Nota biográfica
Abba Filotheos Zervakos (1884-1980)
La
patria de Filotheos Zervakos (Constantino
en el mundo), era Pakia, Laconia. Nació en mayo de 1884.
De niño, aprendió las letras sagradas de sus virtuosos padres, y amó a Dios, Su
Ley, a Su Iglesia, la oración, el ayuno, la vigilancia, la quietud, y toda virtud
por encima de los deleites del mundo e incluso de su propia vida.
Como
maestro durante tres años, se mostró como excelente guía hacia Cristo, para
estudiantes, padres y para todos los habitantes del pueblo de Finikion, por su
piadosa y buena forma de vida.
Por
la sabia providencia de Dios, pronto se familiarizó con los sabios en Dios, así
como los santos padres espirituales. Tras completar su servicio en el ejército
terrenal, se alistó en la vida monástica para el ejército celestial de Cristo,
el Rey de todos, por la guía de su padre espiritual, San Nectario el
Taumaturgo. Entró en el virtuoso monasterio de la Santísima Fuente Vivificadora
en Longovarda, Paros. El 29 de diciembre de 1907, fue tonsurado como monje con
el nombre de Filoteos, y al día siguiente fue ordenado diácono. El 22 de abril
de 1912, fue ordenado sacerdote y hecho padre espiritual. El 21 de octubre de
1913, fue ascendido al oficio de archimandrita.
Se
convirtió en higumeno del monasterio de mala gana y a regañadientes, en enero
de 1930, e hizo de él un oasis del amoroso Dios, un faro espiritual y un arca
de salvación para miles de almas.
Durante
aproximadamente unos setenta años, el siempre recordado Geronta Filoteos fue
padre espiritual y guía para miles de almas de toda condición, edad y nivel
educativo. Pasó su vida de forma santa y apostólica, y se mostró como un ángel
consolador, no sólo para el monasterio y la isla de Paros, sino también para
varios miles de cristianos de Grecia y del exterior.
Su
bendito y santo reposo tuvo lugar el 8 de mayo de 1980, en la fiesta del santo
apóstol y Evangelista Juan el Teólogo y San Arsenio el Grande. Fue en busca de
quien había anhelado y para quien fue complaciente durante toda su vida.
Consejos
Paternos
¿Eres
un hijo de Dios?
¡Oh
hombre, si eres un rey, un dictador, un patriarca, metropolita, primer
ministro, ministro, profesor, abogado, mecánico, oficial, doctor, adulto, niño,
hombre, mujer, pobre o rico, si no eres un hijo de Dios, no eres nada. Eres un
cero, una persona miserable, digna de ser llorada! Sin embargo, si eres un hijo
de Dios, eres el hombre más feliz de la tierra. ¡Regocíjate y sé feliz! Y
puedes decir como los santos apóstoles: “Como
pobres, siendo así que enriquecemos a muchos, como que nada tenemos aunque lo
poseemos todo” (2ª Corintios 6:10).
Tengo
a Dios por Padre. ¡Esto es lo más feliz, lo más gozoso, lo más honorable, lo
más glorioso y lo más bendito!…
La Apostasía universal
…
Todos se han extraviado: gobernantes y jerarcas, ministros y generales,
sacerdotes y monjes, oficiales y soldados, cultos e indoctos, ricos y pobres,
adultos y niños, hombres y mujeres. De tal generación y pueblo no esperemos
progreso y perfeccionamiento, sino la espada venidera y la última gran ira, que
vendrá sobre los hijos de la desobediencia (Efesios 5:6; Colosenses 3:6). Así
mismo, hay unas pocas excepciones, y también hay unos pocos elegidos por los
cuales el Señor perdona a muchos pecadores. Pero los elegidos son tan pocos que
temo que no sean capaces de frenar la justa ira e indignación de Dios contra
los pecadores. Y vendrá una gran ira del Señor Todopoderoso y la tribulación
como no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora. Oh pecadores, ¿a
dónde huiremos? Refugiémonos sólo en Dios y estemos listos, porque el fin de la
presente era está próximo.
