INSTRUCCIONES DEL FINAL DE LOS TIEMPOS por San Ambrosio de Óptina(+1891)
San Ambrosio (también conocido como staretz Ambrosio) es uno de los starets más conocidos de Optina. La Iglesia Ortodoxa Rusa le declaró santo en 1988 y su memoria se celebra el 10 de octubre.
Hijo mío, sé que en los últimos días llegarán tiempos difíciles; y como dice el Apóstol, he aquí, debido a la falta de piedad, aparecerán en la iglesia distintas herejías y cismas; y tal como predijeron los Santos Padres, en ese tiempo en el trono de los Jerarcas y en los monasterios no habrá ningún hombre probado y experimentado en la vida espiritual. Por lo cual, las herejías se extenderán por todas partes y engañarán a muchos. El enemigo de la humanidad actuará con habilidad, y en la medida de lo posible, intentará conducir a la herejía incluso a los elegidos. No comenzará por destruir los dogmas de la Santísima Trinidad, la divinidad de Jesucristo, o de la Theotokos, sino que imperceptiblemente comenzará a distorsionar las enseñanzas de los Santos Padres, a introducir otras palabras en las enseñanzas de la Iglesia misma. La astucia del enemigo y sus “vaivenes” (idas y vueltas) son observados por muy pocos, sólo por aquellos que son más experimentados en la vida espiritual. Los herejes se harán cargo de la Iglesia, en todas partes, y elegirán a sus siervos, y la espiritualidad se abandonará. Pero el Señor no dejará a sus siervos sin protección. En verdad, su labor principal es la persecución de los verdaderos pastores y sus prisiones; porque si no hacen eso, el rebaño espiritual no caería jamás en las garras de la herejía. Por lo tanto, hijo mío, cuando veas en las Iglesias que se burlan del acto Divino, de las enseñanzas de los Santos Padres, y del orden establecido por Dios, debes saber que los herejes ya están presentes. Ten en cuenta también que, durante algún tiempo, podrían ocultar sus demoniacas intenciones, o podrían deformar la fe divina encubiertamente, de modo que triunfaran mejor al engañar y embaucar a los inexpertos.
Ellos perseguirán a pastores y siervos de Dios por igual, pues el diablo que está dirigiendo la herejía no puede soportar el orden Divino. Como lobos en piel de oveja, serán reconocidos por su naturaleza jactanciosa (de vanagloria), por el amor al deseo/avaricia y la codicia por el poder. Todos ellos serán traidores, causando el odio y la maldad en todas partes; es por ello que el Señor dijo que podríamos reconocerlos fácilmente por sus frutos. Los verdaderos siervos de Dios son mansos, amantes de sus hermanos y obedientes a la Iglesia (orden, tradiciones).
En aquel tiempo los monjes soportarán grandes presiones de los herejes, y se mofarán de la vida monástica. Las familias monásticas se empobrecerán, el número de monjes se reducirá. Los restantes sufrirán violencia. Estos enemigos de la vida monástica, que simplemente tienen apariencia de piadosos, se esforzarán por atraer (y preparar) monjes a su lado, con la promesa de protección y de bienes materiales (comodidades), y sin embargo amenazarán con el exilio a aquellos que no se sometan. A causa de estas intimidaciones (amenazas), los débiles de corazón serán muy humillados (atormentados).
Si vives para ver ese momento, alégrate, pues en ese momento los fieles que no posean otras virtudes, recibirán coronas por el solo hecho de permanecer firmes en su fe, conforme a las Palabras del Señor: “A todo aquel que me confiese delante de los hombres, Yo también lo confesaré delante de mi Padre celestial”(Mateo 10:32). Teme al Señor, hijo mío, y no pierdas esta corona para no ser rechazado por Cristo en la oscuridad total y el sufrimiento eterno. (de acuerdo a las Palabras del Señor: “mas a quien me niegue delante de los hombres, Yo también lo negaré delante de mi Padre celestial” (Mateo 10:33). Permanecer valientemente en la fe, y si es necesario, soportar con alegría persecuciones y otros problemas, pues sólo el Señor permanecerá por ti … y los santos Mártires y Confesores vigilarán con alegría vuestra lucha.
