Monday, July 16, 2018

La gran mártir Marina

Santa Marina nació en Antioquía (en Asia Menor, hoy Turquía). Su padre era un sacerdote pagano. Por su ama de leche, Santa Marina conoció la fe cristiana. Fue el tiempo en que el emperador Diocleciano (284 — 305) desató una persecución contra los cristianos. Debido a eso muchos cristianos debieron esconderse en cuevas o en desiertos. Al cumplir 12 años, Marina se bautizó. Cuando lo supo su padre, renegó de ella.

Un día, cuando Marina ya tenía 15 años, estaba cuidando a unas ovejas que pastoreaban. Pasó por el lugar el gobernador de la región, quedó fascinado por la belleza de la joven y le propuso matrimonio. Marina no ocultó que era cristiana. Entonces, el gobernador la entregó al cuidado de una noble mujer. Tenía la esperanza que ésta iba a convencer a la joven a renegar de Cristo. Pero Marina fue firme y se negó a ofrecer un sacrificio a los ídolos.

Entonces la sometieron a las más terribles torturas: la azotaron con varillas, cortaron su cuerpo con tridentes, le clavaron clavos, la quemaron con fuego. Al presenciar tales sufrimientos de la joven, el pueblo lloraba de compasión. La gracia de Dios sanó a Marina de sus heridas, pero los torturadores, pese al milagro, no entraron en razón. Al día siguiente, otra vez le quemaban el cuerpo y luego comenzaron a ahogarla en un gran barril. Durante esas torturas la tierra tembló. De las muñecas de Marina se cayeron las cadenas, sobre su cabeza empezó a irradiarse una extraordinaria luz, dentro de esa luz volaba girando una paloma sosteniendo en su pico una corona de oro. El pueblo asombrado comenzó a glorificar a Dios. El gobernador ordenó ajusticiar a Marina y a todos aquellos quienes creyeron en Cristo. Ese día, junto a Marina, fueron decapitadas 15000 personas. Feotim, un testigo, relató los martirios de Marina. Sus reliquias se encontraban en Constantinopla hasta la conquista de la ciudad por los cruzados en el año 1204. El brazo de Santa Marina se encuentra en el monte Athos en el monasterio de Vatoped. La Iglesia occidental venera a Marina llamándola Margarita de Antioquía. Muchos templos le fueron consagrados. 
 
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Friday, July 13, 2018

El cuidado del alma hace a los hombres buenos y amantes de Dios... ( San Antonio el Grande )

La meditación sobre la vida perfecta y el cuidado del alma hace a los hombres buenos y amantes de Dios. Puesto que el que busca a Dios lo encuentra, vence en todo a la concupiscencia y no se aparta nunca de la plegaria: tales hombres no temen a los demonios.


San Antonio el Grande
 
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Wednesday, July 11, 2018

Dios quiere de nosotros una sola cosa , humildad, nada más. ( San Paisios el Athonita )

Dios quiere de nosotros una sola cosa , humildad, nada más. 
Lo quiere solo para ayudarnos con su Divina gracia, la cual nos la dio a través del Santo Bautismo por Su inexpresable benevolencia, aun antes que hiciéramos algo, antes de que Lo amáramos a El, y antes de nuestras hazañas. La gracia Divina nos ayuda a amar al Señor y a conocerlo. 
El Señor lo realiza todo , solo tenemos que tener humildad, para no interferir con la gracia Divina, y permitirle actuar. Le ponemos obstáculo por falta de nuestra humildad. Una sola cosa es contraria a la gracia Divina , es el orgullo.

San Paisios el Athonita


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Saturday, July 7, 2018

Dios ama al hombre y lo ama en Gran medida ( San Cirilo de Jerusalén )

Dios ama al hombre y lo ama en Gran medida. Porque no digo, he cometido fornicación y adulterio: he hecho cosas terribles, y no solo una vez, sino a menudo: ¿Perdonará? ¿Permitirá el Perdón? Escucha lo que dice el salmista: “¡Cuán grande es la multitud de tu bondad, oh Señor!”


Tus ofensas acumuladas no superan la multitud de las misericordias de Dios: tus heridas no superan la gran habilidad del médico. Sólo abandónate en la fe: cuéntale al médico tu dolencia: di también tú, como David: Dije: Confesaré mi Pecado al Señor; y lo mismo se hará en tu caso, que él dice inmediatamente: Y tú has perdonado la maldad de mi corazón.