La vida se asemeja al mar
La
presente vida temporal de la gente se asemeja al mar, y nosotros y toda la
gente somos pequeños barcos. Y así como el barco que navega por el mar no
siempre tiene un tiempo tranquilo, sino que a menudo encuentra fuertes vientos
y grandes tormentas, y corren peligro, así también nosotros, mientras viajamos
por el mar de la vida temporal, a menudo encontramos fuertes vientos, grandes
tormentas, escándalos, tentaciones, enfermedades, aflicciones, preocupaciones y
peligros. Sin embargo, no debemos acobardarnos. Tengamos fe y audacia. Y si la
pusilánime gente de poca fe se acobarda frente a los peligros, clamemos como
Pedro a Cristo, nuestro dulcísimo Dios, que siempre está presente en todo
lugar: “Maestro, sálvanos, pues perecemos”. E inmediatamente nuestro dulce
Jesús extenderá su diestra mano y nos salvará diciendo: “Oh hombres de poca fe,
¿por qué vaciláis? No temáis, pues estoy cerca de vosotros, no me alejaré”.
Cuando
el barco arriba y entra en el puerto, no siente ni temor ni peligro. De esta
forma, sólo cuando alcancemos el remanso tranquilo y sin helor de la vida
eterna, estaremos eternamente a salvo, porque a partir de entonces, toda
perturbación, temor, confusión y peligro cesará. Allí la calma no tiene
turbación, la paz no tiene guerra, la salud no tiene enfermedad, la felicidad
no tiene desgracia, el gozo n tiene tristeza y la vida no tiene muerte. Que el
Padre bondadoso y celestial, “que desea que todos los hombres se salven y
lleguen al conocimiento de la verdad” (1ª Timoteo 2:4), nos conceda también
todos los bienes eternos y el reino celestial.
P.D.
Hemos llegado a días malos y difíciles. La ira del Señor ha llegado. Está
sujetada por las oraciones e intercesiones de Su Santísima Madre y los santos
en el cielo, y de los pocos elegidos de la tierra. En cualquier caso, debemos
estar listos y arrepentirnos para al menos, salvar nuestras almas.
Los Pecados son la causa de las guerras
Encuentro
sólo una única causa para las guerras: los muchos pecados de los hombres. Esta,
por encima de todas, es la razón de las guerras. La infalible boca de nuestro
Salvador Jesús Cristo dice: “Y por efecto de los excesos
de la iniquidad, la caridad de los más se enfriará” (Mateo 24:12).
Comprended
mejor: allí donde hay oscuridad, la luz es ahuyentada; donde hay guerra, el
amor es alejado. Así, el amor fue alejado, despreciado y desterrado por los
hombres de hoy; por tanto, ¿qué va a suceder? Sin duda, sucederá lo que el
apóstol Pablo proclamó: “Pero si mutuamente os
mordéis y devoráis, mirad que no os aniquiléis unos a otros” (Gálatas 5:15).
Los
pueblos civilizados, que están en las gargantas de los otros como bestias
enfurecidas, se consumirán. Si toda transgresión y desobediencia desde el
principio de la creación del mundo recibiera el justo y apropiado castigo,
¿cómo sería posible para nosotros, que hemos descuidado tal salvación, escapar
al castigo legítimo? La gente culpa injustamente a un hombre o a otro como
causas de la guerra; el pecado es la causa que aleja al hombre de Dios. Cuando
los hombres se alejan de Dios, peligra, como dice el Espíritu Santo por medio
del profeta David: “Pues he aquí que cuantos
de Ti se apartan perecerán” (Salmos 72:27).
¡Cómo
perecen! Algunos mediante la guerra, otros mediante el fuego, otros mediante la
carnicería de la espada, otros a causa del hambre, otros a causa de la
enfermedad, otros a causa de los terremotos, otros a causa del ahogamiento, y
también perecen por muchas otras formas. Una de las formas y medio de perdición
para los hombres es la guerra…
Mis
amados, si la gente se hubiera amado entre sí, ¿habría habido guerra? Por
supuesto que no, nunca, pues, ¿quién ama y envidia? ¿Quién ama y recela? ¿Quién
ama y asesina? Nadie, nunca… ¿Quién guarda hoy el mandamiento del Dios-Hombre y
Salvador Jesús Cristo, “Amaos unos a otros”
(Juan 13:34)…. Y especialmente, ¿qué
mandamientos de Dios no son rigurosos? ¿Qué carga es para vosotros el amar a
Dios y a vuestro prójimo?….
