Sunday, February 7, 2016

AKATHISTO HIMNO A la Theotoko



1
El arcángel excelso
fue enviado del cielo
a decir "Alégrate" a María.
Contemplándote, oh Dios, hecho hombre
por virtud de su angélico anuncio,
extasiado quedó ante la Virgen,
y así le cantaba:
Alégrate, por ti resplandece la dicha;
Alégrate, por ti se eclipsa la pena.
Alégrate, levantas a Adán, el caído;
Alégrate, rescatas el llanto de Eva.
Alégrate, oh cima encumbrada - al alma del hombre;
Alégrate, abismo insondable - a los ojos del ángel.
Alégrate, tú eres de veras - el trono del Rey;
Alégrate, tú llevas en ti - al que todo sostiene.
Alégrate, lucero que el Sol nos anuncia;
Alégrate, regazo del Dios que se encarna.
Alégrate, por ti la creación se renueva;
Alégrate, por ti el Creador nace niño.
Alégrate, ¡Esposa sin desposar!
2
Conociendo la Santa
que era a Dios consagrada,
al arcángel Gabriel le decía:
"Tu mensaje es arcano a mi oído
y difícil resulta a mi alma;
insinúas de Virgen el parto,
exclamando: ¡Aleluya!
3
Deseaba la Virgen
comprender el misterio
y al heraldo divino pregunta:
"¿Podrá dar a la luz criatura
una Virgen? Responde, te ruego".
Reverente Gabriel contestaba,
y así le cantaba:
Alégrate, tú guía al eterno consejo;
Alégrate, tú prenda de arcano misterio.
Alégrate, milagro primero de Cristo;
Alégrate, compendio de todos sus dogmas.
Alégrate, celeste escalera - que Dios ha bajado;
Alégrate, oh puente que llevas - los hombres al cielo.
Alégrate, de angélicos coros - solemne portento;
Alégrate, de turba infernal - lastimero flagelo.
Alégrate, inefable, la Luz alumbraste;
Alégrate, a ninguno dijiste el secreto.
Alégrate, del docto rebasas la ciencia;
Alégrate, del fiel iluminas el alma.
Alégrate, ¡Esposa sin desposar!
4
La virtud de lo Alto
la cubrió con su sombra
e hizo Madre a la Esposa Inviolada.
Aquel seno por Dios fecundado
germinó como fértil arada
para todo el que busca la gracia
y aclama: ¡Aleluya!
5
Con el Niño en su seno,
presurosa María,
a su prima Isabel visitaba.
El pequeño en el seno materno
exultó al oír el saludo,
y con saltos, cual cantos de gozo,
a la Madre aclamaba:
Alégrate, oh tallo del verde Retoño;
Alégrate, oh rama del Fruto incorrupto.
Alégrate, al pío Arador tú cultivas;
Alégrate, tú plantas quien planta la vida.
Alégrate, oh campo fecundo - de gracias copiosas;
Alégrate, oh mesa repleta - de dones divinos.
Alégrate, un Prado germinas - de toda delicia;
Alégrate, al alma preparas - Asilo seguro.
Alégrate, incienso de grata plegaria;
Alégrate, ofrenda que el mundo concilia.
Alégrate, clemencia de Dios para el hombre;
Alégrate, del hombre con Dios confianza.
Alégrate, ¡Esposa sin desposar!
6
Con la mente en tumulto,
inundado de dudas,
el prudente José se debate.
Te conoce cual Virgen intacta;
desposorios secretos sospecha.
Al saber que es acción del Espíritu,
exclama: ¡Aleluya!
7
Los pastores oyeron
los angélicos coros
que al Señor hecho hombre cantaban.
Para ver al Pastor van corriendo;
un Cordero inocente contemplan
que del pecho materno se nutre,
y a la Virgen le cantan:
Alégrate, Nutriz del Pastor y Cordero;
Alégrate, aprisco de fieles rebaños.
Alégrate, barrera a las fieras hostiles;
Alégrate, ingreso que da al Paraíso.
Alégrate, por ti con la tierra - exultan los cielos;
Alégrate, por ti con los cielos - se alegra la tierra.
Alégrate, de Apóstoles boca - que nunca enmudece;
Alégrate, de Mártires fuerza - que nadie somete.
Alégrate, de fe inconcuso cimiento;
Alégrate, fulgente estandarte de gracia.
Alégrate, por ti es despojado el averno;
Alégrate, por ti revestimos la gloria.
Alégrate, ¡Esposa sin desposar!
8
Observando la estrella
que hacia Dios los guiaba,
sus fulgores siguieron los magos.
Era antorcha segura en su ruta;
los condujo ante el Rey Poderoso.
Al llegar hasta el Inalcanzable,
le cantan: ¡Aleluya!
9
Contemplaron los magos
entre brazos maternos
al que al hombre plasmó con sus manos.
Comprendieron que era Èl su Señor,
a pesar de su forma de esclavo;
presurosos le ofrecen sus dones
y a la Madre proclaman:
Alégrate, oh Madre del Sol sin ocaso;
Alégrate, aurora del místico Día.
Alégrate, tú apagas hogueras de errores;
Alégrate, Dios Trino al creyente revelas.
Alégrate, derribas del trono - al tirano enemigo;
Alégrate, nos muestras a Cristo - el Señor y el Amigo.
Alégrate, nos has liberado - de bárbaros ritos;
Alégrate, nos has redimido - de acciones de barro.
Alégrate, destruyes el culto del fuego;
Alégrate, extingues las llamas del vicio.
Alégrate, camino a la santa templanza;
Alégrate, alegría de todas las gentes.
Alégrate, ¡Esposa sin desposar!

