Saturday, February 27, 2021

Akathistos A los Sufrimientos del Señor

Kondakio I

Invencible Jefe del Ejercito y Señor del cielo y de la tierra, a Ti, Rey Inmortal, al Verte suspendido en la cruz, toda la naturaleza se conmovió, el cielo se horrorizó, se estremeció el cimiento de la tierra; nosotros indignos, con agradecimiento veneramos Tu sufrimiento por nuestra causa, y con el malhechor Te imploramos: Jesús Hijo de Dios, acuérdate de nosotros cuando llegues a Tu Reino.

Icos 1

Completando la mundo angélico, Tu no recibisteis de los ángeles la esencia (naturaleza), pero siendo Dios, por nosotros Te hicisteis hombre, y con esto a la persona, destruida por los pecados, revivisteis con Tu vivificante cuerpo y sangre. Por ello, nosotros, al recordar Tu amor, así Te agradecemos: Jesús Dios eterno amor, Tu a nosotros terrenales nos mostrasteis compasión. Jesús, Tu que dejasteis a los ángeles celestiales, descendisteis hacia las personas caídas. Jesús al recubrirte (vestirte) con nuestro cuerpo, con Tu muerte destruisteis el poder de la muerte. Jesús, Tu nos divinizasteis con Tus divinos misterios, Jesús, tu con tus sufrimientos redimisteis a todo el mundo. Jesús Hijo de Dios, acuérdate de nosotros, cuando llegues a Tu Reino.

Kondakio 2

El Angel cuando Te vio en el jardín de Getsemaní, dedicado y extenuado por la dolorosa carga de nuestros pecados hasta sudar sangre, se presentó para fortalecerte porque Tu tomasteis sobre Tus hombros al moribundo Adán y se lo trajisteis al Padre. Por ello arrodillándome, (oro) rezo con fe y amor Cantándote Aleluya.

Icos 2

Jesús, los hebreos no entendieron Tu inconcebible sufrimiento cuando Te buscaban de noche con candiles y Tu les dijisteis, Soy yo! Entonces, aunque ellos cayeron al suelo, luego Te ataron y llevaron a juicio. Nosotros sobre este camino Te veneramos y con amor imploramos: Jesús, luz del mundo, el malicioso mundo Te aborreció. Jesús, que vivís dentro de una luz inaccesible, Fuisteis tomado por el poder de las tinieblas. Jesús, Hijo de Dios Inmortal, Tu fuisteis entregado a la muerte por el hijo de la predicción Jesús Tu que no sabes de engaño Fuisteis besado por el traidor lisonjero. Jesús, Tu que Te ofreces a todos gratuitamente, fuisteis vendido por plata, Jesús Hijo de Dios, acuérdate de nosotros cuando llegues a Tu Reino.

Kondakio 3

Con Tu Divinidad Tu previsteis la triple negativa de tu discípulo. Él, aunque jurando, Te negó, luego, al Verte a Su Maestro y Señor, en la casa del sumo sacerdote de corazón se conmovió, y al salir lloró amargamente. Sé compasivo conmigo, Señor, llama a mi cruel corazón, para que yo lave mis pecados con lagrimas, Cantándote a Ti, Aleluya.

Icos 3

Teniendo verdaderamente el poder del Eterno Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec, Tu, Soberano y Señor de todos, Te presentasteis ante el arbitrario sumo sacerdote Caifas. Al tomar de tus siervos el martirio, recibe este agradecimiento de nosotros. Jesús invalorable, Tu que fuisteis comprado por un precio, adquiéreme para Tu eterna herencia. Jesús, deseo de todos, por miedo negado por Pedro, no me niegues a mi, pecador. Jesús cordero manso, torturado por los crueles jabalíes, líbrame de todos mis enemigos. Jesús, con Tu sangre, ingresasteis al Santo de los Santos, límpiame de toda impureza corporal. Jesús atado, teniendo el poder de atar y perdonar, líbrame de mis graves pecados. Jesús, Hijo de Dios, acuérdate de nosotros, cuando llegues a Tu Reino.

Kondakio 4

Los hebreos, preocupados por la tormenta provocada por la muerte de Jesús, inducidos por el padre del engaño, el diablo, te negaron, camino justo, verdadero y de vida. Nosotros, Jesús, Te reconocemos, como la fuerza de Dios, en el Cual están guardados todos los tesoros de la sabiduría y del entendimiento de la mente, cantando: Aleluya.

Icos 4

Pilato, al escuchar tu humilde respuesta, como merecedor de la muerte, Te entregó a la crucifixión, aunque el mismo reconoció que no encontró en Vos ninguna culpa. Él sus manos lavo, pero su corazón ensució. Nosotros asombrados (admirados) por Tu sacrificio voluntario con ternura exclamamos: Jesús, Hijo de Dios, Hijo de la Virgen, fuisteis atormentado por los hijos arbitrarios. Jesús, agraviado y despojado, Tu le das hermosura a los lirios del campo y vistes el cielo con las nubes. Jesús, cargado de heridas Tu saciasteis con cinco panes a cinco mil personas. en vez de rendirte tributo de amor y agradecimiento, Tu recibisteis crueles tormentos, Jesús por nosotros fuiste todo el día torturado, cura las heridas de nuestras almas. Jesús, Hijo de Dios, acuérdate de nosotros, cuando llegues a Tu Reino.

