El dogma o dogmas, no son unas enseñanzas teoréticas que son independientes de la vida de los Cristianos, sino que conectan estrictamente con la ética, la moral, es decir, con sus vidas enteras. Esto lo veremos a continuación.
1. Terminología.
Cuando uno empieza un tema debe definir el significado y sentido de cada término, porque según el filósofo antiguo Antistenes: “el principio de la sabiduría es la investigación de los nombres”. Así también aquí definiremos qué damos a entender con los términos dogma (izos, conducta moral).
La palabra dogma proviene del verbo heleno δοκώ (dokó) que significa creo, tengo esperanza, y con esta palabra se expresa un principio fundamental que expresa una verdad científica y un acontecimiento político. En el cristianismo con la palabra dogma se entiende la enseñanza sobre cuestiones fundamentales de la fe que se considera que tiene prestigio o autoridad absoluta. El mandamiento que fue dado por el Cesar para que se empadronaran todos los habitantes del Imperio Romano, se llama dogma. “Aconteció, pues, en los días aquellos, que salió un dogma, (edicto) de Cesar Augusto para que se empadronase todo el mundo” (Lc 2,1)
En los “Hechos de los Apóstoles” con el término dogma se definen las decisiones de los Apóstoles que fueron tomadas en el primer Sínodo Apostólico, por eso se escribe: “Conforme iban atravesando las ciudades, les comunicaban, para cumplirlos, los dogmas (decisiones) tomados por los apóstoles y presbíteros de Jerusalén” (Hec 16,4).
Con este significado se llamaron también dogmas las decisiones de los Sínodos Ecuménicos. Pero las decisiones en su esencia, sobre cuestiones fundamentales teológicas, en la lengua de los Sínodos Ecuménicos se llaman όροι (ori, términos, fronteras o límites). La palabra όρος (oros, término, límite, frontera o montaña) conecta con las fronteras, los límites entre la verdad y el engaño. Además, la ciencia pone límites, fronteras entre lo real y lo fantasioso. En la lengua teológica, por ejemplo, el término omousios expresa que el Logos tiene la misma usía-esencia con el Padre y es increado. Esta es la verdad, y más allá de esta terminología está el engaño, la mentira.
Los Sínodos Ecuménicos y los Locales, además de los términos compusieron también los santos Cánones. Los términos-dogmas se refieren a cuestiones eclesiásticas Triadológicas y Cristológicas, se utiliza la frase«έδοξε τω Αγίω Πνεύματι και ημίν», (edoxe to Ayio Pnevma ke imin, ha decidido el Espíritu Santo y también a nosotros), en cambio los santos Cánones se refieren a la unidad de la Iglesia y al camino de los Cristianos-miembros de la Iglesia hacia la familiarización de la sanación y salvación y se utiliza principalmente la frase «ήρεσε τη Συνόδω» gustó al Sínodo.
En realidad los santos Cánones son una traducción de los dogmas en la vida eclesiástica y la manera o el método que los Cristianos pueden vivir en sus vidas personales los dogmas. Dentro de esta perspectiva debemos ver los santos Cánones y no dentro de procesos jurídicos.
La palabra ήθος (izos, moral) expresa la calidad del carácter de un hombre. Esta palabra en plural, ήθη, (izi, conductas morales) se refiere a las formas de comportamiento y las percepciones de pueblos y sociedades; y cuando estas son estables y tipificadas se llaman έθιμα (ézima) costumbres.
San Ignacio el Teóforo en una de sus epístolas habla sobre los Cristianos que se unen con Cristo tienen ομοήθειαν (omoízia) “moral semejante”. Aquí se refiere de la vida en Cristo, la moral, la conducta ética y la costumbre como cristocéntricas.
La palabra ηθική (izikí) ética la utiliza Aristóteles en sus escritos, los conocidos y llamados “Las Éticas”. Como palabra proviene de la palabra ήθος (izos, conducta moral) y conecta con la palabra έθος (ezos, costumbre) y muestra una conducta de los hombres, la forma de sus vidas y tiene relación con el hábito y la ascesis.
2. Relación entre dogma y moral. 2. Σχέση μεταξύ δόγματος και ήθος
Hay una relación grande entre dogma-término y ήθος (izos) conducta moral, que es igual que la relación que hay entre θεωρία (zeoría, teoría, contemplación, expectación) y praxis (acción). El científico utiliza el experimento y es conducido a un resultado, el cual está contenido en una frase; y a continuación se da la posibilidad en cada hombre tener esta frase como principio para comprobar sólo su experimento. Lo mismo podemos decir también sobre la relación del dogma y la conducta moral. El dogma es la expresión de la experiencia de los glorificados o los que llegaron a la zéosis y se convierte y hace modo de vida, de modo que los Cristianos por la conducta moral lleguen a la θεωρία (zeoría, contemplación, expectación).
Expondré algunos versículos patrísticos para que se vea clara la relación entre dogma y moral – praxis.
