Si te tornas orgullosos cuando recibes lo que pediste en oración, entonces es obvio que tu oración no era a Dios, y no recibiste ayuda de El, sino que los demonios estaban trabajando contigo con el fin de engrandecer tu corazón. Pues cuando la ayuda proviene de Dios, el alma no se engrandece, sino que se hace más humilde, y es maravillada por la gran misericordia de Dios, cuan grande es para los pecadores.
San Barsanufio el Grande
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