Friday, March 6, 2015

Sobre la obediencia y la paciencia ( San Paisio )

Acerca de la fuerza de la paciencia el Starez relató el siguiente caso. Un hombre en Traquia se hizo cristiano. Pero, su esposa no siguió su ejemplo, lo molestaba y trataba con crueldad. El soportaba todo y le contestaba con amor. Con el tiempo, la esposa se declinó ante su paciencia y amor, diciendo: "Debe se r verdadero y grande Dios en el Cual él cree." Y también se hizo cristiana.

El Starez dijo: "La obediencia — es la llave del paraíso. Pero solo la obediencia, y no una sumisión soldadesca de oración forzada. Nadie puede sanarse a si mismo y nadie se salvará sin la obediencia. La obediencia y la simplicidad natural llevan a la santidad por un camino corto. Con un simplón, que cuidaba a un enfermo, pasó lo siguiente. Una vez el enfermo le pidió que le diera pescado para comer. El simplón bajó a la orilla del mar y entró en un templo. Allí levantó los brazos y oró con simplicidad: "Cristo, dame Te pido, un pescado para ese hombre." Y, ¡oh milagro! En el acto, en sus manos apareció un pez, que él, agradeciendo a Dios, llevó al enfermo."

San Paisio

Si no aceptas el dogma de la Santa Trinidad NO eres Cristiano ( Archimandrita Athanasios Mitillineos )


Fragmentos de la serie de homilías sobre herejías del Archimandrita Athanasios Mitillineos.
El gerontas Athanasios Mitillineos (1927-2006) es uno de los más grandes teólogos del s.XX. Sus enseñanzas están enraízadas en la más profunda tradición patrística y hagiográfica de la Iglesia Ortodoxa. Gracias a la tecnología moderna se conservan más de 3.000 horas de grabaciones con sus homilías. Sus homilías abarcan todas las ramas de la Teología Ortodoxa: Dogmática, Sagrada Escritura, Apologética, Historia de la Iglesia, Patrología, Hagiografía, Teología Litúrgica, etc…Sus palabras contienen el más puro néctar de la enseñanza cristiana ortodoxa. En algunos círculos ortodoxos se le empieza a llamar el”Nuevo Crisóstomo”.
El Mahometanismo
¿Por qué el Mahometanismo niega al Dios Trinitario? Porqué en realidad el Islam está basado en el Judaísmo. El Mahometanismo se compone de tres elementos: de Judaísmo, de Cristianismo y de las tradiciones idolátricas locales de los árabes. Mahoma mezcló estos tres elementos y apareció el Mahometanismo. ¿Sin embargo, cuál de estos tres elementos es el predominante? No es el elemento cristiano, sino el elemento judío. ¿Por qué? Porqué el Islam no acepta al Dios Trinitario, al igual que los judíos no aceptan hasta día de hoy al Dios Trinitario. Si no se acepta al Dios Trinitario, consecuentemente, inmediatamente después entra en juego el Racionalismo.
El Monofisismo
Otro ejemplo lo tenemos en el Monofisismo. El Monofisismo nunca ha desaparecido, sino que siempre está latente dentro de la propia Iglesia; no podemos decir que el Monofisismo fuera sólo un fenómeno de una época en concreto. Empezó con los Docetas, que encontramos en el Monofisismo del s.VII y llega hasta hoy día. Siempre existirá y estará latente el Monofisismo. Algunas veces los monofisitas dirán que Cristo sólo tiene naturaleza divina, y otras que sólo tiene naturaleza humana; es decir, en la práctica, sólo aceptarán una de las dos naturalezas.
El Monofisismo también fue la causa (aunque empezó por culpa de los Mahometanos) del inicio de la iconoclastia y del ataque al icono de Cristo. Todo empezó debido a los Mahometanos y Judíos: “¿Cómo es posible representar a Dios?”-decían estos. ¡Pues sí, se puede representar, a partir del momento en que Dios se hace completa y perfectamente hombre! Puesto que se convierte en un hombre perfecto, se puede representar. Si no se hubiera hecho hombre, por supuesto que no se podría representar. Por esta razón, tanto el Judaísmo como el Mahometanismo no representan en ningún lugar lo divino. ¿Por qué? Porqué niegan la naturaleza humana de Cristo. ¿Véis como estas cosas siempre están latentes?
Así pues, estas herejías llamadas “anti-trinitarias”, que atacan el fundamental dogma de la Santa Trinidad, en la práctica, toman algo del Judaísmo o de la filosofía. Estas herejías siempre piensan filosóficamente.
¡También niegan el dogma de la Santa Trinidad!…
Puesto que en el protestantismo cada uno entiende las cosas a su manera, han llegado a una tal corrupción y caída, que de Lutero pasamos a Zwinglio, de Zwinglio a Calvino, y de Calvino al Socinianismo.
El Socinianismo es una herejía que se desarrolló en Polonia; es una herejía anti-trinitaria, es decir, no acepta el dogma de la Santa Trinidad. Automáticamente, este tipo de protestantes no constituyen ya una herejía cristiana; ¡automáticamente desaparecen del “vergel” del Cristianismo! Esto es debido a que el dogma que caracteriza como cristiana a una herejia, no es otro que el dogma de la Santa Trinidad.
Si no aceptas el dogma de la Santa Trinidad NO eres Cristiano. Los Testigos de Jehová NO son Cristianos. Atención: ¡los Testigos deJehová NO son una herejía cristiana! Y no es una herejía cristiana porqué no tiene el dogma de la Santa Trinidad; es otra cosa totalmente diferente, extraña. Del mismo modo, el Mahometanismo NO es una herejía cristiana, es otra cosa totalmente extraña, es otra religión. Así, por este proceso, algunas ramas protestantes llegaron a ser Anti-trinitarias.
Me gustaría referirme ahora a la siguiente historia: hace algunos años invitaron en América a un grupo de Ortodoxos a un congreso cristiano. Hablar ahora de si es adecuado de que vayan Ortodoxos a tales congresos es otra historia; estamos en una época de profunda crisis, os lo digo sinceramente. ¡Rogaron a los asistentes al congreso que no dijeran el nombre “Jesús Cristo”, sino sólo la palabra “Dios”, ya que también había en el congreso Protestantes Anti-trinitarios!…¡Hay o no hay para tirarse de los pelos!…¿Y como tú vas a aceptar permanecer en un congreso cristiano dónde te prohíben decir el nombre “Cristo”, ya que hay por ahí Anti-trinitarios?…Es terrible la miseria a la que han llegado los Protestantes, ¡terrible! ¡han llegado hasta el punto de negar el dogma de la Santa Trinidad!