Quietud
El
Señor de los ejércitos, que es poderoso y fuerte en las guerras, ayudará a Su
Iglesia y a sus elegidos… Permaneced fieles hasta la muerte para que seáis
dignos de las coronas inmarcesibles…. Que el Dios bondadoso, que dispone todas
las cosas en su amor por la humanidad, ilumine las mentes y los corazones de
los venerables jerarcas y traiga la paz a la Iglesia de Grecia. Que cesen las
divisiones y los escándalos, que cesen la tormenta y las oleadas, y que se
produzca la calma, la paz, la unidad y el acuerdo, y que esa poderosa ira del
Señor, que normalmente cae sobre los hijos de la desobediencia (Efesios 5:6;
Colosenses 3:6), sea contenida… Puesto que no escuchan a Dios, ¿cómo me
escucharán a mí, pecador?.
“Vuélvete,
oh Dios, ¿hasta cuándo?” (Salmos 89:13).
Hasta que las ciudades hayan sido destruidas porque no están habitadas por
hombres, y la tierra se convierta en un desierto; hasta que el Señor se alce y
destruya la tierra, y la anarquía y la maldad derroque los tronos de los
poderosos… Que Dios ilumine al mundo entero y que la gente llegue al
conocimiento y esté en paz.
Consejo a un Sacerdote
….
“El sacerdocio se administra en la tierra pero tiene el rango de las huestes
celestiales”, según el divino Crisóstomo. Y Según Isidoro de Pelusia, “un
sacerdote es un ángel del Señor Todopoderoso”. Por lo tanto, así como la
dignidad del sacerdote es grande y sublime, así también debe ser el sacerdote
grande y sublime en virtud, no en orgullo, sino en la humildad que exalta, en
mansedumbre, inocencia, pureza, castidad, templanza, entendimiento y prudencia.
Son
necesarios el temor de Dios, una gran atención y la oración incesante. Si los
jerarcas y sacerdotes fueran como los define el divinamente inspirado apóstol
Pablo y como Dios quiere que sean, o en otras palabras, una luz para el resto
de la gente, y sus obras resplandecientes, la gente vería las buenas obras de
los jerarcas y sacerdotes y glorificarían al Padre celestial. No Lo insultarían
o blasfemarían contra Él, sino que vivirían en la tierra como los ángeles en el
cielo. Desafortunadamente, la luz se ha convertido en oscuridad (con raras
excepciones), y la oscuridad se ha vuelto tan grande que la gente, en su
ceguera total, cae unos encima de otros y son aplastados.
Nuestro
Señor Jesús Cristo dijo a los apóstoles y sus sucesores: “Así
brille vuestra luz entre los hombres, de modo tal que, viendo vuestras buenas
obras, glorifiquen a vuestro Padre del cielo” (Mateo 5:16).
La
mayoría de jerarcas y sacerdotes velan para que sus altares dorados, vestiduras
y ornamentos brillen, pero no sus obras. No estoy diciendo que el jerarca o el
sacerdote deba ser sucio, inmundo y descuidado, ¡ni mucho menos!. Debe ser
correcto y limpio, como un ministro, siervo y representante del Rey celestial,
y no sólo debe presumir de tener vestiduras sobre él, sino también de tener
obras resplandecientes y complacientes a Dios. Esforzaos por andar dignamente
en la vocación a la que habéis sido llamados. No prestéis atención a la
mayoría, sino a los pocos y elegidos. No caminéis por el camino amplio y
espacioso que conduce a la perdición, sino por el camino estrecho y penoso, que
pocos caminan y que conduce a la vida. De esta forma agradaréis a Dios y a los
ángeles, y os beneficiaréis a vosotros mismos y también a vuestros hermanos
cristianos….
Consejo a un Diácono
….Cuando
fui ordenado diácono y sacerdote, fui a Egina, donde vivía mi padre espiritual
San Nectario. Le pedí que me bendijera, y me diera los consejos necesarios.
Siempre los recuerdo y nunca los olvidaré. En primer lugar, se quitó la cruz de
madera, que siempre llevaba consigo, e hizo la señal de la cruz sobre mí.
