevo Testamento (Nueva Alianza) con Dios.
La entrada en Jerusalén se convierte en el cumplimiento de las profecías: "Exulta sin freno, hija de Sión, grita de alegría, hija de Jerusalén! He aquí que viene a ti tu rey: justo él y victorioso, humilde y montado en un asno, en un pollino, cría de asna" (Zac 9,9).
La iconografía de la entrada en Jerusalén generalmente es la misma, no varía. Jesucristo entra en Jerusalén sentado sobre un pollino. Está vuelto hacia sus discípulos, que siguen al pollino. En la mano izquierda, Cristo sujeta un rollo, que simboliza el texto sagrado del Testamento; con la derecha bendice a los que se encuentran con él.
A su encuentro, desde las puertas de la ciudad vienen hombres y mujeres. Detrás de él está Jerusalén, una ciudad grande y majestuosa, con altos edificios muy apretados y compactos. Su arquitectura nos demuestra que el iconógrafo vivió rodeado de templos rusos. Los niños extienden sus mantos bajo las patas del pollino. Los demás tienden ramas de palma. A veces, en la parte baja del icono se ven también dos pequeñas figuras de niños. Uno está sentado, con una pierna agachada y algo alzada, sobre la que se inclina el otro muchachito, que está tratando de sacarle una astilla de la planta del pie. Esta escena de la vida cotidiana, llegada desde Bizancio, impresiona mucho y confiere vitalidad a la imagen; sin embargo, no disminuye el pathos de lo que está sucediendo. Los vestidos de los niños casi siempre son blancos, que simbolizan la pureza de sus almas, que carecen de malicia.
Como es habitual en los iconos rusos, los vestidos de todos los personajes adultos están pintados con arte y austera elegancia. Tras la figura de Cristo se levanta hacia el cielo una montaña, representada con los tradicionales medios simbólicos.
La entrada de Jesucristo en Jerusalén es un acto de su libre voluntad, después del cual vendrá el gran sacrificio, que redimirá todos los pecados de los hombres y abrirá delante de ellos la entrada en la nueva vida, la entrada en la Nueva Jerusalén. 
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Sunday, April 5, 2020

Las Excusas alejan la Gracia de Dios ( San Paisios el Athonita )

Las excusas obstaculizan el crecimiento espiritual

-Padre, cuando la gente dice que “no hay excusa” en la Sagrada Escritura, ¿qué significa esto?

-Significa que, en cierto sentido, no hay justificación para ninguna excusa.

-Padre, cuando trato de justificarme con excusas, me doy cuenta más tarde de que esto no conviene a un monje o una monja.

-No sólo son excusas no apropiadas para un monje o una monja, sino que también no tienen nada que hacer en la vida espiritual. Debo entender que cuando intento justificarme con excusas, estoy en un estado mental equivocado. Corto mi comunicación con Dios y soy privado de la divina gracia, porque la divina gracia no viene al que está en un estado equivocado.

El momento en el que una persona justifica lo injustificable, se separa de Dios. Una especie de aislamiento interviene entre Dios y el hombre. ¿Puede la corriente eléctrica pasar a través de un paso aislado?

Nada de aislamiento entre Dios y el hombre. ¡No hay barrera más fuerte para la gracia de Dios que las excusas! Es como construir un muro y separarte a ti mismo de Dios; poniendo excusas, cortas todos los lazos con Él.

-Padre, a menudo dices “Intentemos al menos alcanzar la base espiritual”. ¿Cuál es esta base espiritual?

-Es el humilde reconocimiento del error de uno mismo, sin intentar justificarse a sí mismo intencionadamente, cuando se está en el error y la gente lo reprende.

Pero cuando uno no se sostiene por sí mismo, incluso cuando es injustamente acusado, entonces es cuando se alcanza un grado excelente. El que se justifica con excusas, no avanza en la vida espiritual, ni puede encontrar ninguna paz interior. Dios no nos condenará por un error que hayamos cometido, pero debemos tratar de no justificarnos por ese error, y considerar que sólo es algo natural.

-Padre, si me dicen que soy culpable de algo, pero no puedo entender la naturaleza de mi falta, ¿debería hacer algo al respecto para tener más cuidado la próxima vez, o debería guardar silencio?

Si piensas que eres culpable un 25%, cuando realmente sólo eres culpable un 5%, ¿no te beneficia espiritualmente ser “generoso” sopesando tus faltas? No te quieres defraudar espiritualmente. Este es el trabajo espiritual que debes hacer: encuentra y reconoce tu falta, y contente la próxima vez. De otra forma, estás atrapado por ti mismo, te justificas a ti mismo pero no encuentras paz.

-Padre, cuando alguien tiene el hábito de justificarse a sí mismo con excusas, pero más tarde reconoce sus errores y se condena a sí mismo, ¿tiene esto algún beneficio?.

Al menos ha adquirido una valiosa experiencia, y si esta experiencia se utiliza, puede beneficiarse de ella. Y si Dios dijera: “Puesto que ha reconocido su error y se ha arrepentido, le concederé algo”, entonces, por supuesto, recibirá algo más del otro Tesoro, el Tesoro del arrepentimiento.
 
 San Paisios el Athonita
 
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Wednesday, April 1, 2020

La oración son los ojos y las alas del alma... ( Padre Efraìn de Filoteu )

La oración son los ojos y las alas del alma; nos da la audacia y la fuerza para contemplar a Dios.

Padre Efraìn de Filoteu 
 
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