10
Portadores y heraldos
de Dios eran los magos
de regreso, allá en Babilonia.
Se cumplía el oráculo antiguo
cuando a todos hablaban de Cristo,
sin pensar en el necio de Herodes
que no canta: ¡Aleluya!
Alégrate, levantas al género humano;
Alégrate, humillas a todo el infierno.
Alégrate, conculcas engaños y errores;
Alégrate, impugnas del ídolo el fraude.
Alégrate, oh mar que sumerge - al cruel enemigo;
Alégrate, oh roca do beben - sedientos de Vida.
Alégrate, columna de fuego - que guía en tinieblas;
Alégrate, amplísima nube - que cubres el mundo.
Alégrate, nos diste el Maná verdadero;
Alégrate, nos sirves Manjar de delicias.
Alégrate, oh tierra por Dios prometida;
Alégrate, en ti fluyen la miel y la loche.
Alégrate, ¡Esposa sin desposar!
12
Simeón el anciano,
al final de sus días,
de este mundo dejaba la sombra.
Presentado le fuiste cual niño,
mas, al verte cual Dios poderoso,
admiró el arcano designio
y gritaba: ¡Aleluya!
13
Renovó el Excelso
de este mundo las leyes
cuando vino a habitar en la tierra.
Germinando en un seno incorrupto
lo conserva intacto cual era.
Asombrados por este prodigio
a la Santa cantamos:
Alégrate, azucena de intacta belleza;
Alégrate, corona de noble firmeza.
Alégrate,
la suerte futura revelas;
Alégrate, la angélica vida desvelas.
Alégrate, frutal exquisito - que nutre a los fieles;
Alégrate, ramaje frondoso - que a todos cobija.
Alégrate, llevaste en el seno - quien guía al errante;
Alégrate, al mundo entregaste - quien libra al esclavo.
Alégrate, plegaria ante el Juez verdadero;
Alégrate, perdón del que tuerce el sendero.
Alégrate, atavío que cubre al desnudo;
Alégrate, del hombre supremo deseo.
Alégrate, ¡Esposa sin desposar!
14
Ante el Parto admirable,
alejados del mundo,
hacia el cielo elevamos el alma.
El Altísimo vino a la tierra
con la humilde semblanza de un pobre
y enaltece hasta cumbres de gloria
a quien canta: ¡Aleluya!
15
Habitaba en la tierra
y llenaba los cielos
la Palabra de Dios infinita.
Su bajada amorosa hasta el hombre
no cambió su morada superna.
Era el parto divino de Virgen
que este canto escuchaba:
Alégrate, mansión que contiene el Inmenso;
Alégrate, dintel del augusto Misterio.
Alégrate, de incrédulo equívoco anuncio;
Alégrate, del fiel inequívoco orgullo.
Alégrate, carroza del Santo - que portan querubes;
Alégrate, sitial del que adoran - sin fin serafines.
Alégrate, tú sólo has unido - dos cosas opuestas:
Alégrate, tú sola a la vez - eres Virgen y Madre.
Alégrate, por ti fue borrada la culpa;
Alégrate, por ti Dios abrió el Paraíso.
Alégrate, tú llave del Reino de Cristo;
Alégrate, esperanza de bienes eternos.
Alégrate, ¡Esposa sin desposar!
16
Todo el orden angélico
asombrado contempla
el misterio de Dios que se encarna.
Al Señor, al que nadie se acerca,
hecho hombre, accesible, admira
caminar por humanos senderos,
escuchando: ¡Aleluya!
17
Oradores brillantes
como peces se callan
ante ti, Santa Madre del Verbo.
Cómo ha sido posible no entienden
ser tú Virgen después de ser Madre.
El prodigio admiramos tus fieles,
y con fe proclamamos:
Alégrate, sagrario de arcana Sapiencia;
Alégrate, despensa de la Providencia.
Alégrate, por ti se confunden los sabios;
Alégrate, por ti el orador enmudece.
Alégrate, por ti se aturden - sutiles doctores;
Alégrate, por ti desfallecen - autores de mitos;
Alégrate, disuelves enredos - de agudos sofistas;
Alégrate, rellenas las redes - de los Pescadores.
Alégrate, levantas de honda ignorancia;
Alégrate, nos llenas de ciencia superna.
Alégrate, navío del que ama salvarse;
Alégrate, oh puerto en el mar de la vida.
Alégrate, ¡Esposa sin desposar!
18
Por salvar todo el orbe,
el Divino Alfarero
hasta el mundo bajó, porque quiso.
Por ser Dios era Él Pastor nuestro;
se mostró por nosotros Cordero;
como igual sus iguales atrae;
cual Dios oye: ¡Aleluya!
19
Virgen, Madre de Cristo.
Baluarte de vírgenes
y de todo el que en ti se refugia
el divino Hacedor te dispuso,
al tomar de ti carne en tu seno;
y enseña a que todos cantemos
en tu honor, oh Inviolada:
Alégrate, columna de sacra pureza;
Alégrate, umbral de la vida perfecta.
Alégrate, tú inicias la nueva progenie;
Alégrate, dispensas bondades divinas.
Alégrate, de nuevo engendraste - al nacido en deshonra;
Alégrate, talento infundiste - al hombre insensato.
Alégrate, anulaste a Satán - seductor de las almas;
Alégrate, nos diste al Señor - sembrador de los castos.
Alégrate, regazo de nupcias divinas;
Alégrate, unión de los fieles con Cristo.
Alégrate, de vírgenes Madre y Maestra;
Alégrate, al Esposo conduces las almas.
Alégrate, ¡Esposa sin desposar!
20
Impotente es el canto
que alabar presumiera
de tu gracia el caudal infinito.
Como inmensa es la arena en la playa
pueden ser nuestros himnos, Rey Santo,
mas no igualan los dones que has dado
a quien canta: ¡Aleluya!
21
Como antorcha luciente
del que yace en tinieblas
resplandece la Virgen María.
Ha encendido la Luz increada;
su fulgor ilumina las almas
y conduce a la ciencia celeste
suscitando este canto:
Alégrate, oh rayo del Sol verdadero;
Alégrate, destello de Luz sin ocaso.
Alégrate, fulgor que iluminas las almas;
Alégrate, cual trueno enemigos aterras.
Alégrate, surgieron de ti - luminosos misterios;
Alégrate, brotaron en ti - caudalosos arroyos.
Alégrate, figura eres tú - de salubre piscina;
Alégrate, tú limpias las manchas - de nuestros pecados.
Alégrate, oh fuente que lavas las almas;
Alégrate, oh copa que vierte alegría.
Alégrate, fragancia de ungüento de Cristo;
Alégrate, oh Vida del sacro Banquete.
Alégrate, ¡Esposa sin desposar!
22
Por querer perdonarnos
el pecado primero,
el que paga las deudas de todos,
de sus prófugos busca el asilo,
libremente del cielo exiliado.
Mas, rasgando el quirógrafo antiguo,
oye un canto: ¡Aleluya!