Entonces, levantó su mano derecha y me bendijo, diciéndome: “Sé
siempre un amante de Dios (Φiλόθεος), y
humilde. Estos dos consejos te doy para que siempre seas “philotheos” (Amante
de Dios), durante toda tu vida, esto es, amar a Dios y ser humilde. “Si amas a
Dios, Que es amor, Dios permanecerá contigo y tú con Dios. Y cuando Dios está
contigo, no temes a nadie. Si Dios está con nosotros, nadie está contra
nosotros, y el Espíritu del Señor descansará en el corazón de los humildes.
Donde hay humildad, huye el orgullo; donde está Cristo, el diablo huye. Sobre
estos dos mandamientos y virtudes dependen toda la Ley y los Profetas.
Sobre los Maestros
…
También me escriben sobre cómo va la escuela _ ¿están los niños bien educados?
¿Tienen temor de Dios los profesores, maestros y el director? Para que los
niños sean buenos, deben tener buenos maestros, y especialmente en esta malvada
generación de hoy en día. Un proverbio dice: “Con el maestro que te sientes,
tales son las letras que aprenderás”, y es realmente cierto que las buenas
lecciones proceden de los buenos maestros. Los buenos maestros y los
estudiantes no son aquellos que enseñan y son enseñados con simples letras,
sino los que tienen temor de Dios y fe ortodoxa, verdadera, pura y ferviente. Pues
el principio de la sabiduría no son las letras, sino el temor de Dios (Salmos
110:10), y el principio, mitad y fin de la salvación es la fe celosa, ortodoxa,
firme e inquebrantable, una fe expresada mediante obras. Para cualquiera es
posible tener mucho conocimiento académico y de libros, y conocer todas las
lenguas, pero si no tiene fe es un cero, una bestia, un inservible, sin fruto,
perjudicial tanto para sí mismo como para otros. Para cualquiera es posible ser
un iletrado, pero si tiene temor de Dios y fe verdadera, es el más sabio de
todos y superior a todos. Los santos apóstoles eran iletrados, pero tenían
temor de Dios y fe, y llegaron a ser muy sabios. Los sumos sacerdotes, escribas
y fariseos eran educados, pero puesto que ni tenían temor de Dios ni fe, se
convirtieron en los más insignificantes, los más locos e imprudentes de todos….
Consejos para un estudiante
….
“Continúa tu instrucción y no mires lo que hace esta o
aquella persona; sólo pon atención a ti mismo” (Deuteronomio 15:9, Septuaginta).
Si
muchos de tus compañeros de estudios son lascivos, impíos, blasfemos y
rebeldes, no los imites. Cuando el Señor envió a Sus discípulos al mundo para
predicar el Evangelio, les dijo: “Mirad que Yo os envío
como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, prudentes como las serpientes y
sencillos como las palomas” (Mateo 10:16).
Y
tú, hijo mío, eres como una oveja en medio de los lobos: sé sabio y no dejes
que la maldad de los depravados, lascivos e impíos te influencie. Imita a la
abeja que recolecta miel, que conoce muchos lugares impuros, malolientes y
sucios, pero no se detiene en ellos. Selecciona las flores fragantes y elige
los arbustos y árboles, y recoge la miel y la cera fragante y aromática. Si ves
a alguien bueno, sabio, piadoso y virtuoso, imítalo y acompáñalo. Al que veas
que es lascivo, sucio, impío, blasfemo, orgulloso, envidioso y vengativo, no te
acerques a él y no lo acompañes, mas no le busques fallos, pues Cristo dijo: “No
juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados, absolved,
y se os absolverá” (Lucas 6:37). Ama,
respeta y cuida de tus padres, así como de tus hermanos. Si no te escuchan, y
te desprecian, entonces no les digas nada. Sólo reza para que el Señor los
ilumine para que estén en paz unos con otros. Reza también al Señor para que
conceda la paz al mundo entero y para que podamos ser considerados dignos del
cielo y de la vida venidera y del reino. Amén.
Consejo a una hija
….