http://cristoesortodoxo.com/2012/10/17/si-no-aceptas-el-dogma-de-la-santa-trinidad-no-eres-cristiano/

Thursday, March 5, 2015

La abeja y la mosca. ( San Paisio )

Sé por experiencia propia, que en esta vida la gente se divide en dos categorías. No hay una tercera: cada hombre pertenece a una categoría o a la otra. Una categoría se parece a la de la mosca. La mosca tiene esta particularidad, que siempre se posa sobre algo sucio. P. ej., si en el jardín hay muchas flores perfumadas y en un rincón del jardín un animal hizo sus necesidades, la mosca cruza todo el hermoso jardín sin posarse en ninguna flor. Solo cuando ve la suciedad, baja y se posa, comienza a removerla, deleitándose con el hedor, y no puede separarse.

Si ella pudiera hablar, y uno, agarrándola, le preguntara si sabe donde están las rosas en el jardín, ella contestaría que no sabe de que se trata. Diría — "yo se donde hay basura, baños, suciedad de animales, lodo..." De manera semejante, en la vida, hay gente parecida a la mosca. Esta categoría de gente aprendió a pensar negativamente y en todo ve lo malo, no viendo e ignorando todo lo bueno.

Otra categoría de gente se parece a la abeja. La particularidad de la abeja es encontrar y posarse sobre lo hermoso y dulce. Digamos, p. ej., que en un ambiente sucio, en un rincón, alguien puso un jarrón con una flor. Si la abeja entra volando ahí, dejará de lado todo lo sucio sin posarse, y encontrando la flor se posará en ella..