23
Celebrando tu parto,
a una voz te alabamos
como templo viviente, Señora.
Ha querido encerrarse en tu seno
el que todo contiene en su mano,
el que santa y gloriosa te ha hecho,
el que enseña a cantarte:
Alégrate, oh tienda del Verbo divino;
Alégrate, más grande que el gran Santuario.
Alégrate, oh Arca que Espíritu dora;
Alégrate, tesoro inexhausto de vida.
Alégrate, diadema preciosa - de reyes devotos;
Alégrate, orgullo glorioso - de sacros ministros.
Alégrate, firmísimo alcázar - de toda la Iglesia;
Alégrate, muralla invencible - de todo el Imperio.
Alégrate, por ti enarbolamos trofeos;
Alégrate, por ti sucumbió el adversario.
Alégrate, remedio eficaz de mi carne;
Alégrate, inmortal salvación de mi alma.
Alégrate, ¡Esposa sin desposar!
24
Digna de toda loa,
Madre santa del Verbo,
el más Santo entre todos los Santos.
Nuestra ofrenda recibe en el canto;
salva al mundo de todo peligro;
del castigo inminente libera
a quien canta: ¡Aleluya!

                                   Catecismo Ortodoxo 

                       http://catecismoortodoxo.blogspot.ca/

Paráclesis a los santos jerarcas Atanasio y Cirilo, patriarcas de Alejandría


  1. Bendito sea nuestro Dios ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Si no hay sacerdote:
Por las oraciones de nuestros Santos Padres, oh Señor Jesucristo, Dios Nuestro, Ten piedad de nosotros. Amén.
Gloria a Ti, Dios Nuestro, Gloria a Ti.
Rey del Cielo, Consolador, Espíritu de la Verdad, que estás en todo lugar, y que todo lo llenas, Tesoro de bienes y Dador de la Vida, ven y haz de nosotros tu morada, purifícanos de toda mancha, y salva, Tú que eres bueno, nuestras almas.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros. Señor, purifícanos de nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo, visítanos y cura nuestras dolencias, por tu nombre.
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad,Señor, ten piedad
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu Majestad, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo; el pan sobreesencial dánosle hoy, perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos introduzcas en la tentación, mas líbranos del maligno.
  1. Porque tuyo es el reino y el poder y la gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 142
Señor, escucha mi oración, presta oído a mi súplica según tu fidelidad; óyeme por tu justicia, y no entres en juicio con tu siervo, porque ningún viviente es justo delante de Ti. El enemigo persigue mi alma, ha postrado en tierra mi vida; me ha encerrado en las tinieblas, como los ya difuntos. El espíritu ha desfallecido en mí, y mi corazón está helado en mi pecho. Me acuerdo de los días antiguos, medito en todas tus obras, contemplo las hazañas de tus manos, y extiendo hacia Ti las mías; como tierra falta de agua, mi alma tiene sed de Ti. Escúchame pronto, Señor, porque mi espíritu languidece. No quieras esconder de mí tu rostro: sería yo como los que bajaron a la tumba. Hazme sentir al punto tu misericordia, pues en Ti coloco mi confianza. Muéstrame el camino que debo seguir, ya que hacia Ti levanto mi alma. Líbrame de mis enemigos, Señor; a Ti me entrego. Enséñame a hacer tu voluntad, porque Tú eres mi Dios. Tu Espíritu es bueno; guíame, pues, por camino llano. Por tu Nombre, Señor, guarda mi vida; por tu clemencia saca mi alma de la angustia. Y por tu gracia acaba con mis enemigos, y disipa a cuantos atribulan mi alma, porque soy siervo tuyo.