San Gregorio de Niza en una de sus epístolas, refiriéndose al mandamiento de Cristo hacia Sus Alumnos, para que enseñaran a todas las naciones “bautizándoles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28,19), dice: “Porque el gobierno de los cristianos lo dividió en dos; el dogma sanador y salvífico lo ha entregado y asegurado por el bautismo; y nuestra vida por la aplicación y el cumplimiento de sus logos, mandamientos”.
Esto significa que el bautismo conecta estrictamente con el cumplimiento y aplicación de los logos, mandamientos de Cristo. Y a continuación escribe que el diablo ha puesto toda su atención en como engañará a los hombres, especialmente al tema del dogma, porque tal y como es de esperar de allí se hace también la alteración de la vida del Cristiano. Por eso san Gregorio de Nicea aconseja a los que se interesan para su sanación y salvación no deben alejarse de la sinceridad y sencillez de los primeros logos, y también deben aceptar “en la psique Padre, Hijo y Espíritu Santo”, que como personas no son una hipóstasis con muchos nombres, sino cada persona de la Santa Trinidad es una hipóstasis (base substancial).
San Cirilo de Jerusalén escribe que: “el modo de piedad fue constituido de estas dos cosas: los dogmas piadosos y las praxis buenas; el Dios no acepta las buenas obras sin los dogmas piadosos.” Es decir, que el Dios quiere del hombre que guarde los dogmas y que tenga buenos actos, o sea, vida verdadera.
Atanasio el Sinaíta escribe que el Cristiano perfecto es la verdadera casa de Cristo, constituido de obras buenas y dogmas piadosos.
San Máximo el Confesor refiriéndose al modo de sanación y salvación del Cristiano, dice que se consigue de tres maneras: a) por el cumplimiento y aplicación de los logos, mandamientos, b) por la conservación de los dogmas y c) por la fe en la Santa Trinidad. Y a continuación, explica que los mandamientos, logos cuando uno los aplica y cumple, separan el nus de los pazos (catarsis), los dogmas nos introducen a la gnosis de los seres o existencias (iluminación) y la fe eleva y conduce al hombre a la zeoría-contemplación de la Santa Trinidad (zéosis o glorificación). En otro punto dice que el Cristo, mediante los mandamientos a los que los aplican y cumplen, les metamorfosea, transforma a hombres apazís (sin pazos), y mediante los divinos dogmas les regala la iluminación de la gnosis inolvidable (increada).
Según san Juan el Sinaíta, el fondo de los dogmas es muy profundo y significa que el dogma no es simplemente una enseñanza teorética, un rol común, sino que en su interior tiene toda una vida. Y a continuación dice que el nus del hisijasta salta y se hunde en los dogmas no sin peligro. Es peligroso para uno nadar con sus prendas, igual de peligroso es cuando uno toque la teología teniendo pazos. Tal y como el nadador debe quitarse la ropa para nadar, así lo mismo también el hombre para poder entender los dogmas debe liberarse de los pazos.
San Gregorio el Sinaíta escribe que: “condición de la ortodoxia es ver, contemplar sanado y lúcidamente y de esto conocer los dos dogmas de las fe, la trinidad y la dualidad”. Hablando sobre la trinidad da a entender al Dios trinitario. “Contemplar y conocer la trinidad en mónada inconfundible, indivisible e inseparablemente” y sobre la dualidad, da a entender las dos naturalezas (divina y humana) en la persona de Cristo, “en una hipostasis-base substancial“. Por lo tanto, conocemos y debemos confesar un Hijo antes y después de la encarnación en dos naturalezas y en dos voluntades la divina y la humana inconfundiblemente glorificado.” Aquí se debe subrayar que estos dogmas, uno puede verlos y conocerlos desde su catarsis-sanación e iluminación, que significa que presuponen sin falta la sanación, pureza y lucidez del corazón y la apocálipsis =revelación de Dios. La aceptación de una enseñanza teorética no es lógica, sino una apocálipsis (revelación) de Dios al hombre, que altera toda su existencia. Y en otro punto escribe que los dogmas ortodoxos constituyen la perfecta doxa-gloria y opinión sobre la verdad de Dios y el conocimiento inequívoco de los seres o existencias.
En realidad, podemos decir que prevalece el renacimiento del hombre, con la Jaris (gracia, energía increada de Dios) y la libertad del hombre, y a continuación el Dios se apocalipta (revela) a sí mismo al hombre. Esto lo vemos en la vida de Moisés, que subió sobre la mongtaña Sinaí, se introdujo en el gnofos (luz que supera a toda luz) de Dios, vio a Dios, el Ser o Existente, recibió la ley y la trajo al pueblo, de modo que el pueblo aplicándola, sea conducido a la visión, expectación de Dios.
San Gregorio de Niza interpreta con esta perspectiva la vida de Moisés en su libro “En la vida de Moisés”. Esto lo vemos también en los Apóstoles, que vivieron tres años cerca de Cristo, puesto que abandonaron toda relación con la vida mundana y tres de ellos llegaron al monte Tabor y vieron la doxa-gloria de Su deidad, pero todos aquellos, excepto Judas, llegaron y vivieron el misterio del Pentecostés. El camino del hombre hacia su kinonía-comunión, unión y conexión con Dios es esto que se llama ética, la cual conecta con la ascética.
Metropolita Ierotheos Vlajos
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