San Cirilo de Jerusalén, Catequesis, 2.6.
 
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Wednesday, July 4, 2018

Ábreme las puertas del arrepentimiento, Oh, Dador de Vida! ( San Juan Maximovitch )


Ábreme las puertas del arrepentimiento, Oh, Dador de Vida!

La palabra griega metanoia expresa Arrepentimiento. En el sentido literal, significa un cambio de mente. En otras palabras, el arrepentimiento es un cambio de disposición, de modo de pensar, un cambio del yo interno. Es la reconsideración de los puntos de vista de una persona, un cambio en la vida de la persona.

¿Cómo puede ser esto? De la misma forma que un cuarto oscuro en el que entra un hombre, se ilumina por los rayos del sol. Al mirar a su alrededor, puede observar ciertas cosas pero también hay muchas otras que no ve y que ni siquiera sospecha que están allí. Muchas se perciben de manera bastante diferente de lo que son en realidad. Tendrá que moverse con cuidado, al no saber qué obstáculos pueda encontrar. Cuando el cuarto se ilumine el verá todo con claridad y podrá moverse libremente.

Lo mismo sucede en la vida espiritual.

Cuando estamos inmersos en el pecado y nuestra mente se ocupa solo de los cuidados mundanos no notamos el estado de nuestra mente. Somos indiferentes a lo qué somos en nuestro interior y persistimos en el camino falso sin enterarnos de ello.

Pero luego un rayo de la Luz de Dios penetra en nuestra mente. Vemos la impureza en nosotros! Cuánta mentira, cuánta falsedad! Cuán repulsivas muchas de nuestras acciones resultan ser, creyendo nosotros que eran buenas. Entonces vemos claramente cuál es el sendero verdadero.

Si reconocemos nuestro vacío espiritual, nuestra impureza y con sabiduría deseamos nuestra enmienda – estaremos cerca de la salvación. De las profundidades de nuestras almas exclamaremos a Dios: "¡Ten misericordia de mí, Oh Dios, ten tu grandiosa misericordia!" "Perdóname y sálvame", " Concédeme ver mis propias faltas y no juzgar a mi hermano".

Cuando la Gran Cuaresma comienza, apresuremos a perdonar los daños y ofensas. Que siempre escuchemos las palabras del Evangelio para el Domingo del Perdón: Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. (Mat. 6: 14-15).
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Thursday, June 28, 2018

«¿Qué he de hacer con mis pecados? ( San Teófano el Recluso )

 
«¿Qué he de hacer con mis pecados? ¡No lo sé! Mi mente no encuentra cómo lavarlos, con qué purificarme.

Si quisiera lavarme con las olas, no me alcanzarían los mares, y los ríos serían insuficientes para limpiarme por completo.

Si me lavo con la sangre y el agua del costado del Hijo de Dios, seré purificado y la misericordia divina brotará sobre mí».

San Teófano el Recluso
 
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Monday, June 25, 2018

El Significado de los Cuatro Evangelios


Los cuatro Evangelios, en forma coincidente, narran la vida y las enseñanzas de Cristo Redentor, de Sus milagros, Sus sufrimientos en la Cruz, Su muerte y Sepultura, Su gloriosa Resurrección y Ascensión al Cielo. Recíprocamente, completando y aclarando uno a otro, ellos constituyen un sólo libro completo. Sin contradicciones ni discusiones en lo más importante y básico.

El símbolo habitual que representa a los cuatro evangelios es el misterioso carro que vio el profeta Ezequiel, cerca del río Quebar (Ez. 1:1-28). Este carro contenía a cuatro seres que se semejaban al hombre, león, buey y águila, y eran alados. Estos seres, tomados por separado, se transformaron en emblemas de los Evangelistas. El arte cristiano representa desde el siglo V a Mateo con el hombre o ángel, a Marcos con el león, a Lucas con el buey y a Juan con el águila.

Además de nuestros cuatro Evangelios, en los primeros siglos se conocieron hasta 50 otros escritos, que se denominaban también "Evangelios" y sugerían un origen apostólico. La Iglesia los puso en la lista de "apócrifos," o sea, libros no verificados y rechazados. Estos libros contenían muchas deformaciones de los hechos y relatos dudosos. A ellos pertenecen el "Primer evangelio de Jacobo"; la historia de José, el carpintero; el evangelio de Tomás; el evangelio de Nicodemo y otros. En ellos, entre otras cosas, están relatadas la leyendas relativas a la infancia del Señor Jesucristo.

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