Dios es Señor
Tono 4º
Diácono: Dios es Señor, y se nos ha manifestado. Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Coro: Dios es Señor, y se nos ha manifestado. Bendito el que viene en el nombre del Señor.
V./  Confesad al Señor, porque es bueno; porque su misericordia es eterna.
R./  Dios es Señor, y se nos ha manifestado. Bendito el que viene en el nombre del Señor.
V./  Todas las naciones me rodeaban, mas en el nombre del Señor las rechacé.
R./  Dios es Señor, y se nos ha manifestado. Bendito el que viene en el nombre del Señor.
V./  No he de morir, viviré, y para contar las obras del Señor.
R./  Dios es Señor, y se nos ha manifestado. Bendito el que viene en el nombre del Señor.
V./  La piedra que desecharon los arquitectos, es ahora la piedra angular; es el Señor el que lo ha hecho y es un milagro patente.
R./  Dios es Señor, y se nos ha manifestado. Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Tropario, tono 4
Brillasteis por vuestra labor en la santa fe ortodoxa y eliminasteis la herejía y os convertisteis en vencedores de la Iglesia, oh santos jerarcas Atanasio y Cirilo. Lo enriquecisteis todo con la piedad y fuisteis un adorno de la Iglesia. Suplicad a Cristo nuestro Dios que nos conceda la salvación y su gran misericordia.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Madre de Dios, jamás dejaremos nosotros, aunque indignos, de exaltar tus grandezas, pues si tú no rogaras por nosotros, ¿quién nos libraría de todos los males? o ¿Quién nos conservaría libres hasta ahora? No nos apartaremos de ti, oh Señora que libras a tus siervos de toda adversidad.


Salmo 50
Ten compasión de mí, oh Dios, en la medida de tu misericordia; según la grandeza de tus bondades, borra mi iniquidad. Lávame a fondo de mi culpa, límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mi maldad y tengo siempre delante mi delito. He pecado contra Ti, contra Ti solo, he obrado lo que es desagradable a tus ojos, de modo que se manifieste la justicia de tu juicio y tengas razón en condenarme. Es que soy nacido en la iniquidad, y ya mi madre me concibió en pecado. Mas he aquí que Tú te complaces en la sinceridad del corazón, y en lo íntimo del mío me haces conocer la sabiduría. Rocíame, pues, con hisopo, y seré limpio; lávame Tú, y quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír tu palabra de gozo y de alegría, y saltarán de felicidad estos huesos que has quebrantado. Aparta tu rostro de mis pecados, y borra todas mis culpas. Crea en mí, oh Dios, un corazón sencillo, y renueva en mi interior un espíritu recto. No me rechaces de tu presencia, y no me quites el espíritu de tu santidad. Devuélveme la alegría de tu salud; confírmame en un espíritu de príncipe. Enseñaré a los malos tus caminos; y los pecadores se convertirán a Ti. Líbrame de la sangre, oh Dios, Dios Salvador mío, y vibre mi lengua de exultación por tu justicia. Abre Tú mis labios, oh Señor, y mi boca publicará tus alabanzas, pues los sacrificios no te agradan, y si te ofreciera un holocausto no lo aceptarías. Mi sacrificio, oh Dios, es el espíritu compungido; Tú no despreciarás, Señor, un corazón contrito y humillado. Por tu misericordia, Señor, obra benignamente con Sión; reconstruye los muros de Jerusalén. Entonces te agradarán los sacrificios legales, las oblaciones y los holocaustos; entonces se ofrecerán becerros sobre tu altar.