Dios glorificó y honró a las madres de los santos Basilio, Crisóstomo, Gregorio
y Atanasio, y a otras, tanto en la tierra como en el cielo, porque fueron
modestas y honradas, humildes y prudentes desde que eran niñas. Fueron
beneficiosas para sus familias, para la sociedad y para sus patrias, y serán
beneficiosas para todas las generaciones con sus buenos y brillantes ejemplos.
Cuando
se os informe de que he partido de esta vida temporal y de la patria, suplicad
a Dios para que me establezca, a mí pecador, en los tabernáculos de los
salvados, los elegidos y Sus santos. Por otro lado, cuando encuentre allí un
lugar, le pediré al Altísimo y Bondadoso Dios que podáis venir y encontrarme,
para que podamos estar juntos con los santos, cerca de Dios, y podamos ser
herederos de Su Reino (Santiago 2:5) y disfrutar de los bienes eternos del
paraíso y de la Jerusalén celestial (Gálatas 4:26).
Consejos saludables
Mi
primer consejo, o mejor dicho, mandamiento de Dios, es que améis a Dios con
toda vuestra alma, corazón, mente y fuerza (Mateo 22:37; Marcos 12:30; Lucas
10:27). Para que seamos capaces de amar a Dios, debemos esforzarnos, porque las
cosas buenas se adquieren con trabajo y fatiga (Mateo 11:12; Lucas 16:16)… Dad
gracias a Dios por todas las cosas buenas que os da, y con mayor razón, porque
Él os iluminó para llegar al conocimiento de Él, y os apartó del engaño del
maligno.
Mi
segundo consejo es que améis a vuestro prójimo como a vosotros mismos (Mateo
5:39-48; Lucas 6:27-36). Amad incluso a vuestros enemigos según el mandamiento
del Señor. Haced el bien a los que os hacen el mal. Amad y ayudad a los pobres
tanto como os sea posible… Mi tercer consejo es que no condenéis a ninguno de
los que pecan, porque el Señor dijo: “No
juzguéis, y no seréis juzgados” (Lucas 6:37).
Si
veis a alguien pecando y percibís que os pueda escuchar, aconsejadle que deje
de pecar… Evitad tener relación con la gente mala, impía y pervertida. Mi
cuarto consejo es que vayáis regularmente a la iglesia y recéis regularmente:
mentalmente, cuando estéis andando o trabajando, diciendo “Señor Jesús Cristo,
ten piedad de mí”, “Gloria a Ti, oh Dios”, “Santísima Theotokos, ayúdame”, y
otras oraciones que sepáis. Estudiad las Santas Escrituras y las obras de los
santos padres. Tened siempre presente a Dios, la muerte, el juicio, el paraíso
y el infierno.
Tales
pensamientos, recuerdos y reflexiones como estas no permiten al hombre pecar
fácilmente. Y en general, haced todo lo que sea honesto, puro, justo y de buen
nombre (Filipenses 4:8). También, instruid a los que os escuchen para que
puedan progresar y les sea concedida la vida eterna y el reino. Que todos
puedan alcanzar este Reino.
Arrepentimiento
….Como
padre espiritual te aconsejo, cuando peques, que tengas cuidado de no
desesperar, sino de acudir al médico espiritual para confesar y buscar una
cura: la misericordia de Dios. El Señor vino al mundo para salvar, no a los
justos, no a los que son sanos en su alma, sino a los pecadores, a los que
están enfermos. Él recibirá a estos con gran amor y misericordia como recibió
al hijo pródigo, a la prostituta, al ladrón, al publicano y a millones de
pecadores que fueron salvados por el arrepentimiento y la confesión. Os doy
este consejo paternal: nunca, nunca desesperéis cuando pequéis, sino tened
confianza y esperanza en la inconmensurable misericordia de Dios. Arrepentios y
confesad, y seréis salvados. La gracia (increada), la paz, la misericordia y la
bendición de Dios, la protección y ayuda de la Toda Santa, y de todos los
santos, y mi bendición, esté con vosotros.
El Padre Espiritual
El
padre espiritual debe ser erudito, sabio, discernido, experimentado y prudente.