Si tomas a esta abeja y le preguntas donde está el lugar de la basura, ella contestará que no notó nada, pero ahí están las dalias, y ahí las rosas, mas lejos — las violetas, allí la miel y mas allá el azúcar... ella resultará una conocedora de todo lo bueno y no tendrá ni idea de lo malo. Las buenos reflexiones piensan y ven lo bueno.

Así que el hombre se encuentra en la categoría o de moscas, o de abejas.

Y el Starez concluyó: — "Cuando vienen a mi y comienzan a acusar a otros, les relato ese ejemplo y propongo elegir en que categoría quieren ubicarse, y de acuerdo a esto definir también a los que los acusan.

Como vencer nuestra pasión ( San Paisio )


Una vez, al Monte Athos, vino a ver al Starez el padre de una niña, enferma de cáncer. Los médicos le dieron un lapso de vida de pocos meses. Su padre trajo algunas cosas de la niña para que el Starez las bendigera, y pidió que rogara por su hija.

El Starez le dijo: Rogaré, pero tu, como padre, también debes ofrecer a Dios algún sacrificio, ya que el sacrificio con amor "predispone" a Dios a ayudar.

El padre preguntó: ¿Que puedo sacrificar, Geronta?

El Starez dice: ¿Que pasiones tienes? Sacrifica una de ellas.

Siendo poco espiritual, el padre contestó: — No me conozco ni una pasión... Entonces el Starez preguntó: ¿Fumas cigarrillos?

¡Así, deja de fumar por amor a tu hija, y entonces Dios la sanará.!

Aquel prometió hacer así y realmente dejó de fumar. Después de esto la niña empezó a mejorar, hasta que sanó completamente. Mas tarde los médicos confirmaron su total recuperación.

Pasado un cierto tiempo, el padre, olvidando su promesa, de nuevo comenzó a fumar. Simultáneamente con esto el cáncer empezó a volver a su niña, de manera que llegó de nuevo al estado critico. Entonces el padre de nuevo fue al Monte Santo al Starez. Mirándolo con severidad, el Starez le dice:

— Si tú, siendo padre, no posees suficiente devoción para sacrificar tu pasión y salvar la vida de tu hija, yo en nada te puedo ayudar.

El Starez insistía en subrayar, que el hombre no tiene derecho a decir "no puedo," a lo sumo puede decir: "no me gusta" o "no quiero."

Cuando las personas, están bajo el poder de alguna pasión, dicen que una fuerza les impide hacer el bien. Deben saber, que esta fuerza no es otra cosa que su propia fuerza, que les fue dada para amar, pero que ella comenzó a actuar en dirección errónea. Y como ellos aman a sus pasiones, es natural, que no quieren rechazarlas, ya que lo que amas — no lo quieres perder. Por consiguiente, al comenzar a odiar su pasión, es necesario encontrar algo mejor y más elevado para sustituirla. Ya que el hombre, si no puede encontrar algo mejor para sí, no sabrá hacia donde dirigir su amor y sus fuerzas, y por ello va a sufrir.

A menudo, la gente viene a mí y dice:

— Geronta, fumo y no puedo dejar el cigarrillo. ¿Que debo hacer?

El Starez pregunta: — ¿Quieres dejar?

Recibo la respuesta: — Si, Geronta, hice muchos intentos sin resultados.

Entonces digo: — Si, ¡ocurre!... Desde este momento no fumes más y Dios te ayudará. El hombre en poder de la pasión, mayormente, responde:

— ¡De ninguna manera, Geronta, no puedo!

Aquí, el Starez, interrumpiéndolo, dice en forma de mando:

— No existe "no me es posible," ¡cumple y nada mas! No te rindas a pensamientos que te sugieren, que no podrás ante ese hábito.

Con esto el Starez inculcaba a cada uno de nosotros que somos dueños de nosotros mismos. Si nos hicimos esclavos de alguna pasión, es por nuestro propio deseo. Y si vamos a quedar sus esclavos, es solo por cariño a ella, porque nos agrada vivir en esclavitud.