CANON
Tono 8º


Oda I
Irmos: Huyendo de la esclavitud de Egipto, el pueblo de Israel, cruzó el mar como si fuera tierra seca y exclamó: ¡Alabemos a nuestro Salvador y Dios!
Santos jerarcas Atanasio y Cirilo, rogad a Dios por nosotros.
Hoy la Iglesia se regocija por estos dos lirios del jardín celestial, oh santos Atanasio y Cirilo, que eliminasteis las espinas de la herejía y triunfasteis sobre el error con la verdad de Cristo.
Santos jerarcas Atanasio y Cirilo, rogad a Dios por nosotros.
Fuisteis adornados con la sabiduría de lo alto, y eliminasteis el engaño de los herejes, recurriendo a la paz y a la verdad de Cristo, para que seamos librados de las flechas de la mentira.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Oh grandes defensores de la fe y soldados fieles del Rey eterno, habéis vencido al maligno que sembró la cizaña del error, y ahora sois herederos de la bondad divina. Interceded ante Cristo para que tenga misericordia de nosotros.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Oh santísima Theotokos, tú que eres una digna intercesora ante Cristo, suplícale para que seamos liberados de la oscuridad del pecado y nos conceda la Luz de la vida verdadera.
Oda III
Irmos: Oh Dios que levantas las bóvedas de los cielos y sostienes a tu Iglesia, afírmanos en tu amor, oh consumación de todos los deseos, constancia de los fieles y único Amante de la Humanidad.
Santos jerarcas Atanasio y Cirilo, rogad a Dios por nosotros.
Oh pilares de la Iglesia de Cristo, hoy os rendimos veneración en vuestra santa memoria y os suplicamos para que intercedáis por nosotros ante los engaños del maligno y para que nos preservéis de todo mal.
Santos jerarcas Atanasio y Cirilo, rogad a Dios por nosotros.
A pesar de que eras un simple diácono, oh San Atanasio, tu radiante sabiduría cegó a Arrio, engaño del mal, e iluminaste los corazones de los quieren alabar a Dios con rectitud.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Oh San Cirilo, defendiste con valentía a la Theotokos con tu sabiduría en el santo sínodo, siendo premiado con los dones del Espíritu. Por eso intercede por nosotros, pobres siervos de Dios, para que nos conceda su misericordia.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Oh santísima Theotokos, tú que llevaste en tus brazos a Aquel que nos liberó del poder del maligno, suplícale por nosotros, para que nos conceda la remisión de nuestras transgresiones.
A continuación se dicen las siguientes estíqueras:
Allanasteis el camino de la verdad, disipando el engaño de la herejía por el poder del Espíritu Santo, oh santos Atanasio y Cirilo. Por eso, socorrednos con el aliento de vuestra oración para los que navegamos por el mar atribulado de la vida.
Madre de la Luz, aparta de nosotros la oscuridad y otórganos la vestidura luminosa del arrepentimiento para que no seamos arrojados al abismo de la muerte.

Ahora se nombran aquellos por quienes se reza esta paráclesis.
Letanía
Sacerdote: Ten piedad de nosotros, oh Señor, según tu gran misericordia te suplicamos que nos escuches y tengas piedad.
Coro: Señor ten piedad, Señor ten piedad,Señor ten piedad
  1. De nuevo rogamos por nuestro padre y Obispo N. y por todos nuestros hermanos en Cristo.
  1. También rogamos por la vida, paz, salud, salvación, visitación, perdón y remisión de los pecados de los siervos de Dios, los cristianos ortodoxos, los que viven en esta ciudad y los reunidos en este santo templo, sus feligreses y bienhechores.
  1. De nuevo rogamos por los siervos de Dios N. N. (Aquí se insertan los nombres de los fieles por los cuales se ruega) que elevan esta súplica.
  1. Porque eres un Dios misericordioso y amante de la humanidad, te rendimos gloria, oh Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
  1. Amén.