Kondakio 5

Tu que te vistes con vestimenta de luz, todo Te cubristeis con Tu Divina sangre. Se, en verdad se, de acuerdo a las profecías, porque es brillante Tu vestimenta: yo Señor, con mis pecados Te he cubierto de Heridas. Por ello a Ti, por mí herido, imploro con agradecimiento: Aleluya.

Icos 5

Isaías, inspirado por Dios, por medio del Espíritu al Preveerte lleno de deshonra y herido, horrorizado, imploró: 'Nosotros lo vimos y el no tenía presencia o belleza atrayente' Nosotros al Verte en la cruz, con Fe y asombro imploramos, Jesús, que soportasteis el deshonor, Tu coronasteis a la persona con gloria y honor. Jesús, a Quien los Angeles no se atreven a mirar, Fuisteis golpeado en la mejilla. Jesús, que en la cabeza fuisteis golpeado con un junco, inclina mi cabeza hacia la humildad. Jesús que tuvisteis los ojos luminosos oscurecidos por la sangre, aparta mis ojos para no mirar la agitación. Jesús que de pies a cabeza no tuvisteis un lugar sano, hazme todo entero y sano. Jesús Hijo de Dios, acuérdate de nosotros, cuando llegues a Tu Reino.

Kondakio 6

Testigo de tu mansedumbre, Pilato, proclamó al pueblo que en Ti, no hay nada, que Te haga merecedor de la muerte, pero los hebreos como animales salvajes, al ver sangre, Te rechinaban con los dientes, clamando: Crucifícale, Crucifícale. Nosotros, al besar Tus Purísimas heridas, imploramos: Aleluya.

Icos 6

Tu mostrasteis a los ángeles y a las personas una representación asombrosa cuando Pilatos dijo de Ti "Aquí esta el Hombre. Venid, adoremos a Jesús, que ha sido por nuestra causa ultrajado, implorando: Jesús, Creador y Juez de todos, Tu por Tu creación has sido juzgado y sometido al martirio, Jesús dador de sabiduría, Tu no respondisteis a los enajenados. Jesús, médico de los heridos por los pecados, enséñame a arrepentirme. Jesús, Pastor destrozado (derrotado), derrota a los demonios que me tientan. Jesús, teniendo el cuerpo mortificado, atemoriza mi corazón con Tu Temor. Jesús Hijo de Dios acuérdate de nosotros, cuando llegues a Tu Reino.

Kondakio 7

Por liberar a la persona de la esclavitud del enemigo, Tu Te humillasteis ante Tus enemigos, y como un mudo corderillo, Fuiste llevado al sacrificio, por todos lados padeciendo Tus heridas, para librar totalmente a la persona que implora: Aleluya

Icos 7

Tu demostrasteis una paciencia increíble, cuando los soldados Te llevaron por orden del juez arbitrario, hirieron Tu Purísimo Cuerpo, bañándolo desde la cabeza hasta los pies con sangre. Nosotros con lagrimas Te imploramos: Jesús, que amas a las personas, fuiste coronado con espinas. Jesús divinamente impasible, soportasteis las pasiones, para librarnos de las pasiones. Jesús mi Salvador, sálvame a mi, merecedor de todo castigo. Jesús por todos abandonado, consolidación mía, fortaléceme. Jesús por todos ofendido, mi felicidad alégrame. Jesús Hijo de Dios, acuérdate de nosotros, cuando llegues a Tu Reino

Kondakio 8

Moisés y Elías se Te aparecieron increíble y milagrosamente, diciéndote sobre Tu fin, el cual ahora concluyó en Jerusalén. Allá vieron Tu Gloria, acá, al ver nuestra salvación imploran con nosotros: Aleluya.

 

Icos 8

Por todos lados expulsado Tu soportasteis el ultraje y los martirios, por la multitud de mis pecados. Algunos Te culpan como enemigo del Cesar, otros te critican (condenan) como a un malvado, y otros gritan, Tómalo, Tómalo y Crucifícale. Nosotros, desde lo profundo del alma, decimos al condenado y llevado por todos a la crucifixión: Jesús nuestro Juez, incorrectamente juzgado, no nos juzgues por nuestras obras, Jesús agotado en el camino Bajo la cruz, fuerza mía, no me dejes en la hora de mi prueba. Jesús que pedisteis ayuda al Padre y disteis a todos ejemplo de sacrificio, fortalecédme en mi debilidad. Jesús, Tu que tomasteis la deshonra, Gloria mía, no me rechaces de tu Gloria Jesús imagen luminosa de la Hipóstasis del Padre, transforma mi vida impura y oscura. Jesús, Hijo de Dios, acuérdate de nosotros, cuando llegues a Tu Reino.

Kondakio 9

Viéndote a Ti clavado en la cruz, toda la naturaleza se turbó: el sol en el cielo escondió sus rayos, la tierra tembló, el velo del Santuario se rasgó, las rocas se hendieron, el hades dejó ir a los muertos. Nosotros al pie de Tu cruz Te imploramos: Aleluya.