Debe tener al Espíritu Santo para orientarle sobre cómo cuidar y sanar las
almas de los pecadores. Por encima de todo, debe tener amor y cuidado amoroso
por aquellos a los que confiesa. Tales padres espirituales, aunque muy
raramente hoy en día, existen. Cualquiera que se esfuerce por encontrarlos, es
capaz. Lo que sea esto, la ira de Dios y abandono nuestro, no lo sé… Predicar
es bueno y necesario, pero los padres espirituales virtuosos son más
necesarios. El padre espiritual es el que nos lavará del fango del pecado, limpiará
nuestras heridas, nos dará las medicinas para nuestra salvaguarda, la cura y la
salud del alma, y nos reconciliará y nos unirá con Dios… Si no deseamos pecar,
debemos recordar la muerte y reflexionar sobre que Dios está ante nosotros… El
padre espiritual no sólo debe estar limpio y libre del pecado, sino que también
debe tener el don de discernimiento, porque el conocimiento espiritual difiere
de la medicina como el alma difiere del cuerpo….
Verdadero Arrepentimiento
Los
signos del verdadero arrepentimiento son un profundo sentimiento, contrición y
dolor de un corazón (2ª Corintios 2:4; 7:10), que se lamenta porque por el
pecado ha entristecido y enfurecido a un Padre amoroso, el Dios que ama tanto a
la humanidad. Otros signos son los suspiros, las oraciones, los ayunos, las
vigilias y las lágrimas. Este arrepentimiento es genuino y verdadero. Este
arrepentimiento es beneficioso: otorga la remisión al pecador. En un momento,
lo cambia de pecador a hombre justo, y de enemigo a amigo e íntimo de Dios.
Debemos tener tal arrepentimiento cuando pequemos. El profeta y rey David
mostró tal arrepentimiento, como también lo hicieron los apóstoles Pedro y
Pablo, y muchos otros. Por el arrepentimiento, no sólo fueron salvados, sino
que muchos fueron santificados, y la Iglesia honra y celebra su memoria.
La curación del alma
Cualquier
enfermedad tiene relación con el cuerpo del hombre, y por eso los pecados
tienen relación con el alma. Cuando alguien que tiene una enfermedad corporal
se refugia en el médico de los cuerpos, revela sus dolencias corporales
recibe las medicinas necesarias y apropiadas para su cura. De la misma forma,
el que tiene pecados, es decir, la enfermedad del alma, debe acudir al médico
del alma, el padre espiritual, y revelar sus pecados, es decir, la enfermedad
de su alma. Y recibirá de él las medicinas que son apropiadas, necesarias y
capaces de curar la enfermedad de su alma.
El
médico no cura todas las enfermedades del cuerpo, porque también existen
enfermedades incurables. Sin embargo, el médico espiritual cura todas las
enfermedades del alma fácil y rápidamente, y sin dinero, siempre y cuando el
pecador las confiese y se arrepienta. Entonces, será curado instantáneamente, y
de ser un pecador se convertirá en un justo…. Os aconsejo que, así como os
esforzáis por encontrar el médico más apropiado para el cuerpo, también hagáis
esto cuando se trate de elegir a un padre espiritual.
Falso Arrepentimiento
Así
como el árbol es conocido por sus frutos, así también es el arrepentimiento. Un
signo de un falso arrepentimiento es cuando el arrepentimiento tiene lugar
involuntariamente, por necesidad, sin pena ni dolor de corazón, sin contrición
ni sentimiento, sin suspiros ni lágrimas. Tal arrepentimiento fue mostrado por
el Faraón, que se arrepentía en cada plaga que venía sobre él, pero tan pronto
se alejaba la plaga, se volvía a mostrar impenitente. Tal falso arrepentimiento
fue mostrado por los judíos, que se arrepentían y se acordaban de Dios en los
desastres y las desgracias. Sin embargo, tan pronto como pasaban los desastres,
volvían a olvidar a Dios. Hoy en día, mucha gente tiene también tal
arrepentimiento: cuando están en peligro o en un desastre, se arrepienten y
buscan el perdón, pero tan pronto como se aleja el peligro, también se aleja el
arrepentimiento. Tal arrepentimiento no sirve de nada.
Consejos
Te
felicito, hijo mío, por amar y añorar la patria. Según los antiguos filósofos,
esta es la más honrosa, decente y santa de todas las virtudes…. Los filósofos
más recientes solían decir: “lucha por la fe y la patria”.