Catisma tono 4º
El Sol de justicia os guió mediante la sabiduría del Espíritu Santo, oh Atanasio y Cirilo, y por la misericordia del Padre confesasteis la verdadera y recta doctrina, liberándonos de la oscuridad del engaño.
Oda IV
Irmos: Oh Señor, Tú eres mi fuerza y fortaleza, Tú eres mi Dios, mi júbilo y alegría; Oh Tú, que sin dejar el Seno del Padre, te compadeciste de  nuestra pobreza y humildad, con el Profeta Habacuc a ti exclamo: ¡Gloria a tu  poder, oh Amante de la humanidad!
Santos jerarcas Atanasio y Cirilo, rogad a Dios por nosotros.
Expusisteis los dogmas de la santa fe ortodoxa y alimentasteis así a los que estaban hambrientos de la verdad. Así, alimentadnos también a nosotros, que estamos hambrientos por el camino de la vida.
Santos jerarcas Atanasio y Cirilo, rogad a Dios por nosotros.
La Iglesia se adorna con vuestros nombres, como una guirnalda de pureza, pues fuisteis dignos centinelas del Esposo en la defensa contra las herejías. Por tanto, os suplicamos que intercedáis por nosotros para que seamos liberados del error.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Salvaste al rebaño de Cristo de las manos de Arrio, como buen médico de las almas, oh San Atanasio, siendo fortalecido por el poder del Espíritu Santo.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Oh santísima Theotokos, líbranos de todo peligro para que podamos clamar siempre a tu digna protección e intercesión.
Oda V
Irmos: ¿Por qué me apartaste de tu Rostro, oh Luz que no conoce el ocaso?  ¡Oh desgraciado de mí, me han rodeado las tinieblas! A ti te suplico: ¡Ven y endereza mis sendas hacia la luz de tus mandamientos!
Santos jerarcas Atanasio y Cirilo, rogad a Dios por nosotros.
La calumnia injusta de los herejes no te impidió confesar la verdad de Cristo, fortaleciendo los corazones de los que te veneran, oh bienaventurado Atanasio.
Santos jerarcas Atanasio y Cirilo, rogad a Dios por nosotros.
Proclamaste verdaderamente a la Theotokos de Dios, oh San Cirilo, de la cual nació virginalmente Aquel que es el Creador del cielo. Por eso te suplicamos que intercedas ante Él por nosotros.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Los jueces de los engañadores y los herejes lanzaron calumnias sobre ti, pero soportaste toda maldad poniendo tu esperanza en Dios, oh bendito Atanasio.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Oh santísima Theotokos, libra de todo peligro a tus siervos, e intercede ante Cristo nuestro Dios para que nos libre de todo pecado y nos conceda su infinita misericordia.
Oda VI
Irmos: Ante el Señor me lamento y derramo mi angustia porque mi alma está llena de iniquidades y mi vida cercana al Hades. Te ruego pues, como Jonás, exclamando: ¡Levántame de la corrupción, oh Dios mío!
Santos jerarcas Atanasio y Cirilo, rogad a Dios por nosotros.
Fuiste desterrado injustamente, oh San Atanasio, pero el Señor te ha concedido la gloria sobre los que te calumniaban injustamente.
Santos jerarcas Atanasio y Cirilo, rogad a Dios por nosotros.
Silenciaste la boca de los herejes, oh San Cirilo, por tus palabras inspiradas por el Espíritu Santo, y ahora que estás ante el Señor, intercede por nosotros para que nos libre de todo mal.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
La Iglesia guarda como testimonio tu gran confesión a la Theotokos, oh San Cirilo, y por eso te suplicamos que intercedas por la salvación de nuestras almas y para que podamos heredar el reino del cielo.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Tú eres la fuente de la salvación, oh Theotokos, pues llevaste en tu vientre al que está por encima del cielo. Intercede por nosotros para que podamos salir del abismo del pecado.
A continuación se dicen las siguientes estíqueras:
Adalides de la Iglesia, oh santos jerarcas Atanasio y Cirilo, velad siempre por los creyentes para que, viviendo en paz, podamos permanecer siempre unidos a Cristo.
Oh Toda Pura, que en los últimos tiempos diste a luz de una manera inefable a Dios el Verbo, intercede incesantemente ante Él por nosotros, pues tú posees la seguridad de una Madre.
Ahora se nombran aquellos por quienes se reza esta paráclesis.
Letanía
Sacerdote: Ten piedad de nosotros, oh Señor, según tu gran misericordia te suplicamos que nos escuches y tengas piedad.
Coro: Señor ten piedad, Señor ten piedad, Señor ten piedad

  1. De nuevo rogamos por nuestro padre y Obispo N. y por todos nuestros hermanos en Cristo.
  1. También rogamos por la vida, paz, salud, salvación, visitación, perdón y remisión de los pecados de los siervos de Dios, los cristianos ortodoxos, los que viven en esta ciudad y los reunidos en este santo templo, sus feligreses y bienhechores.
  1. De nuevo rogamos por los siervos de Dios N. N. (Aquí se insertan los nombres de los fieles por los cuales se ruega) que elevan esta súplica.
  1. Porque eres un Dios misericordioso y amante de la humanidad, te rendimos gloria, oh Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
  1. Amén.
Contaquio tono 2º
Grandes jerarcas de la Iglesia y poderosos intercesores de la verdadera fe de Cristo, oh Atanasio y Cirilo. Interceded por todos los que os veneran para que Cristo tenga piedad de nosotros.
Anavathmi
Primera antífona de los Himnos de Ascensión del tono 4º
Desde mi juventud me sitiaban pasiones, pero Tú, oh Salvador, me proteges y salvas.  Desde mi juventud me sitiaban pasiones, pero Tú, oh Salvador, me proteges y salvas.
Que sean confundidos por el Señor todos los enemigos de Sión, que sean como hierba quemada por un fuego desolador.
Que sean confundidos por el Señor todos los enemigos de Sión, que sean como hierba quemada por un fuego desolador.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Toda alma vive por la gracia del Espíritu Santo, y cuando está totalmente purificada se eleva hasta que por un misterio sagrado, resplandece con la Unidad Trinitaria.
Ahora y siempre y por lo siglos de los siglos. Amén.

