Oh dichoso mártir de Cristo, no quiso dejar Dios oculta tu memoria ni que fuera borrada por el paso de los siglos. Manifestando tu icono en la isla de Rodas, desde allí se extendió la fama de tus milagros por toda la Iglesia Ortodoxa acudiendo los fieles desde todas las partes del orbe a suplicar ante tu milagrosa imagen la salud del alma y el cuerpo, y el remedio de todas las necesidades. Te tenemos como poderoso intercesor nuestro ante Dios y contemplando tus gloriosos martirios: las pedradas, los golpes con las varas, los garfios de hierro que desgarraron tu cuerpo, las quemaduras que te produjeron las antorchas, la prensa que trituró tus huesos, el foso de las fieras salvajes, la losa de mármol con que aplastaron tu cuerpo, las brasas encendidas que pusieron en tus manos, y el horno al que fuiste arrojado, te pedimos que ya que por ellos recibiste la corona inmarcesible y estás en los cielos, junto a los coros de los ángeles y al invicto ejército de los mártires, le supliques a Dios por nosotros. Pídele que nos veamos siempre libres de toda enfermedad y dolencia del alma y del cuerpo; que por tus oraciones podamos vencer a los innumerables enemigos visibles e invisibles que nos acechan; que sean libradas las cosechas de toda plaga y sean derramadas por los cielos las lluvias en los momentos oportunos; cuida de los ganados y libra a los campos del pedrisco y el fuego. Concede fertilidad a las esposas y cuida a los lactantes; guarda a los niños y a los jóvenes. Haz que los esposos sean fieles y consuela a los ancianos. Guarda a la Iglesia en al Santa Fe Ortodoxa, librándonos de todas las herejías y cismas. Protege a los servidores del altar, especialmente a los sacerdotes, líbralos de todo mal y pide para ellos a Dios que los haga dignos pastores del rebaño que les ha sido encomendado. Y a nosotros pecadores que nos postramos ente tu venerada imagen concédenos poder unirnos a la alabanza celestial de los justos ante la Santísima Trinidad, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
Oración Por la Madre de San Fanurio.
Oh glorioso San Fanurio, que según revelaste a un piadoso sacerdote, a pesar de la pureza de tu vida y tu gran devoción y amor a Jesucristo, no pudiste convertir a tu amada madre, que según tu dijiste era una gran pecadora, consolados por la promesa de atender las oraciones de aquellos que rueguen a Dios por ella le pedimos que perdone sus pecados voluntarios e involuntarios y se apiade de su alma, pues sólo Él es misericordioso. Amén.
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.