Un día los demonios asaltaron a Antonio en su celda para
atormentarlo; llegaron entre tanto los que le servían y, estando fuera
de la celda, le oyeron gritar a Dios: ""h Dios, no me abandones; no he
hecho nada de bueno a tus ojos, pero, en tu bondad, concédeme comenzar.
San Antonio El Grande
San Antonio El Grande
Catecismo Ortodoxo
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