Por el Espíritu Santo, fluyen los arroyos de la gracia, regando toda la creación y llenándola de vida.
Prokímenon
Es preciosa, a los ojos del Señor, la muerte de sus santos.
Versículo: Yo esperé pacientemente al Señor y Él me socorrió.
Lectura del Santo Evangelio
Sacerdote: Para que seamos dignos de escuchar el santo Evangelio, roguemos al Señor nuestro Dios.
Coro: Señor ten piedad, Señor ten piedad,Señor ten piedad
Sacerdote: Sabiduría, en pie, escuchemos el Santo Evangelio. Paz a todos.
Coro: Y con tu espíritu.
Sacerdote: Lectura del Santo Evangelio según San Mateo.
Coro: Gloria a ti Señor, gloria a ti.
(11:27-30)
“A mi me ha sido transmitido todo por el Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre conoce bien nadie sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quisiere revelarlo. Venid a Mí todos los agobiados y los cargados y Yo os haré descansar. Tomad sobre vosotros el yugo mío, y dejaros instruir por Mí, porque manso soy y humilde en el corazón; y encontraréis reposo para vuestras vidas. Porque mi yugo es excelente y mi carga es liviana”
Coro: Gloria a ti Señor, gloria a ti.
Tono 2º
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Por la intercesión de tus bienaventurados jerarca Atanasio y Cirilo, borra la multitud de nuestros pecados.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Por la intercesión de la Santísima Madre de Dios, oh Misericordioso, borra la multitud de nuestras iniquidades.
Ten piedad de mi, oh Dios, según tu gran misericordia y por tu gran compasión, borra mis faltas.
Estíquera tono 6º
Sufristeis muchos tormentos y asechanzas por la fe de Cristo, oh santos jerarcas Atanasio y Cirilo, siendo imitadores de la gracia del cielo. Por eso, vuestro ejemplo es un testimonio para todos los fieles creyentes, de fe, esperanza y amor.
Oda VII
Irmos: Cuando los tres jóvenes fueron arrojados al horno en Babilonia, por su fe en la Trinidad, pisotearon las llamas mientras cantaban: ¡Bendito eres Señor, Dios de nuestros padres!
Santos jerarcas Atanasio y Cirilo, rogad a Dios por nosotros.
A pesar de las persecuciones, oh San Atanasio, perseveraste en las enseñanzas de Cristo nuestro Dios, y por eso te suplicamos para que podamos perseverar también en la fe.
Santos jerarcas Atanasio y Cirilo, rogad a Dios por nosotros.
Vuestros escritos contra los herejes mostraron la luz de la verdad, y nos han liberado de la tiranía del error.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Los corazones de los fieles se llenan de júbilo, oh San Atanasio y San Cirilo, pues aparecisteis en la Iglesia de Alejandría para eliminar el error de Arrio, y por vuestras intercesiones habéis eliminado la tiranía de nuestras pasiones y miserias.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Ilumina nuestras almas con tus intercesiones, oh Theotokos, pues de tu vientre nació el que es la Luz del mundo.
Oda VIII
Irmos: Glorificad al Rey de los Cielos, a quien los ejércitos celestiales alaban y exaltadlo por los siglos de los siglos.
Santos jerarcas Atanasio y Cirilo, rogad a Dios por nosotros.
Fuiste juzgado injustamente, oh San Atanasio, pero el Señor te fortaleció con la paciencia y avergonzaste a tus perseguidores. Intercede por nosotros para que seamos liberados de la persecución de las pasiones.
Santos jerarcas Atanasio y Cirilo, rogad a Dios por nosotros.
Oh San Cirilo, hijo espiritual de la Theotokos, aumenta en nosotros la devoción por ella para que nuestras almas sean redimidas de la prisión del pecado.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Somos testigos de vuestra sabiduría inmarcesible, oh santos de Dios, y os suplicamos que intercedáis por nosotros para que podamos librarnos del error del mundo y llegar así a la vida venidera.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Oh santísima Theotokos, somos asediados por el mar de los tormentos, pero de ti nació Aquel que fue bautizado en el Jordán, levantando a Adán de las profundidades del abismo.
Oda IX
Irmos: Tú eres la montaña santa por la que Dios ha subido, tú eres la Roca del desierto no cortada por donde mana el manantial de la vida eterna, Cristo nuestro Dios, que tomó nuestra naturaleza para salvarnos. Por eso, oh bienaventurada Theotokos, te magnificamos.
Santos jerarcas Atanasio y Cirilo, rogad a Dios por nosotros.
El ejemplo de vuestra vida fortalece nuestra fe y la obediencia a los mandamientos de Dios.
Santos jerarcas Atanasio y Cirilo, rogad a Dios por nosotros.
La Iglesia os presenta hoy las guirnaldas de nuestras alabanzas, pues sois grandes soldados de Cristo, e invictos jerarcas de Dios que intercedéis por los fieles atribulados por las pasiones.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Interceded por nosotros, santos jerarcas Atanasio y Cirilio, para que seamos liberados de toda iniquidad y confesemos la verdad de la fe con toda justicia, a fin de que no sucumbamos en el abismo del error.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Oh santísima Theotokos, no nos abandones en nuestra tristeza e intercede con tus oraciones por nosotros para que el Señor tenga misericordia de nosotros.
En verdad es digno y justo, a ti alabarte Theotokos, siempre santa e inmaculada, Madre de Nuestro Señor. Más venerable que los querubines, e incomparablemente más gloriosa que los serafines, que sin mancha engendraste al Verbo Dios. A Ti verdadera Theotokos, te ensalzamos.
Megalimnario
Alegraos, columnas de la Iglesia, fundamentos de la verdad, dignos pastores del rebaño de Cristo, pues nos habéis revelado la grandeza de la Trinidad y mantenéis a salvo a la Iglesia de las herejías y el error.
Sois el rocío de la sabiduría que procede del cielo y cubrís la Iglesia purificando los corazones del error y las herejías.
Habéis sembrado la tierra con los dogmas celestiales de la rectitud y la recta doctrina, oh santos jerarcas de Cristo, y las almas de los fieles celebran vuestra grandeza.
Habéis manifestado la confesión firme de la fe por el poder del Espíritu Santo. Interceded por nosotros para que nos mantengamos también firmes en el camino que conduce a la salvación.
Como fieles jerarcas estáis ante el trono de Cristo. Y como dignos intercesores os suplicamos que imploréis por nosotros para que seamos liberados de todas las herejías.
La Iglesia se adorna con vuestros venerables nombres, oh santos jerarcas, pues habéis obtenido la victoria sobre la herejía y por vuestras intercesiones habéis obtenido la gloria de la vida bienaventurada.
Ejércitos Celestiales, Precursor del Señor, Apóstoles bienaventurados, San Atanasio y San Cirilo, y todos los santos, suplicad junto a la Theotokos por nuestra salvación.