El
primer bien es la fe y el segundo es la patria. Mi amado hijo, ama primero a
Dios, después a la Theotokos, en tercer lugar a tus padres, hermanos y amigos,
y a todo el pueblo, incluso a tus enemigos, en cuarto lugar la fe, y en quinto
lugar la patria.
Aquellos
que dicen que en cualquier tierra que se esté, allí también está la tumba,
aparentemente no aman a su patria. Aman lo material, el mundo, la vanidad y las
riquezas más que a su patria e incluso a su propia fe…. Que la gracia
(increada) de Dios te proteja y preserve de todo peligro, y te ilumine y te
guíe a todo lo bueno, para que puedas honrar y beneficiarte a ti mismo, a tu
familia, a tu sociedad y a tu patria.
Sé Paciente
Vi
tu gran tristeza y los problemas que estás sufriendo por tu marido. Como tu
padre espiritual, me compadecí de ti y me afligí por ti. Te aconsejo, si
quieres ser salvada, que seas paciente. Este es el consejo de nuestro dulcísimo
Jesús Cristo: “el que perseverare hasta el fin, ese será
salvo” (Mateo 10:22; 24:13; Marcos 13:13).
Escucha, hija mía, lo que tu marido te diga, si te maldice, o te golpea, o si
blasfema; sopórtalo y ruega y suplica a Dios que lo ilumine para que se
arrepienta y lo perdone. No tengas malicia con él. E, hija mía, cuando pongas
toda tu fe, esperanza y amor sobre Dios, y continúes siendo paciente y rezando…
como Cristo rezó por los que le crucificaban, Dios recibirá tu oración y te
librará de la gran prueba y la aflicción. Serás salvada y se te otorgará el
reino del cielo… Haces bien, hija mía, en estudiar libros religiosos. Estudia
siempre, pues la lectura de las Santas Escrituras no es sólo el consuelo, sino
la salvación de nuestras almas. San Juan Crisóstomo dice: “leer las divinas
Escrituras abre el cielo”. Y nuestro Señor Jesús Cristo nos instruye: “Escudriñad
las Escrituras, ya que pensáis tener en ellas la vida eterna: son ellas las que
dan testimonio de Mí” (Juan 5:39).
Varios
La
labor que estáis haciendo es espiritual, pero forzaos por estudiar uno o dos
capítulos de las Santas Escrituras, las vidas de los santos, los escritos
patrísticos y a los otros maestros de la Iglesia. Así mismo, no descuidéis la
obligación de la oración y el ayuno y la restricción según vuestras fuerzas, y
sobre todo por encima de vuestras fuerzas, pues el reino del cielo sufre
violencia, y los que usan violencia se apoderan de él… (Mateo 11:12; Lucas
16:16).
Una enfermedad satánica
….
La enfermedad de tu hija no se sanará ni por médicos, ni mediums, ni magos ni
brujas. Será sanada por Cristo, la Toda Santa Theotokos, los santos, la
oración, y los ayunos, las lágrimas y la fe. Si la mitad del dinero que diste a
los médicos, la dieras a los pobres y les dijeras que rezaran por tu hija, hoy
ya estaría bien. Esto es un gran pecado, porque abandonaste a Dios, a la Toda
Santa Theotokos y a los santos, y buscaste ayuda en los agentes del diablo.
Como tu padre espiritual, te aconsejo (porque te amo y me compadezco de ti),
que te arrepientas y busques el perdón de Dios con verdadero arrepentimiento,
ayunando según tus fuerzas, y suplícale, así como a la Theotokos, con ferviente
oración, que la sane. Entonces Dios, que es rico en compasión, tendrá piedad de
ti y la sanará…. No lo dudes. Sé paciente y cree, y nuestra amada hija será
sanada.