Pero, cuando amemos nuestra libertad, y al estar con Cristo, desde ese momento, cuando nosotros lo queramos, nos liberaremos de la pasión, y nos transformaremos en hijos de Dios. Esto demuestra que somos dueños de nosotros mismos. Además, Cristo daba Sus mandamientos a pecadores comunes, o sea a esclavos del pecado. A ellos El les ordenaba liberarse del yugo del pecado y acercarse a El. Al lujurioso le decía no fornicar. Al ladrón: "no robar." Al mal pensado: "no juzgar."

Si nosotros fuéramos esclavos contra nuestra voluntad, Dios no nos ordenaría:"Salgan de allí y

vengan hacia Mi," Ya que no podríamos cumplirlo. Por eso, si Él nos dice que nos retiremos solos, esto significa que nosotros nos sometimos voluntariamente a nuestras pasiones — las amamos y las deseamos. Pero, desde el momento en que las empezamos a odiar y dirigimos nuestro amor a Dios — inmediatamente nos liberamos de ellas.

Entonces es necesario:

Tener conciencia de que voluntariamente nos sometemos a las pasiones y por ello estamos enfermos por ellas.

Hay que odiar a nuestra pasión, pues ella nos destruye.

Hay que amar a Dios y a la virtud.

Wednesday, March 4, 2015

La fe en Dios ( San Juan de Kronstadt )


Que remarcable es la propiedad de la fe: un vivo pensamiento en Dios, la fe del corazón — y Él esta ya conmigo; el arrepentimiento sincero en los pecados — y Él esta conmigo; un pensamiento bueno y sentimiento piadoso — y Él esta conmigo. Pero el demonio puede entrar en mi por la falta de fe, dudas, pensamientos orgullosos, pecaminosos y viciosos. Resulta, que su poder sobre mi es limitado y depende de mi mismo. Prestando yo mas atención a mi estado, rezando mas a nuestro Señor Jesucristo, el demonio no tiene poder hacerme algún daño.

La falta de fe demuestra su misma falsedad, llenando el alma en la oscuridad, con intranquilidad, confusión y miedo. Al contrario la fe es siempre tranquila, segura, bienaventurada y fuerte.

Cuantos beneficios me trajo hasta ahora la fe en Cristo! Cuantas indignaciones y pasiones alejaba, trayéndome una paz interior. Cuantas veces corregía las aspiraciones de mi corazón, purificaba mis pecados, salvando de la muerte espiritual. Y que cerca de nosotros esta Señor! Él es nuestro aire y nuestra respiración. Hay que calentar nuestra fe adentro del corazón, porque siendo neglijida, puede apagarse, y la religión cristiana con todos sus Sacramentos vivificadores puede quedar muerta en nosotros. El enemigo siempre intenta de apagar la fe en el hombre y hacerle olvidar la enseñanza de Jesucristo. Por eso encontramos personas, que llevan nombre de cristianos, pero se conducen como paganos.



San Juan de Kronstadt

Combates Con Los Demonios ( San Antonio )

Pero el demonio que odia y envidia lo bueno, no podía ver tal resolución en un hombre joven, sino que se puso a emplear sus viejas tácticas contra él. Primero trató de hacerlo desertar de la vida ascética recordándole su propiedad, el cuidado de su hermana, los apegos de su parentela, el amor al dinero, el amor a la gloria, los innumerables placeres de la mesa y de todas las cosas agradables de la vida. Finalmente le hizo presente la austeridad de todo lo que va junto con esta virtud, despertó en su mente toda una nube de argumentos, tratando de hacerlo abandonar su firme propósito.

El enemigo vio, sin embargo, que era impotente ante la determinación de Antonio, y que más bien era él que estaba siendo vencido por la firmeza del hombre, derrotado por su sólida fe y su constante oración. Puso entonces toda su confianza en las armas que están "en los músculos de su vientre" (Job 40:16). Jactándose de ellas, pues son su artimaña preferida contra los jóvenes, atacó al joven molestándolo de noche y hostigándolo de día, de tal modo que hasta los que lo veían a Antonio podían darse cuenta de la lucha que se libraba entre los dos. El enemigo quería sugerirle pensamientos sucios, pero el los disipaba con sus oraciones; trataba de incitarlo al placer, pero Antonio, sintiendo vergüenza, ceñía su cuerpo con su fe, con sus oraciones y su ayuno. El perverso demonio entonces se atrevió a disfrazarse de mujer y hacerse pasar por ella en todas sus formas posibles durante la noche, sólo para engañar a Antonio. Pero él llenó sus pensamientos de Cristo, reflexionó sobre la nobleza del alma creada por El, y sobre la espiritualidad, y así apagó el carbón ardiente de la tentación. Y cuando de nuevo el enemigo le sugirió el encanto seductor del placer, Antonio, enfadado, con razón, y apesadumbrado, mantuvo sus propósitos con la amenaza del fuego y del tormento de los gusanos (Js 16:21; Sir 7:19; Is 66:24; Mc 9:48). Sosteniendo esto en alto como escudo, pasó a través de todo sin ser doblegado.