Lector: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.                     Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.                                  Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros. Señor, purifícanos de nuestros pecados. Soberano, perdona nuestras transgresiones. Santo, visítanos y cura nuestras dolencias por tu nombre.
Señor, ten piedad, Señor, ten piedad, Señor, ten piedad.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre. Venga a nosotros tu Majestad, hágase tu Voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan sobreesencial dánosle hoy; perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos introduzcas en la tentación, mas líbranos del maligno.
Sacerdote: Porque tuyo es el Reino, el poder y la gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Tropario
Brillasteis por vuestra labor en la santa fe ortodoxa y eliminasteis la herejía y os convertisteis en vencedores de la Iglesia, oh santos jerarcas Atanasio y Cirilo. Lo enriquecisteis todo con la piedad y fuisteis un adorno de la Iglesia. Suplicad a Cristo nuestro Dios que nos conceda la salvación y su gran misericordia.
Letanía
Sacerdote: Ten piedad de nosotros, oh Señor, según tu gran misericordia, te suplicamos que nos escuches y tengas piedad.
Coro: Señor, ten piedad, Señor, ten piedad, Señor, ten piedad.

  1. También rogamos por todos los fieles cristianos ortodoxos.
  1. De nuevo rogamos por nuestro padre y Obispo N. y por toda nuestra hermandad en Cristo.
  1. Roguemos también para que obtengamos misericordia, vida, paz, salud, protección, perdón y remisión de los pecados de los siervos de Dios N. N., por los miembros de nuestra parroquia, y por los benefactores de este santo lugar.
  1. Roguemos también por los que hacen el bien en esta santa y venerable iglesia, por todos los que trabajan y cantan y por todo el pueblo aquí presente que espera de ti una grande y abundante misericordia.
  1. De nuevo pidamos para que libre a esta santa iglesia, a esta ciudad, a todas las ciudades y campos del hambre, la ira, las plagas y terremotos, de las inundaciones, de los incendios, de la espada, de las invasiones extranjeras, de la guerra civil y de la muerte súbita; que nuestro Dios, amante de la humanidad, sea misericordioso y se nos muestre favorable y nos libre de toda violencia y enfermedad y del justo castigo que merecen nuestros pecados y tenga misericordia de nosotros.
  1. Señor, ten piedad. (40  veces)

  1. Roguemos también para que el Señor, y aunque somos pecadores, escuche nuestra súplica y tenga piedad de nosotros.
  1. Señor, ten piedad. Señor, ten piedad Señor, ten piedad.

Sacerdote: Escúchanos, oh Dios Salvador nuestro, Esperanza de los que se encuentras en los confines de la tierra y de los que navegan por el mar; sé misericordioso, oh Señor, sé misericordioso, perdona nuestros pecados y ten piedad de nosotros. Porque eres un Dios compasivo y amante de la humanidad y a ti te damos gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Tropario tono 2º
Dispersad con vuestras oraciones, oh santos jerarcas Atanasio y Cirilo, las tormentas de las herejías que amenazan la Iglesia y conducidla a la paz verdadera de Cristo, con la esperanza en la venida de la Luz sin ocaso. Interceded, oh santos, ante Dios para que nos aleje del error y nos conceda el perdón de los pecados y su infinita misericordia.
A la Theotokos
Señora, oh Señora nuestra, recibe las oraciones de tus siervos y líbranos de todas las adversidades.
Toda nuestra esperanza está depositada en ti, oh Theotokos, protégenos con tu sagrado velo.
Lector:   Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén. Señor ten piedad.  Señor ten piedad. Señor ten piedad.  Bendice, padre.
El sacerdote, en las puertas reales y cara al pueblo dice la despedida:
Despedida
Que Cristo nuestro Dios, por intercesión de su purísima e inmaculada Madre,  de los santos, célebres e ilustres Apóstoles, de los santos Mártires, gloriosos y triunfadores, de los santos ancestros de Dios, San Joaquín y Santa Ana, de San Atanasio y San Cirilo, patriarcas de Alejandría, de (N. santos del día) cuya memoria hoy celebramos; de (N., patrón de la iglesia) y de todos los santos, tenga piedad de nosotros y nos salve, pues es bueno y amante de la humanidad.
Entonces, el sacerdote vuelto hacia el icono de Cristo que está en el iconostasio dice:
Sacerdote: Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor Jesucristo, Dios nuestro, ten piedad de nosotros y sálvanos.
Lector: Amén.

                                   Catecismo Ortodoxo 

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