Falsos Cristianos
Otros
nuevamente, cuando caen enfermos y piden a Dios que los sane, y no reciben
inmediatamente su curación, abandonan a Dios y se refugian en los magos, las
brujas y los gitanos, para que les revelen su fortuna o los curen. En otras
palabras, hacen a los magos superiores a Dios, y creen que Dios no es capaz de
sanarlos y que los gitanos los sanarán. Y nuevamente otros, cuando pierden algo,
corren a pedir ayuda a los mediums y a los espiritistas, refugiándose, en otras
palabras, en el diablo, porque los espíritus, a los que los espiritistas
llaman, son espíritus malignos, y se comunican y conversan con demonios, que
son los que los engañan…. Te pregunto, ¿pueden tales cristianos ser llamados
tal vez, y ser hijos de Dios?. ¡Nada de eso!. Tales personas pueden ser, tal
vez, llamados hijos del diablo.
Quitando hechizos
Con
relación a este penoso y triste estado que el diablo y sus siervos crearon para
vosotros: todos los que lanzan hechizos mágicos o acuden a los magos y,
motivados por la envidia, les piden que hagan daño a la gente, son siervos de
Satanás. Vosotros haréis lo siguiente: refugiaos en Dios, todos vosotros, tanto
tu marido como tus hijos, por medio de la oración. Dios es más poderoso que el
diablo y todo el mundo, al cual puede aplastar en un momento, así como a todos
los que obran el mal.
Levantaos
todos, tanto tu marido y tus hijos, y arrepentios, porque todos pecamos. Después
de que vayáis a confesaros, haced un oficio de unción, y a quienquiera que el
padre espiritual lo permita, que reciba la comunión… Que cada uno pida a Dios
que aleje la tentación. Y el maligno huirá si hay amor y humildad. Si allí hay
odio y maldad, no huirá, sino que construirá un nido. Donde hay amor y
humildad, el diablo huye y Dios mora allí.
Debemos
pedir más a menudo la ayuda de Dios.
Os
aconsejo que os refugiéis más a menudo y busquéis la ayuda de la Santísima
Theotokos y de todos los santos. Por otro lado, no se nos prohíbe buscar la
ayuda y mediación de la gente, pero debemos recurrir más a la ayuda de Dios.
Cualquier cosa que Le pidamos nos la dará, siempre y cuando sea para beneficio
de nuestras almas… Así mismo, estudiad tanto como podáis; es bueno y necesario
para nosotros pedir la ayuda de Dios y de los hombres, pero no desdeñemos
tampoco ofrecer lo que sea necesario de nosotros…
Que
el Señor os proteja y os preserve de los enemigos visibles e invisibles, y que
os fortalezca, os sostenga, os ilumine y os guíe para hacer Su santa voluntad.
Sed luz, vida y sal para los que están en la oscuridad, y guiad a muchos al
camino de la luz y la verdad.
Curar Una Enfermedad Demoníaca
El
único médico para la enfermedad que estáis experimentando y sufriendo, es
Cristo, el Salvador y Redentor del mundo, y Su compasiva Madre,
la Theotokos, la salvación de los pecadores que se
arrepienten. La enfermedad que todos los de la casa estáis sufriendo es
demoníaca… Pero nuestro Dios, que ama a la humanidad, nos dio armas con las que
luchar y ahuyentar al diablo. Él nos dio el ayuno y la oración. Cristo dijo que
esta clase de demonio, sólo se aparta con ayuno y oración (Marcos 9:29). Antes
de ir a dormir cada noche, con atención, fe, piedad y compunción, decid: “En el
nombre del Padre, y del Hijo…..”, luego el Trisagio, “Santísima Trinidad”, el
“Padre Nuestro”, y luego “ten piedad de mi, oh Dios”, “Creo en un solo Dios”,
“Mi esperanza es el Padre…”, “Virgen Theotokos”,
y la oración del ángel, “Oh santo Ángel…”.
A
parte de esta oración, decid también las oraciones: “Señor Jesús Cristo, Hijo
de Dios, ten piedad de nosotros”, “Gloria a Ti, oh Dios”, “Señor, ten piedad”,
veinte veces, y “Oh Cruz, guardiana del mundo”. Pedid al sacerdote que ofrezca
el oficio de la bendición de las aguas y asperje toda la casa por dentro y por
fuera, y también vuestra ropa y zapatos que rompe el demonio… Dios también nos
dio fe, humildad y amor a Dios y al prójimo contra el diablo… “El
Señor conserva a todos los que le aman, y extermina a todos los impíos” (Salmos
144:20).
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