Pero, en esos días, ¡ay de los monjes atados a las posesiones y a la riqueza, y que, por el bien del amor a la comodidad, aceptan someterse a los herejes. Ellos tranquilizarán sus conciencias diciéndose: Vamos a salvar al monasterio, y por eso el Señor nos perdonará. Desgraciados y cegados, no piensan en ningún momento que a través de las herejías y de los herejes, el demonio entrará en el monasterio, y entonces, ya no será más un santo monasterio, sino paredes desnudas de las cuales la Gracia partirá para siempre.
Pero Dios es más poderoso que el diablo, y nunca abandonará a Sus siervos. Siempre habrá verdaderos cristianos, hasta el fin del tiempo, pero elegirán lugares solitarios y desérticos (deshabitados). No temas las dificultades, sino que teme la perniciosa herejía, ya que expulsa la Gracia, y nos separa de Cristo, razón por lo cual Cristo nos mandó sopesar al hereje y tenerle por gentil y publicano.
Así pues, Fortalécete, hijo mío, en la Gracia de Cristo Jesús. Con alegría, apresúrate a confesar y a soportar el sufrimiento como al buen soldado de Jesús Cristo al que se le dijo: “Sé fiel hasta la muerte, y Yo te daré la corona de la vida.”(Apoc. 2:10)
Recurso: : St. Ambrosy, Elder of Optina, “End Times and Now Collection of Writings”
http://cristoesortodoxo.com/2014/07/23/profecia-de-san-ambrosio-de-optina/
Alguien preguntó como hay que rezar. El staretz le dijo: “Con el sentimiento de que eres un niño pequeño, y que Dios es tu Padre. Después de eso, empieza a hacer tus demandas. Si lo que pides parece ser necio, no estés triste, pues el Señor no se encolerizará contra ti.
Él mira tu corazón y te concede aquello que realmente necesitas, lo que es mejor para ti. Lo mismo sucede con un niño que pide a su padre que le compre una motocicleta, porque piensa que ya es mayor. Pero su padre tiene miedo que su hijo pueda herirse, así que rechazará la compra de la motocicleta, solo para comprarle más tarde un coche”.
San Paisios del Monte Atos
http://cristoesortodoxo.com/2012/05/08/pequenos-escritos-del-staretz-paisios-del-monte-atos-como-rezar/

Desgraciadamente, hoy en día, la cortesía europea ha llegado e intenta mostrarse gentil. Quieren mostrar su superioridad, y finalmente acaban por adorar al diablo de dos cuernos. “Una sola religión, os dicen, debería existir”, y lo nivelan todo.
Algunos vienen también a verme y me dicen: “Todos los que creen en Cristo deberían creer en una sola religión”. Y yo les digo: “Ahora, es como si me dijeseis, a propósito del oro y del cobre, que el oro de tantos quilates y tal cantidad de cobre, que han sido separados, hay que unirlos y no hacer más que uno solo.
¿Es correcto mezclarlos de nuevo? Preguntadle a un joyero. ¿Es apropiado mezclar la basura y el oro? Ha sido echa tanta lucha para destilar un dogma.” Los Santos Padres debían saber algo para impedir las relaciones con los heréticos.
Hoy, dice: “Debemos orar conjuntamente, no solo con los heréticos, sino también con los budistas y los adoradores del fuego, y los adoradores del demonio. Los ortodoxos deben igualmente estar presentes en la oración común y en sus conferencias. Es una presencia …” ¿Qué presencia? Lo resuelven todo con la lógica y justifican lo injustificable.
El espíritu europeo estima que incluso las cosas espirituales pueden, igualmente entrar en el Mercado común. Algunos ortodoxos que son poco profundos y que desean hacer promoción, “una misión”, organizan conferencias con los heterodoxos para crear sensación, creyendo que de esta forma favorecen a la Ortodoxia, llegando a ser, por así decir, un gulash húngaro con los falsos creyentes.
Después, los súper celotes se apoderan del otro extremo, blasfeman también contra los misterios de los Nuevos Calendaristas, y escandalizan profundamente las almas que tienen piedad y sensibilidad ortodoxa.
