El Padre Serafín discernía los espíritus, predecía el futuro, mantenía relaciones telepáticas con los ermitaños que vivían a millares de kilómetros de distancia, respondía las cartas sin abrirlas jamás. Tenía el don de la levitación y de la bilocación y he aquí que se le acordó el don de hacer milagros y curar a los enfermos. ¿Se regocijó por ello?
"Los verdaderos santos no solamente no desean hacer milagros, sino que, cuando este don les es conferido, lo rehusan. No es sólo delante de los hombres que no quieren este don, sino en lo secreto de su corazón. Si algunos aceptaban este don, era por necesidad... otros por orden del Espíritu Santo que actuaba en ellos, ninguno por azar, sin necesidad."
San Serafim de Sarov
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.