Icos 9

Bienhechor, los oradores elocuentes, aun con muchísimas palabras, no pueden expresar un agradecimiento digno a Tus Divinos sacrificios. Nuestro cuerpo, alma, corazón, y todas las articulaciones con ternura (emoción) Te imploran: Jesús clavado a la cruz, clava y haz desaparecer la lista de nuestros pecados. Jesús que tiendes Tus manos desde la cruz, atráeme a mi, perdido. Jesús, atravesado en el costado, Llévame Con Tus heridas a Tu Palacio. Jesús, con el cuerpo crucificado, crucifica mi cuerpo con mis pasiones y sensualidades. Jesús, que haz muerto atormentado, hazme digno para que yo con mi corazón Te contemple crucificado. Jesús Hijo de Dios, acuérdate de nosotros, cuando llegues a Tu Reino.

Kondakio 10

Deseando salvar al mundo, Tu salvasteis a los ciegos, rengos leprosos, mudos, sordos, y así también expulsabas a los espíritus malignos. Los hebreos insensatos enfurecidos y atormentados por la envidia, Te clavaron a la cruz, no sabiendo cantar, Aleluya.

Icos 10

Eterno Rey, Jesús Todo Tu sufres por mi desenfreno para purificarme, Tu nos das el auténtico (verdadero) ejemplo, para que nosotros lo sigamos, implorando: Jesús, amor extraordinario, (inconcebible) Tu no atribuisteis pecado a los que Te crucificaron. Jesús, que con lágrimas orasteis en el viñedo, enséñanos a orar. Jesús, que cumplisteis todas las profecías que se refirieron a Ti, cumple los buenos deseos de nuestro corazón. Jesús, que encomendaste Tu Espíritu en las manos del Padre, recibe mi espíritu en el momento de mi partida. Jesús, que no impedisteis que dividieran Tu ropa dulcemente (mansamente), separa mi alma de mi cuerpo. Jesús Hijo de Dios, acuérdate de nosotros, cuando llegues a Tu Reino.

Kondakio 11

Tu Purísima Madre Te trae un canto enternecedor, diciendo: Aunque Tu sufres en la cruz, Yo se que Tu nacisteis del seno del Padre, antes de la estrella matinal (Lucifer, Psalmo 109:3). Yo veo cómo toda la creación sufre Contigo. Entregando Tu espíritu al Padre, recibe también mi espíritu y no me dejes implorando: Aleluya.

Icos 11

Como vela luminosa encendida con amor ante Tu cruz, Tu Purísima Madre dolorosamente sufría cuando Te veía, verdadero Sol de la verdad, descendiendo al sepulcro. Con Ella recibe y de nuestro corazón estas oraciones: Tu ascendisteis (Te elevasteis) al árbol, para elevarnos a nosotros, caídos, ante Tu Padre. Tu distes a Tu Virgen Madre al casto Evangelista Juan para enseñarnos castidad y pureza, Jesús, que confiasteis a Tu discípulo el Teólogo a la que Té Engendró, Dios-Verbo, entréganos a todos bajo Su Protección Maternal. Jesús, vencedor del mundo y del hades, derrota la incredulidad, el orgullo mundano, y la concupiscencia de la vista en nosotros viviente. Jesús, aniquilador de la muerte eterna, Jesús, Hijo de Dios, acuérdate de nosotros cuando llegues a Tu Reino.

Kondakio 12

Dame Tu Gracia, Jesús, Dios mío, recíbeme como recibisteis a José con Nicodemo, para que Te dé mi alma como un santo sudario, y para ungir Tu Cuerpo puro con la fragancia de las virtudes, Teniéndote en el corazón como en el sepulcro, implorando: Aleluya.

Icos 12

Celebrando Tu crucifixión voluntaria, veneramos Jesús Tus sufrimientos. Con el centurión creemos que verdaderamente Tu eres el Hijo de Dios, que tiene que venir sobre las nubes con mucho poder y gloria. Entonces no nos avergüences, redimidos por Tu sangre imploramos así: Jesús, que sufristeis mucho, por las lágrimas de tu Virgen Madre, líbranos del fuego eterno. Jesús por todos abandonado, en la hora de mi muerte no me dejes solo. Jesús, recíbeme como a Magdalena, que tocó Tus pies. Jesús, no me condenes con el traidor y con los que Te crucificaron. Jesús, llévame al paraíso con el malhechor razonable. Jesús, Hijo de Dios, acuérdate de nosotros cuando llegues a Tu Reino.

Kondakio 13

Oh, Jesucristo, Cordero de Dios, que tomasteis los pecados del mundo, recibe este pequeño agradecimiento que Te traemos con toda el alma, y sánanos con Tus sufrimientos salvadores de toda dolencia física y mental (del alma y del cuerpo); protégenos con Tu cruz de los enemigos visibles e invisibles, y ante nuestro deceso no nos abandones, pero haz así, para que con Tu muerte nos libremos de la muerte eterna y siempre Te imploremos: Aleluya.

 Obispo Alejandro (Mileant)

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