Por otra parte, los heterodoxos vienen a sus conferencias, actúan como maestros, toman cualquiera que sea el bien espiritual que encuentra en la Iglesia ortodoxa, y lo transforman, dándole su propio color y marca y lo presentan como un prototipo.
Y el mundo contemporáneo extranjero es tocado por cosas extrañas y es destruido espiritualmente. El Señor, sin embargo, en el momento oportuno, presentará a los santos Marcos Eugenikos y a los Gregorios Palamás que reunirán a todos nuestros hermanos profundamente escandalizados, para confesar la fe ortodoxa y reforzar las tradiciones de la Iglesia, dando un gran júbilo a nuestra Madre la Iglesia.
http://cristoesortodoxo.com/2012/05/19/pequenos-escritos-del-staretz-paisios-del-monte-athos-las-oraciones-comunes/
Muchos rezos y ayunos, sin amor a los enemigos, no pueden dar paz al alma. Y yo lo digo solamente, porque Dios me enseño esta clase de amor.
Al hermano hay que persuadir y convencer con dulzura y amor. Si tu alma se pone orgullosa, humillas en ella a tu hermano, o lo desprecias, hablando mal de él, o lo persuadís sin amor, o si comes mucho y rezas sin gana, — por todas estas cosas se pierde la paz interior.
Para empezar, hay que obligarse a querer a los enemigos, y así adquiriremos paz espiritual, ya que con el odio perderemos paz y Dios se alejara de nosotros.
San Siluan el Athonita
Cuida que los demonios salvajes no te engañen mediante una visión cualquiera; permanece atento y recurre a la oración. Invoca a Dios: si tu pensamiento está con Él, Él mismo te iluminará.
Y si no, rápidamente aleja de ti al seductor. Y anímate porque los perros no permanecerán de pie si has hecho con ardor tu súplica a Dios.
Ya que, de inmediato, vencidos invisiblemente y a escondidas por la potencia de Dios, serán echados muy lejos.
San Nilo el Asceta
Es imposible para el hombre volverse bueno y sabio en un instante: esto se logra con un fatigoso ejercicio, un modo de vida oportuno, experiencia, tiempo, práctica y un gran deseo de obrar el bien.
El hombre bueno y amante de Dios, el hombre que verdaderamente conoce a Dios, no cesa de hacer lo que agrada a Dios, sin poner límites. Pero de tales hombres hay pocos.
San Antonio

¿Quién no sabe que el hombre fue creado para la comunidad y no para ser un salvaje o solitario? No existe cosa que mejor pueda corresponder a nuestra naturaleza, que la vida en común, y nuestra ayuda y amor a la gente.
Cuando Dios primero nos dio la semilla, entonces juntamente deseó que diera los frutos, diciendo: "Les doy un mandamiento nuevo: Ámense los unos a los otros. como yo los he amado, así también ámense los uno a los otros" (Jn. 13:34). Deseando exhortarnos al cumplimiento de este mandamiento, como testimonio de sus discípulos, no pidió milagros o señales extraordinarias (aunque y para esto el Espíritu Santo nos da la fuerza), sino la que nos dice: "Por el amor que se tengan los unos con los otros reconocerán todos que son discípulos míos" (Jn. 13:35). Y así todos los renglones de estos mandamientos resumió en aquel que las buenas obras hechas al prójimo, se comunican sobre el mismo, y finalmente agrega: "Les aseguro que cuando dejaron de hacerlo con uno de estos pequeños, dejaron de hacerlo conmigo" (Mt 25:45). Así pues con el primer mandamiento se puede observar el segundo, y por el segundo volver al primero. Con el amor al Señor, amar al prójimo: "El que me ama, se mantendrá fiel a mis Palabra. Mi Padre lo amará y mi Padre y yo vendremos a él y viviremos en él" (Jn. 14:23). y otra vez dice el Señor: "Mi mandamiento es este: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado" (Jn. 15:12). Entonces quien ama al prójimo, cumple con el amor a Dios, cuando El acepta ese amor para sí.
San Basilio el Grande