Toda esa experiencia hizo avergonzarse al enemigo. En verdad, él, que había pensado ser como Dios, hizo el loco ante la resistencia de un hombre. El, que en su engreimiento desdeñaba carne y sangre, fue ahora derrotado por un hombre de carne en su carne. Verdaderamente el Señor trabajaba con este hombre, El que por nosotros tomó carne y dio a su cuerpo la victoria sobre el demonio. Así, todos los que combaten seriamente pueden decir: No yo, sino la gracia de Dios conmigo (1 Co 15:10).

Finalmente, cuando el dragón no pudo conquistar a Antonio tampoco por estos últimos medios sino que se vio arrojado de su corazón, rechinando sus dientes, como dice la Escritura (Mc 9:17), cambio su persona, por decirlo así. Tal como es en su corazón, así se le apreció: como un muchacho negro; y como inclinándose ante él, ya no lo acosó más con pensamientos -pues el impostor había sido echado fuera-, sino que usando voz humana dijo: "A muchos he engañado y a muchos he vencido; pero ahora que te he atacado a ti y a tus esfuerzos como lo hice con tantos otros, me he demostrado demasiado débil."

¿Quién eres tú que me hablas así?, preguntó Antonio.

El otro se apresuró a replicar con voz gimiente: Soy el amante de la fornicación. Mi misión es acechar a la juventud y seducirla; me llaman el espíritu de la fornicación. ¡A cuantos no he engañado, que estaban decididos a cuidar de sus sentidos! ¡A cuántas personas castas no he seducido con mis lisonjas! Yo soy aquel por cuya causa el profeta reprocha a los caídos: Ustedes fueron engañados por el espíritu de la fornicación (Os 4:12). Sí, yo fui quien los hice caer. Yo soy el que tanto te molesté y que tan a menudo fui vencido por C,],LD." Antonio dio gracias al Señor y armándose de valor contra él, dijo: Entonces eres enteramente despreciable; eres negro en tu alma y tan débil como un niño. En adelante ya no me causas ninguna preocupación, porque el señor esta conmigo y me auxilia, ver la derrota de mis adversarios (Sal 117:7).

Oyendo esto, el negro desapareció inmediatamente, inclinándose a tales palabras y temiendo acercarse al hombre.

San Antonio

Tuesday, March 3, 2015

El cumplimiento de los mandamientos es santo y puro ( San Efrem Siriaco )



Toda buena obra que emprendiéremos que se realice para la gloria de Dios, y entonces ella lo llevará también para nuestra gloria. El cumplimiento de los mandamientos es santo y puro solo cuando se realiza en el recuerdo del Señor, con temor de Dios y por el amor a Él.

El enemigo del genero humano (el diablo) de muchas maneras trata de distraernos de tal predisposición con distintos señuelos y atractivos, para que en lugar del verdadero bien — el amor a Dios — nos apeguemos con el corazón a los pretendidos bienes mundanos.

Y en general todo, lo que el hombre hace de bueno, el maligno trata de enturbiar y profanar, mezclando al cumplimiento de los mandamientos las semillas de la vanagloria, o la duda, o la murmuración, o bien algo semejante, para que nuestra buena obra deje de ser buena.

La buena obra se vuelve verdaderamente buena solo cuando ella se realiza para Dios con humildad y diligencia. Y ante tal predisposición todos los mandatos de los mandamientos se vuelven fáciles para nosotros, porque el amor a Dios aleja cualquier dificultad en el cumplimiento de los mandamientos.


San Efrem Siriaco